Alemania

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[AU; hybrid]

Lector/Nyo!lectora

Ludwig observaba a través de la ventana del refugio las resplandecientes flores de primavera, pero había un deje de nostalgia en sus ojos. Ya hacía un año que se habían llevado a su hermano, su amo era un español bastante alegre y amable, y eso le agradaba al rubio ya que Gilbert podía ir a verlo seguido, pero no tanto como le hubiera gustado.

Debía admitir que no se encontraba solo, había hecho muchas amistades, y los más cercanos eran el tranquilo gato japonés y el más hiperactivo hámster que haya conocido jamás. Era cómodo, pero al estar hace dos años en aquel refugio solía pensar que en realidad nadie lo quería y tarde o temprano se desharían de él.

Extrañaba tener a alguien de quién cuidar...



—¡Buenos días! — entraban al refugio un chico (C/P), llevaba unos anteojos negros y el pelo bastante revuelto y otro chico bastante enano con una gran sonrisa.

—Buenos días, jóvenes ¿Qué se le ofrece? —los atendió una chica sonriente detrás del mostrador.

—Somos los del teléfono, veníamos por el híbrido guía —dijo el enano, apenas le sobresalía la cabeza del mostrador.

—¿(T/N) (T/A)? — el muchacho con lentes asintió —Síganme, por favor.

(T/N) fue tomado del antebrazo por su hermano, ya que decía que de la mano era demasiado gay.

—Esto es horrible —susurró el ciego, cuando sintió que la chica estaba algo lejos. — ¡Quería adoptar a un perro de verdad, un híbrido sigue siendo una persona!

—Tienes razón —aceptó el otro. —pero vives solo y cada vez que te veo pareces más amargado y con menos ganas de vivir, una compañía humana no te haría mal.

(T/N) iba a replicar cuando oyó las risas de lo que parecían ser dos niños, y bajó la cabeza con tristeza, quisiera que esos dos niños vivieran con normalidad, sin ser llamados mascotas, claro que nunca hubiera imaginado que más adelante sería uno de los líderes de la revolución que cambiaría el mundo, pero eso es algo que se contará otro día.

Siguieron a la chica por un pasillo recién pintado, tenía extrañas formas de casitas y soles raros.

—Esta es la sección de los más pequeños, ellos pintan las paredes a diario —suspiró con pesadez. — Mientras sean felices...

Su hermano río al ver el dibujo de lo que parecía ser un hombre rubio con grandes cejas y líneas verdes por todos simulando su pestilencia.

—Es aquí —dijo la chica al fin, abriendo una puerta —Ludwig, ¿Puedes venir un momento?

El rubio, que en ese momento estaba tirado sobre el sillón mirando una película, se dió vuelta. La dueña del refugio lo miraba con una sonrisa.

Se acercó preguntándose qué querría, entonces notó el aroma de otras dos presencias y no pudo evitar separar los labios sorprendido.

—Acércate, no seas tímido. —lo animó ella y avanzó con cautela.

—Joven, este es Ludwig, ya fue guía hace un tiempo, no creo que tenga problemas ya que es quien sale a pasear más seguido para conocer la ciudad.

—Umm, un gusto Ludwig, soy (T/N) (T/A).

El híbrido de pastor alemán notó su nerviosismo y estuvo contento de no ser el único. Supo, al notar su mirada perdida hacia el frente, que había perdido la vista por completo.

—Ludwig Beilschmidt, el gusto es mío— movió un poco las orejas, prestando atención.

Los otros dos los dejaron a solas para que se conozcan mejor. Pero Ludwig y (T/N) habían tenido la impresión casi inmediata de que se llevarían muy bien.


—¿Seguro que no quieres quedarte? — preguntó por duodécima vez, pero el otro sólo negó.

—Me gusta esperarte adentro.

Entraron a la escuela, y el portero fue el primero en saludarlos, Ludwig agarró del antebrazo al menor, aunque sabía que él podía subir tranquilamente aquella escalera. Llegaron al salón de clases instantes después.

—Si necesitas cualquier cosa me avisas — y entró, rápidamente Ludwig se puso a observar en la pequeña ventana que tenía la puerta.

—Buenos días —saludó. —¿Quién ha estudiado para la prueba? —y ya nada se escuchó con claridad debido a él barullo que esa pregunta había provocado.

Ludwig sonrió, (T/N) era una persona maravillosa, no tardó mucho en encariñarse con él, parecía que hacía magia al tener a sus alumnos tan interesados con la física.

Él sólo observaba con impaciencia hasta que tocaba el timbre y salían todos los monstruosos adolescentes al recreo. Entonces entraba y le hablaba de los momentos más interesantes de la clase, porque también prestaba atención.

—Eres muy amable, me haces sonrojar. —le había dicho mientras le rascaba detrás de las orejas y él inmediatamente movía la cola de un lado para el otro, llegando a levantar un poco las hojas de uno de los alumnos de la primera fila.

—Vamos a la sala de profesores, muero de hambre. —dijo al cabo de un rato.

—Cociné algo...

—¿Qué? —paró a medio camino de levantarse con sorpresa.

—Adivina. —dijo con misterio, y lo llevó a la sala de profesores, pero esta vez tomando sutilmente su mano.







Nigga what the...?

Ni cuenta me había dado ayyy :'''v, muchas gracias chicas (y chicos?), nunca pensé que esta historia llegaría tan lejos, es como que asdasdasd

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Ni cuenta me había dado ayyy :'''v, muchas gracias chicas (y chicos?), nunca pensé que esta historia llegaría tan lejos, es como que asdasdasd.

NO SÉ, COMO QUE LAS GRACIAS NO ME ALCANZAN.

♥♥♥ Me encorazona :'3♥♥♥

Hetalia y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora