Hungría

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—No... no...

—¿(T/N)?

—Basta ¡Para de una vez!

—¡(T/N), despierta! —la más joven abrió los ojos bruscamente sumamente aterrada, al tiempo que la otra la atrapaba en sus brazos fuertemente—. ¿Qué te pasó? ¿Estás bien?

(T/N) la abrazó un momento y se quedó en silencio un rato y lentamente, ante la mirada curiosa de la húngara de deslizó hasta su mesita de luz y sacó del cajón un cuaderno y un lápiz y garabateó algo.

—¿Qué estás...? —Elizabeta miraba perpleja a su novia, era una verdadera caja de sorpresas, quizá eso era lo que la había atraído, aunque siguieran diciéndole que tenía gustos muy raros.

—Puede que mi pesadilla se haya vuelto realidad. —dijo cuando se sentó en el escritorio y en el mismo cuaderno escribió un par de palabras.

—¿Y cuál es esa pesadilla? —dijo mientras se levantaba e intentaba leer lo que (T/N) había escrito.

—Es el... —giró un poco con una mirada sombría y en un tono de voz escalofriante dijo—. Bloqueo artístico.

—Oh, no. —Elizabeta dejó salir un pequeño gruñido. Eran esos momentos cuando (T/N) salía a buscar la creatividad hasta por debajo de las piedras, apagaba el celular y durante un par de días no sabías nada de ella. No sería un gran problema si no fuera porque ella se presionaba a sí misma para superarse cada vez más, ya que algún día trabajaría de eso.

—Esta vez voy a cambiar algunas cosas. —empezó—. Voy a viajar más lejos.

—¡¿Qué? Espera, me estás diciendo que además de largarte al demonio por tiempo indefinido y sin dar noticias de tu paradero o dar señales de vida...!

—¡Y...! —siguió (T/N).

—¿Qué? —soltó seca.

—Te voy a llevar a ti. —le apretó las mejillas mientras sonreía alegre. Elizabeta la miró sorprendida y enternecida.

—¿Y no seré una molestia?

—Para nada. En realidad, lo mejor quizá sea que tome un descanso, en el momento que menos lo esperes la creatividad volverá a aparecer. —la besó suavemente en los labios antes de correr hacia el globo terráqueo y hacerlo girar rápidamente—. ¿Me haría los honores?

—Sería un placer. —dijo riendo y apoyando su dedo índice suavemente, el cual cayó en Hungría.

—Me encanta ¿Qué te parece?

—Perfecto. —sonrió.

—Entonces voy a sacar los pasajes ya, prepara tu equipaje, Liz. —dijo antes de salir corriendo al baño para darse una ducha. Elizabeta se tiró a la cama nuevamente, soñadora. Definitivamente no la dejaría ir nunca.


Y eso es lo que nunca me va a pasar porque soy pobre y no tengo ni para viajar a Capital :'D.

Ya estoy de vacas así que si no actualizo es porque estoy en medio de un pvto bloqueo artístico o porque ando de vaga por ahí xD



Hetalia y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora