COLE
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Recuerdo aquella noche: sangre en las paredes, vidrios rotos en mi piel, y la voz de Anthony Kiedis cantando "Otherside" en mi oído. Mi outfit era una parodia: chaqueta de cuero, pantalones ajustados, camisa de cuadros y Converse. Pero en realidad, era un fugitivo de mi propia mente, corriendo por la carretera como un lunático, sin saber qué estaba huyendo ni hacia dónde iba.
El pasado era un cementerio de recuerdos que prefería no visitar. Pero la puerta sonó, y mi monólogo interno fue interrumpido. Me acerqué con cautela, como si temiera encontrar al responsable de mi dolor. Y entonces, lo vi. Mi cuerpo se tensó, mis venas palidecieron. Un resentimiento ardiente me consumió al enfrentarlo, reviviendo el dolor que creía enterrado.
¿Papá?
El aire se volvió espeso y mi frustración estalló en un llanto silencioso. Lo miré con ira, pero él no se dignó a reaccionar. Su caminar tranquilo hacia el interior fue un desafío que me dejó sin palabras.
—¿Cómo está todo? —preguntó con serenidad.
—¿A qué viniste? —lo enfrenté, mientras sentía que el alma se me salía del cuerpo.
—Hijo, yo...
—Te pediría que no me llamaras así —musité.
Hace tiempo que los había sacado de mi vida. A mi familia, a esos que me abandonaron en la intemperie, sin refugio ni consuelo. Quienes me abandonaron cuando más los necesité.
—El odio te está devorando por dentro. Suéltalo antes de que sea demasiado tarde.
—¿Y tú que sabes? —le lancé una mirada despectiva—. No tienes la menor idea de lo que estás diciendo.
—Espero que algún día puedas perdonarnos —dijo volviéndose hacia mí.
—¡Eso nunca!
Gruñí, incapaz de contenerme.
—No te aferres al pasado. Solo te hará sufrir más.
—¿Desde cuándo te importo? —le grité al imbécil de mi padre.
—Me importas mucho, Cole. Por eso estoy aquí —Sus palabras ya no tenían ningún efecto en mí, estaba seguro de que solo estaba fingiendo—. Me enteré de que te has vuelto a involucrar con... las drogas y de que, dejaste la escuela durante un año. Por eso he venido a...
—¿Quién te dijo eso? —le interrumpí y, de repente, lo entendí todo—. Claro, seguramente tu hijo ya te fue con el chisme.
—Prometiste que no lo harías más.
No podía respirar cerca de él. Su presencia me asfixiaba.
—No te debo nada —le agarré del cuello de su camiseta—. No quiero verte aquí nunca más. Mi vida es mi problema, no el tuyo. Vete.
Lo eché a patadas de mi casa, literalmente.
¿Qué quería sacar de mí?
No había vuelta atrás. Mis manos cayeron rendidas. El golpe en la puerta me paralizó. Miré con temor, pero la figura en la puerta no era la que temía. Mi amigo, estaba allí. Un alivio abrumador me invadió.
—Vi a tu padre en la entrada. No tenía buen aspecto, y parece que tú tampoco. ¿Han vuelto a discutir?
—No puedo creer que se atreviera a venir. Y lo peor de todo es que, Zev me ha vuelto a delatar —apreté las manos—. Esperaba no tener que verlos nunca más.
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Bonito Desastre✔️
Teen Fiction¿Qué sucede si en quién confiabas tanto resulta ser tu peor pesadilla? *** Al otro lado del emporio de Falls Church hay un lugar llamado Rousseau, una de las secundarias elitistas del Condado, donde ocurren cosas muy extrañas. Está sumida de muertes...