~Hi, welcome to Chili's
Este es un pedido, por idiota no puse el nombre de las personitas dueñas de estas ideas, pero lo voy a hacer si hago pedidos otra vez en este u otro libro.
Disfruten~ ^^
—¡Buen día jóvenes! —entró al salón un chico desconocido, rubio y con lentes. Pareció satisfecho al oír los murmullos de confusión.
—Disculpa... ¿Se te olvidó el uniforme? —se atrevió a preguntar el rumano.
Él rió mientras se acomodaba sus anteojos, todos estaban estupefactos ¿Quién era ese idiota?
—Sabría que se sorprenderían, pero desde hace cuatro años que dejé de venir al colegio como alumno. La profesora Gómez decidió tomarse un pequeño descanso. Mi nombre es Alfred F. Jones y hoy seré su profesor de... —la duda se reflejó en su rostro y después de unos segundos pareció recordarlo— ¡Química! Su profesor de química.
La clase entera estalló en un griterío de sorpresa, de esos que suelen irritar a los profesores, pero el rubio tenía una expresión de duda nuevamente.
—Este es el salón 2-A ¿Verdad? —le preguntó a la alumna (C/P) que se sentaba en la primera fila.
—Lo es —contestó seria.
—Gracias al cielo no volví a equivocarme —dijo mientras posaba una mano en su pecho, pensando que no había sido escuchado.
Pero la joven de primera fila bajó su mirada a su carpeta, sólo para tener algo que mirar fijamente y no hacer sentir incómodo a nadie. No pudo evitar pensar «Bamos vien» mientras el alemán comenzaba con su regaño a los escandalosos.
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—¿Y cómo es? ¿Exigente? —preguntaban desesperados los del 2-B en el receso, que tendrían al profesor Alfred al día siguiente.
—Nah, hoy solo vimos un video de Experimentos Caseros y nos mandó a casa con tres preguntas de tarea. Ya veo ese diez en mis notas, compañero —comentaba Gilbert contento.
—Ni con un once salvas la materia, compañero —contestó Elizabeta de la misma forma, que pasó justo a buen tiempo para dejar a las dos clases riendo y palmeando al albino.
—Es verdad, no soy un héroe. Ni siquiera pude salvar a Roderich cuando caiste sobre él. Qué descanse en paz el pobre.
Elizabeta se dió vuelta lentamente.
"Run"
No tan lejos, ignorando los gritos de sufrimiento, se encontraban (T/N), Vash y Lili.
—¿Soy yo o somos sus primeros alumnos? —sospechó el suizo.
—Es demasiado joven para tener mucha experiencia, tenemos que ser unos de los primeros —siguió Lili.
—Si, somos los primeros —aseguró (T/N) antes de llevarse el sandwich a su boca, dejando confundidos a los hermanos.
—¿Y tú cómo sabes?
—Es mi vecino —. Los dos se echaron hacia adelante con sorpresa.
—¿En serio? ¿Te reconoció? —preguntó Lili.
—Seguro que sí...
—¡Hasta pronto, jóvenes! —saludó el rubio que iba con su mochila al hombro dirigiéndose a la salida, curiosamente sólo mirando a (T/N).
—Pues pobre de tí si tienes que estar soportando su griterío todos los días —le restó importancia Vash, pero Lili le sonrió cómplice a la chica, quién no pudo evitar sonrojarse un poco.
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Recién llegaba a su casa, era algo tarde ya que Lili los había arrastrado a ella y a Vash a una nueva cafetería.
En la mesita de la entrada había una nota escrita con el marcador rojo, su madre ya se había marchado y le avisaba que había comida para calentar.
Un segundo antes de cerrar la puerta, entró alguien como un torbellino, sólo llegó a ver el rubio rulito a toda velocidad antes de que el chico hablara.
—¿Viste cómo me miraba tu compañero alemán? ¡parecía querer ahorcarme! ¡Y el ruso! Santo cielo el ruso —él se tomaba la cabeza con ambas manos, la sonrisa del ruso lo había pertubado más que Dross.
—Es porque eres demasiado ruidoso —le explicó ella, él la miró con atención —. Y vas a tener que aumentar la dificultad de tus tareas si quieres ser un profesor de verdad.
Él hizo un puchero.
—¿Entonces no te gustó? —se encontraba algo decepcionado, él en realidad quería pasar sus conocimientos a sus alumnos, fue su sueño desde que se dió cuenta de que no podía ser superhéroe.
—Me gustó —admitió ella acariciándole la mejilla con una muy pequeña sonrisa, haciendo que el rubio levante la mirada. —Creo que valdrá la pena tenerte como profesor.
Alfred estaba avergonzado, sólo pudo tomar la mano de ella y acercarse hacia el rostro de (T/N). Ahora los dos llevaban las mejillas coloradas, quizás el rubio más que la (C/P).
—(T/N), yo... —murmuró sin siquiera pensarlo.
—Alfred... —se acercó hacia sus labios, sus corazónes latían fuertemente y sus respiraciones ya se habían mezclado. Sus labios se rozaron suavemente —. Soy ilegal.
Alfred se quedó de piedra.
—¡D-Deja de arruinar los momentos! —exclamó desesperado.
—Tu eres quien arruina los momentos con cosas como "desde el principio supe que había química entre nosotros" —le siguió ella.
Eran una pareja bien extraña, pero relaciones como estas, duran.
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Hetalia y Tú
FanfictionHistorias entre los personajes de Hetalia y tú ;) Disclaimer: Hetalia le pertenece a Hidekaz Himaruya y la lectora se pertenece a ella misma, a sus papás, al país que elijan, etc.