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—Shhh.... —Tomo a Keira por la cintura, acercandola a la cama, y luego la alzó para sentarla sobre su regazo.

—Nicholas, suéltame, no estoy jugando...

En un rápido movimiento él le quitó la camiseta que traía puesta, dejando expuestos sus pechos de pezones erguidos, que lo invitaban a probarlos, y así lo hizo.

—Nicholas... —Dijo con un hilo de voz. Estaba indecisa entre sí permitirlo o apartarlo.

—¿No te parece...excitante...que hagamos el amor en esta cama...en esta casa? —Le preguntó entre besos.

Ella no pudo evitar reír. —No, por supuesto que no...

Nicholas la tomó apresuradamente, como si se les acabara el tiempo para estar juntos. Keira tuvo que esforzarse en no hacer ruido, pero eso a él no hacía más que excitarlo.

_____

Keira despertó debido al sonido de la puerta de la habitación. Le tomó unos segundos acostumbrarse a la luz que se colaba por la ventana. Nicholas dormía profundamente con un brazo protector sobre ella. Ambos habían amanecido descubiertos debido al calor. Quitó el brazo de él con delicadeza y se incorporó, recorriendo con la mirada la habitación en busca de algo rápido con que cubrir su desnudez. Al fin encontró la camisa de Nicholas en el piso, y se la puso en un ágil movimiento. Su mirada dio con el reloj digital sobre la cómoda. 8:45. Se peinó con la mano hacia atrás, y abrió la puerta sólo lo suficiente para asomar su cara. Era Verena al otro lado de la puerta, le resultó extraño. Keira la miró expectante.

—Um... —Verena la recorrió con la mirada, de pies a cabeza-. ¿Está Nicholas despierto?

—¿Qué? —Pregunto extrañada-. ¿Para que lo quieres?

—Es que... quedamos en hacer algo esta mañana...

Keira no cabía en sí de la sorpresa. —¿Perdón?

—Keira, es importante, no es tu asunto...

Ella abrió la puerta un poco más, dejando el suficiente espacio para que su hermana pudiera ver qué Nicholas aún dormía. Luego se cruzó de brazos. —Todo lo que tenga que ver con mi marido es mi asunto.

Verena rodó los ojos. —Keira... dijo que necesitaba ir al orfanato donde trabajo y me ofrecí a acompañarlo.

—¿Por qué querría Nicholas ir allí?

—Mencionó algo acerca de una donación.

Keira no dijo nada, solo la miró incrédula.

—No me parece justo que dejes a esos niños sin ayuda solo por absurdas suposiciones.

—Voy a despertarlo. —Dijo después de unos segundos.

Tiró la puerta en la cara de Verena y fue a sentarse junto a Nicholas. Se sentía incómoda acerca del comportamiento de su hermana con su esposo.

—Amor... —Lo sacudió despacio-. Nicholas...

Él no se inmutó.

—Nicholas, despierta...

Nicholas abrió los ojos despacio. —¿Qué hora es? —Preguntó al aclararse la garganta.

—Van a ser las nueve... Verena me dijo que la acompañarías al orfanato.

—Cierto... —Apretó los ojos-. Lo había olvidado.

—No tienes que ir si no quieres... —Le acarició el pecho-. Podemos quedarnos en la cama un rato más.

Disimula. (En Proceso de Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora