Disimula. (En Proceso de Edición)

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Despertó sobresaltada y con perlas de sudor en la frente. Se incorporó en la cama, sus manos temblaban, y el corazón le palpitaba con rapidez. A su lado, Nicholas dormía profundamente.

Se abrazó a él, descansando la cabeza en su pecho. Olía a Nicholas y a loción. El sonido de su corazón bajo su oreja logró calmar un poco sus nervios.

Él se movió débilmente, y cuando habló, su voz estaba ligeramente afectada por el sueño.

—¿Pasa algo...?

Ella levantó la cabeza, mirándolo a los ojos. —Prométeme que vas a protegerme siempre...

Nicholas se estiró para encender la luz junto a la cama. Cuando lo hizo, ambos tuvieron que ajustar sus ojos a la claridad.

—¿Tuviste una pesadilla?

Keira asintió. Él notó el miedo en sus ojos verdes.

—Voy a protegerte. Siempre. —Plantó un cálido beso en su frente.

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En la mañana siguiente, dentro de su auto, en el estacionamiento del penthouse, dudó antes de encender su móvil. No quería encontrarse con mensajes o llamadas de Neal.

Tenía que hacerlo de todas formas así que lo encendió, y esperó. Las notificaciones comenzaron a llegar, una tras otra. Mensajes de su madre preguntando cómo habían llegado, de sus "amigas" diciéndole lo mucho que disfrutaron el fin de semana, de Janine y Victoria sobre la oficina, de Roger, y por supuesto....de Neal.

Tenía decenas de mensajes suyos, comenzaron pidiéndole perdón, y terminaron en amenaza. Estaba demandando verla, que contestara sus llamadas, pero ella no quería eso. Tenía miedo.

Un toque al cristal del vehículo la espantó, sacándola de sus pensamientos, era Nicholas. Lucía traje, corbata, y camisa negros, dotándolo de un aire misterioso que a ella le gustaba. Bajó el cristal para poder hablarle.

—Pensé que ya te habías ido.. —El le dijo.

—Estaba revisando mi correo.

—Te siento extraña... Nerviosa.

—No... —Logró una sonrisa-. Estoy bien...

Nicholas alzó las cejas con incredulidad. Luego abrió la puerta de Keira, atrajo su rostro hacia el suyo, tomándola por la nuca y la besó, abriéndose paso con su lengua entre sus labios.

—¡Mira como me dejaste! —Dijo riendo, viéndose en el espejo el labial un tanto corrido.

—No puedo esperar esta noche para hacerte mía... —Susurró en su oído.

—¡Ya! —Lo golpeó en broma en un hombro-. Ahí está Jackson. Eres un enfermo.

Él le dedicó una sonrisa de lado, le tomó la plano, plantando un beso en su dorso, y luego volvió a besarla brevemente en los labios. —Que tengas un buen dia, mi vida.

—Tu también. Te... te veo más v tarde.

Quería decirle que lo quería, pero... ¿Qué iba a pasar después?

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Miró a todos lados mientras salía del auto en el estacionamiento de la revista. No había rastros de Neal, pero luego pensó en que no tenía manera de saber si el la veía a ella. Tomó la bolsa con obsequios para Janine y Victoria, y se encaminó rápidamente a la puerta del elevador.