Nicholas suspiró. —¿Podemos hablar de esto en otro momento?
—Es una de las opciones y...
—Keira, ya. —Apretó la mandíbula-. Toma la niña por favor, tenemos que irnos.
Ella se limitó a asentir, y cargo a la bebé. Justo entonces Sophie volvió a la habitación.
Por los pasillos del orfanato, de camino a encontrarse con Verena, Keira aflojó el paso, entrelazando sus dedos con los de Nicholas. Él se detuvo por completo, pero no dijo nada.
—Nicholas... ¿No considerarias nunca adoptar?
Él suspiró. —¿Por qué tenemos que hablar de eso ahora? Se supone que estamos de vacaciones.
—Porque me está rondando la cabeza esta idea, y necesito que lo hablemos.
—Es solo eso, una idea.
—¿No puedes decirme qué es lo que en realidad piensas?
—Keira...
—Lo que sea... por favor.
—Escucha.... Lo consideraría en el caso de que hubiéramos tratado otras cosas sin resultado. Pero no hemos intentado nada aún... No sabemos si lograrás tener hijos o no. Además...
Keira alzó una ceja. —¿Además...?
—Vida... Me parece que nuestra relación está más vulnerable de lo que pensamos.
—¿Por qué dices eso?
—Hemos estado discutiendo desde ayer... y cubriendo nuestras diferencias con sexo no vamos a resolver nada.
Ella asintió. —Sé que...gran parte de esto ha sido mi culpa. Nunca fui tan inmadura, no entiendo que me sucede.
—Mi punto es que no me parece lógico pensar en hijos hasta no saber si...
—¿Si vamos a seguir juntos?
Él no dijo nada.
—Puedes decirlo.
—No es lo que quería decir.
—Dejame recompensarte. —Dijo Keira después de un rato.
—¿Recompensarme?
—Vamos a olvidarnos de lo desastrosas que han sido estas vacaciones hasta ahora. Aún tenemos un día más aquí, deja que yo trate de hacerlo especial...como lo has hecho tú por mi. Regresemos a Vieux Fort, y tú déjamelo a mi.
—Quería invitar a tu familia a comer... no hemos tenido la oportunidad de estar juntos solo nosotros.
Keira sonrió. —Esta bien, pero... luego de la comida nos vamos. No importa la hora que sea.
—Está bien. Pero prométeme algo tú.
—A ver..
—Cero discusiones con tu hermana.
—Lo prometo.
_____
Nicholas llevó a los Auguste a almorzar a un restaurante. Aprendió cosas nuevas acerca de Santa Lucía, de sus tradiciones, y su familia. Compartió con los padres de Keira, en especial con Zira, quien no perdía la oportunidad de tratar de que se sintiera como en casa. A pesar de que admitió a sí mismo que la había pasado bien, notó a Keira un tanto ausente.
Aprovechó el viaje de una hora en auto para preguntarle.
—¿Pasa algo?
—No... ¿Por qué?
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Disimula. (En Proceso de Edición)
RomanceNicholas van der Voort Keira Auguste Los declaro: marido y mujer.