45. La máscara de Joker

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Temas sensibles como: injuria. agresiones físicas y pensamientos suicidas.

Si estás pasando por lo mismo, te recuerdo que no estás solo o sola. Ya tienes una amiga a quién hablarle. Mantén la calma, sé que cuesta, pero sé que saldrás de esto.
Besos.
YG.

Esa noche quería ayudar en lo que pudiera, pero no funcionó y, no porque me arrepentí en ese instante, aunque dejé todo en manos de Enara y lamentablemente no apareció a pesar de todos los mensajes de texto que le había escrito. No contestó hasta después de las ocho, y quien tuvo que hacerlo fue la chica de la que Cole hablaba todo el tiempo. Lo había tomado del bolso de su mamá e ironizó sin mostrar un ápice de arrepentimiento. No había nada más importante que liberar a sus amigos de algo tan horrendo.

En ese momento pasé por algo que ni yo misma supe qué era.

Hubo una ráfaga de viento.

La última llamada del día hizo que mi cuerpo se sacudiera y mis sentidos se agudizaran. Mi hermana fue el objetivo perfecto para que yo acudiera a ella; el acoso ni las agresiones iban a detenerse, y no iba a permitir todas sus trastadas. Tenía claro que, si iba tras ella, tendría que darme cuenta de todo o estaría cerca de hacerlo. Sabía que la mejor manera era averiguarlo.

Cole fue mi soporte y yo fui el suyo. Nos apresuramos antes de que fuera demasiado tarde y, al llegar, no hubo una respuesta inmediata. No pude controlar mi ira y mi ritmo cardíaco no se normalizó. Llamé varias veces a su puerta y, presa de la rabia, conseguí captar su atención, donde Ryan nos recibió con una sonrisa ladeada.

—¿Dónde está mi hermana? —pregunté, alterada, dando largos pasos hacia el interior.

—Ella está bien —respondió el chico, quien llevaba puesta la chaqueta del colegio.

—¡Oye, tú! Dile que ya hemos llegado —Cole mantuvo su mirada puesta en él y le lanzó una leve advertencia.

—Sí, claro. Eso haré.

El chico subió las escaleras y fue a buscar a mi hermana.

En ese momento, escuché pisadas y vi unas zapatillas similares a las suyas, de color rojo. No sé si fue producto de mis recuerdos, de mi imaginación o un presagio. Sacudí la cabeza mientras esperaba a que él regresara y observé a Cole, absorto en sus pensamientos. Por simple curiosidad, quise acercarme al chico que tenía la espalda hacia mí, pero Enara bajó rápidamente, saltando los escalones. No tenía ningún rasguño ni moretón, ni nada que pareciera real; lo cual me preocupó demasiado como cualquier hermana lo haría.

—Freya... —Al verme, me envolvió el cuerpo y le entraron ganas de llorar.

—Enara, ¿te encuentras bien?

Por lo visto, no tenía buena pinta. Pasé por lo mismo y sé cómo debió sentirse. Se sentía oprimida y agredida, eso podía notarse en sus ojos llorosos.

Bonito Desastre✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora