El pequeño rubio huía nuevamente, escondiéndose de Mongolia entre los árboles y arbustos y adentrándose más en la espesura del bosque. Sólo había un lugar al que podía ir.
—¡Tu rey tiene el trasero duro! —le gritó la Orden Teutónica, saliendo de la nada y dejándolo sorprendido. Luego se acercaron Dinamarca y Suecia que ya se venían preparando y bloquearon su escapatoria. Rusia temblaba y no era de frío, Suecia estuvo a punto de atacarlo cuando gritó:
—¡Ayúdame, (T/N) —fue cuando todos comenzaron a sentir un aura escalofriante, el cual hacía tensar todos los huesos. Dinamarca se llevó frenéticamente el dedo índice hacia los labios en señal de silencio pero ya era muy tarde.
—¡Creí haberles dicho qUE NO SE ACERCARAN A MIS TERRITORIOS! ¡Largo de aquí sabandijas, si no quieren que llame a mi ejército! —una chica de cabellos (C/P), que aparentaba unos once años apareció con una espada en la mano y amenazaba con ella a Suecia que ni siquiera llegó a tocar a Rusia.
—¡Re-retirada! —gritó Dinamarca y se llevó a Suecia arrastrando. Mongolia ya no estaba y la Orden Teutónica se alejó con el grito de "Esto no acabará aquí".
—Iván... ¿Te han hecho daño? —dijo (T/N) mientras acariciaba la cabeza del menor en un gesto amistoso.
—No, estoy bien. Gracias por salvarme (T/N) —agradeció Iván con un brillo de admiración en los ojos.
***
(T/N) había ido a visitar la casa de Rusia, Belarus y Ucrania por primera vez. Esta última quedó completamente conmocionada al recibir a una gran e importante nación en su casa, pero la chica le hizo saber que no había problema.
—... Me gustaría que la Orden Teutónica viniera como un amigo la próxima vez ¿No te parece (T/N)? ¿...(T/N) —al no oír respuesta por parte de su amiga, Rusia volteó para ver con horror como (T/N), con la respiración agitada, se sujetaba fuertemente a la mesa para no caer.
—¡(T/N)! —el pequeño, con mucho esfuerzo, la llevó hasta acostarla en la cama—. ¿Qué te pasó?
—Ru-sia, llama a mi rey, por favor. —hablaba con dificultad, mientras hacía gestos de inmenso dolor y se sujetaba el pecho.
Rusia le pidió a sus hermanas que la cuidaran por un momento y se fue corriendo con todas sus energías hacia el país vecino. Sabía que algo andaba mal.
***
—¿Cómo está ella? —le preguntó a uno de los guardias que custodiaba la habitación del país. El hombre pareció sorprenderse y lego se arrodilló hasta estar a su altura.
—Ella estará bien, pero tú no deberías estar aquí. —le dijo con algo de severidad.
—¿Por qué no puedo? —preguntó con curiosidad.
—Aquí hay muchos enfermos y heridos muy graves, quizás te pueda impresionar un poco... —en ese momento salió de la habitación una mujer robusta y con cara de amargada, al parecer era la enfermera, y había dejado la puerta lo suficientemente abierta como para que el pequeño se adentrara corriendo a buscar a su amiga.
—¡Iván! —exclamó sorprendida. Se hallaba en una camilla, leyendo un libro de quién sabe qué. Junto a ella había una mesa con una vela encendida y un plato de comida que no había tocado.
—Ahh, lo siento. Ahora mismo la saco, señorita (T/N)... —dijo el guardia mientras hacía un saludo militar.
—No se haga problema, hace mucho que no veo a este. —dijo con jovialidad mientras le desparramaba los rubios cabellos al ruso. El hombre se retiró con otro saludo y dejó a los dos países dentro.
—(T/N), tus hombres siempre me tratan como a un niño, ¡Ya sé lo que es ver gente herida! —dijo mientras intentaba subirse a la cama, lo que le costó un poco por su estatura.
—Pues pareces uno, solo mira cuanto mides.
—Pero no lo soy... Por cierto últimamente te he visto muy mal. ¿Qué te ha pasado?
(T/N) bajó la vista por un momento. Tenía miedo pero ya era tiempo, le tendría que contar en algún momento.
—Iván... voy a contarte lo que está pasando. Pero tienes que entenderlo y no hacer ninguna estupidez. —Iván asintió con seguridad en sus ojos, a lo que la chica prosiguió—. Hace siete meses comenzaron a haber muchas protestas en contra del gobierno de mi jefe actual, por lo que en mi casa hay muchos problemas. Hay dos sectores que ahora están enfrentados en un conflicto que pasó a ser bélico con el paso del tiempo... ahora estamos en guerra civil, este es relativamente el lugar más seguro del país.
—¿En-entonces es por eso que...? —el pequeño expresaba temor en los ojos.
—Es por eso que estoy en esta situación. —dijo bajando la mirada para ver su propio cuerpo—. Además de Gonkan.
—Pero ese es tu hermano...
—Siempre me odió... y sé que está esperando el mejor momento para atacarme. Rusia, sabes lo que significa esto ¿Verdad? —Iván no dijo nada, temía lo peor—. Voy a desaparecer...
El menor pudo sentir como un nudo en la garganta le impedía hablar, a la vez que los ojos se le hacían cristalinos. Sus pequeñas manos comenzaron a temblarle y se escondió entre los brazos de la chica para llorar libremente allí.
—¡No puede ser! ¡Tiene que haber una solución, siempre encuentras una!
—Rusia...
—¡No! No me dijiste nada antes, si me hubieras pedido ayuda antes quizá...
—No hubieras podido hacer nada. Eres... somos niños. Por más años que tengamos, sólo somos niños. No sé mucho de política, no puedo armar bien mi ejército... incluso aprendí a vestirme sola hace cinco años... no puedo hacer nada... —y por primera vez en mucho tiempo (T/N) se quebró y atrajo con fuerza el cuerpo del pequeño rubio.
Nadie puede huir de su humanidad ¿Verdad?
Y acá me dicen si quieren una segunda parte re happy y todos contentos :P
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Hetalia y Tú
FanfictionHistorias entre los personajes de Hetalia y tú ;) Disclaimer: Hetalia le pertenece a Hidekaz Himaruya y la lectora se pertenece a ella misma, a sus papás, al país que elijan, etc.