Corea del Sur

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-¡Maldición! -exclamó Romano cuando las luces se fueron. Habían demasiados cargadores conectados a un mismo enchufe y ahora sufrían las consecuencias de la sobrecarga.

-Eso les pasa por estar todo el día pegados al celular, aru. No sería tan necesario estar cargándolo todo el tiempo si hablaran un poco más entre ustedes. -les recriminó Yao.

-Bueno, tienes un poco de razón. -aceptó (T/N)-. Pero sigues siendo un anticuado, al menos cómprate un celular con teclado, no te hará tan mal estar en contactado con nosotros cuando no podemos juntarnos.

-¡Juguemos a las escondidas! -se escuchó entre la oscuridad. -¡Te voy a encontrar Yao! ¿Kiku eres tú...?

(T/N) sonrió al ver a la silueta oscura buscando entre todos a sus hermanos.

-No tiene remedio... -suspiró Yao, pero al parecer el surcoreano, lo escuchó y se abalanzó sobre ellos al grito de «¡Te encontré-daze!». Yao sintió el peligro y en un ágil movimiento ya se había refugiado, lejos de la vista de (T/N), quién instantes después se encontró apresado entre la pared y el asiático.

-¿Por qué tus pechos están raros, Yao? -dijo mientras los apretaba, algo confuso.

-Quizá porque no soy Yao... -le contestó el latino algo avergonzado, aunque si fuera mujer ya le habría volteado la cara de una cachetada.

-A-Ah, ¡L-Lo siento mucho! -retricedió con un rubor inapreciable debido a la oscuridad para chocar con el pobre Italia.

-¡Ve~! Ah, eras tú, Im, me asustaste. Es solo que ayer tuve en sueño en dónde quedábamos atrapados en una casa abandonada y adentro había un monstruo. ¡Incluso podía viajar al pasado! Pero no puedo olvidar el final... -los dos agradecieron internamente a Italia por hacerlos salir de aquella situación tan vergonzosa.

-¡No se preocupen amigos, el hero va a hacer volver la luz! -el estadounidense soltaba palabras raras mientras apuntaba con el palo de una escoba a las luces.

-Ludwig se está encargando de esto, así que deja de hacer el ridículo, héroe idiota.

En un segundo la iluminación se hizo presente, justo Italia había terminado su fantástico relato y había ido con Ludwig que ahora era alabado por todos. Im Yong miró a (T/N) un momento y le sonrió amigablemente y fue con Kiku y Yao. Inmediatamente estuvo frente a ellos murmuró

-Le toqué los pechos. -dijo con cara de idiota. Kiku se sonrojó fuertemente y le recriminó algo sobre tomar la responsabilidad de sus acciones. Yao sólo le dió un trago a su bebida sabiendo que vendría una noche interesante.

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Aléjate de él, perra. —le gritó un tambaleante coreano al francés.

—¿Perra? —rió un poco ya que había causado la escena a propósito. Abrazó un poco al (T/Na)—. Pero si él quiere estar conmigo.

El chico del rulo enrojeció un poco más, si eso era posible, debido a que estaba rojo por el alcohol. Tomó del brazo al confundido chico y salió por la puerta junto a él.

—¿Por qué salimos? Creo que debería llevarte a tu casa, estás muy mal. —dijo mientras miraba hacia abajo, ya que el otro era unos centímetros más pequeño. Le pareció algo tierno pero sacó el celular. —Te llamaré un taxi.

—No. —dijo deteniendo.

—¿Qué? ¿Por q...? Oye... —el chico sintió los brazos del otro rodearlo mientras que ocultaba su rostro en su pecho.

—Shhh.

—No me vas a decir que mis pechos te pertenecen o algo así ¿Verdad?

—No. —levantó la cabeza y dejó un suave beso en los labios del otro y haciéndolo hervir. —Tú me perteneces (T/N), así que déjame pertenecerte sólo a tí

SE VIENE AÑO NUEVOOOOO.

Vamos a ver hasta dónde llego cuando digo "Este año voy a ser mejor alumna" jajaja


Hetalia y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora