Pronto aparecieron montones de chicos, a cuál mas sucio y desharrapado, arrastrando montones de lujosos barriletes.
Todos aplaudimos y dijimos: "¡Ooooh!" ante la belleza de los barriletes. Todos menos el Abuelo, que protestó:
Abuelo: -Muy bonito, remontar barriletes en vez de repasar las tablas.
Cuando estuvo la pandilla completa, el Secretario del Sindicato nos hizo formar fila y, marcando el paso, fuimos todos hasta un potrero vecino a remontar los famosos barriletes.
A todo esto, en Ituzaingó se había corrido la voz de que un montón de personas importantes estaba por pescar un elefante por el cielo, de modo que empezó a caer una cantidad enorme de curiosos. En las escuelas decretaron feriado, y aparecieron varias maestras y directoras con sus alumnos. También llegó el cura enojadísimo a buscar a sus monaguillos. También llegaron chicos en bicicleta, lecheros en carrito, señores en auto, un perro con dos colas, paisanos a caballo y varias ovejas a pie.
De pronto oímos una música preciosa. Naturalmente, era la banda de los Boy Scouts. Se oyó una salva de cañonazos, y todos nos pusimos a remontar barriletes.
Estábamos tan contentos que por un instante nos olvidamos de que nuestro objetivo era pescar a Dailan Kifki y al Bombero que naufragaban por el aire.
Había mucho sol y un buen vientito.
Había maniseros, barquilleros y heladeros.
En fin, no faltaba nada.
El abuelo se arrinconó enfurruñando contra un alambrado, protestando, pero cuando nadie lo miraba el también se puso a remontar un barrilete.
Con tal mala suerte, que el barrilete lo arrastró y lo hizo upa y se lo llevó por el aire.
Yo: -¡Zápate!- Dije yo.
Roberto: -Estamos fritos- Dijo mi hermano Roberto.
Papá: -A ver si se nos vuela el Abuelo y tenemos que pescarlo a el también- Dijo mi papá.
Por suerte se enganchó en un eucaliptus y el Capitán, con su escalera, subió a rescatarlo.
En cuanto el abuelo volvió a tierra, empezó a darnos clase sobre Cómo-Remontar-Un-Barrilete.
En fin, seguimos trabajando toda la mañana, y ya nos íbamos a dar por vencidos, porque no había rastros de Dailan Kifki por el cielo, cuando el Capitán decidió treparse a un árbol muy alo y mirar desde allí con un largavista para ver si los divisaba detrás de una nube o sentados en el sol muertos de calor. Ya estábamos perdiendo la esperanza de recuperar a los astronautas, cuando el Capitán dijo:
Capitán: -¡Aaaaaallll... to! ¡Allá van! ¡A remontar barriletes en seguida! ¡Un... Dos!-
Salimos todos como un rayo, y con el apuro se nos enredaron los piolines y algunos nos dimos un buen porrazo.
Y entonces fue cuando los vi.
Allá... muy arriba, muy lejos entre las nubecitas... Allá pasaba volando Dailan Kifki y el Bombero.
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Dailan Kifki
AlteleDailan Kifki apareció un buen día y cambió la vida de toda la familia. Porque, aunque te parezca mentira, no es fácil criar a un elefante, sobre todo si se queda dormido arriba de una plantita que crece hasta las nubes.