Capítulo 13

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Golpeamos las manos a la puerta del Sindicato, y apareció un chico pecoso y atorrante que sin duda no se había lavado la cara en toda su vida. Las rodillas, mejor no hablemos.

El abuelo lo miró de arriba a abajo y así nomas le endilgó un reto terrible y lo agarró de una oreja para ponerlo en penitencia contra la pared.

Yo: -¡Pero abuelo!- Le dije -¡No se pelee con la gente del Sindicato porque después no van a querer ayudarnos a pescar a Dailan Kifki y al Bombero!-

Pero no hubo caso.

El abuelo siguió retando y amenazando al pobre chico, que nos miraba a todos asombradísimos, como si fuéramos las fieras de un circo o una colección de bichos de museo.

Entonces yo aparté suavemente al abuela y le dije sonriendo al chico del Sindicato:

Yo: -Buenos días, nene-

Chico: -¡Qué es eso de nene!- Me contestó -Más respeto, que yo soy el Secretario del Sindicato de Remontadores de Barriletes, ojo-

Yo: -Bueno- Le contesté, alarmada por su desfachatez y su falta de educación -Señor secretario, venimos a pedirles que nos hagan un gran favor-

Abuelo: -¡Que te laves la cara y aprendas ortografía!- Rugió el abuelo.

Y el Comisario tuvo que hacerlo callar revoleando su palo y soplando largamente su silbato.

Chico: -¿Qué diablos quieren a estas horas?- Preguntó groseramente el Secretario del Sindicato, que espero no sea amigo de ustedes.

Entonces yo le conté toda la historia: Que se me había volado mi elefante Dailan Kifki con un Bombero de jinete, y que queríamos saber si no se había enredado en la cola de algún barrilete.

Chico: -Oiaaaa- Fue todo lo que dijo el chico, con la boca abierta y llevándose un dedo a la sien como si to estuviera chiflada.

Yo: -Pero es cierto- Protesté -¿Cómo creer que vendrían personas tan importantes, muertas de sueño y picadas por mosquitos, si no se tratara de una desgracia realmente catastrófica y horripilante?-

Pero el muy mal educado contestó, ya dispuesto a cerrarnos la puerta en las narices:

Chico: -Tanto lío por un elefante de mala muerte-

Yo: -Es un asunto mus grave- Le dije, ya a pinto de hacer pucheros-

Chico: -¡Y ami que me importa!- Me contestó cosa que a mi hermano Roberto le dio ganas de darle una buena cachetada, pero no se la dio simplemente porque tenía una medialuna en cada mano.

Entonces el Capitán de los Bomberos furioso ante tanta insolencia, se armó de toda su autoridad y le dijo:

Capitán: -Oh colaboras con nosotros o marchas preso, virueso de pico pico tueso-

Embajadores: -Eso, eso- Corearon los Embajadores.

Asustado, el chico respondió:

Chicos: -Bueno, ¿Qué quieren que haga?-

Comisario: -Primero- Dijo el Comisario -Informarnos si en los últimos barriletes remontados no se ha enredado ningún elefante ni ningún Bombero-

Chico: -¿Pero ustedes están chiflados?- Preguntó el chico -¿Dónde se ha visto un elefante volador?-

Yo: -En ninguna parte pero sucede que Dailan Kifki no es un elefante como los demás, y no podemos permitir que siga perdido por el cielo sin tener quién le prepare sopita de avena.

Y ahí nomas me puse a llorar sobre el hombro de mi tía Clodomira, que tuvo que abrir el paraguas.

El Capitán volvió a ponerse autoritario y dijo:

Capitán: -Hay que remontar barriletes urgentemente hasta conseguir que nuestro astronautas sean rescatados del cielo de la Patria-

Chico: -Bueno, está bien- Dijo el Secretario resignado. Y salió corriendo y silbando con los dedos en la boca para reclutar a sus compañeros del Sindicato.

Todos nos sentamos en el pastito a esperar pacientemente que volviera.

Dailan KifkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora