NARRACIÓN OMNISCIENTE
Sus ojos, sus hermosos ojos se llenaron de lágrimas. No sabía cuándo cesaría el dolor que había en su pecho. El simple hecho de saber que no lo vería durante un año le pesaba enormemente. No quería que ese momento llegara, pero llegó demasiado rápido. Permaneció horas y horas sin apartar las manos de su cuerpo.
Su amor por él era real.
El viento soplaba a su alrededor y, al no percatarse, el cielo se oscureció. Recorrió las calles bajo la estentórea tormenta, sintiendo cómo el frío se colaba en su tersa piel. La chaqueta que llevaba no era suficiente, pero eso era lo que menos le importaba. Freya era una chica obstinada, sabía que este momento llegaría en cualquier momento. Prefería estar alegre en lugar de estar triste. Hizo una promesa a sí misma de visitarlo siempre que pudiera.
Cuando llegó, se detuvo al pie de la cama. El viento azotaba las ventanas y las manecillas del reloj hacían eco a su alrededor. Se acostó en esa cama vacía. Simplemente recordarlo no era suficiente, y así fue durante todo el día siguiente.
Se movió lo justo para poder levantarse y se centró en el tocador. Secó los rastros de polvo y sacó uno de los discos de vinilo que estaban recopilados en la arquilla de madera color marrón. La eufonía de la primera canción tocó en la habitación, sabiendo que probablemente lo vería en sus sueños. Cogió papel y tinta y se puso a escribir una carta a su amado, sumida en sus propios pensamientos.
Carta de No feliz cumpleaños (1)
Falls Church, 17 de noviembre de 2019
Amado mío...
¿Sabes?
No puedo evitar sentirme triste.
Te quiero y, lo extraño es que, no sé vivir sin ti. Tengo algo en qué creer. Veo el vacío en mis ojos. Te echo muchísimo de menos. Apenas ha pasado un día. Esta noche me he quedado a dormir en tu casa y lo que menos siento es miedo. Pero se respira un silencio absoluto. Me gusta estar entre tu ropa, así me recuerda lo bien que olías. Y este día no es más que uno de tantos, miro la misma pintura de antes y en mi cabeza rondan todos esos buenos momentos que pasamos juntos.
Quería escribirte, dejarte la primera carta en tus manos y que la recordaras por mí. Que sintieras cuánto te amo, algo que no te había dicho antes de que partieras. Perdona si no lo hice. ¡Qué bien suenan esas palabras! Solo a mí se me pudo haber olvidado. Me pregunto cómo debes estar sintiéndote. No tienes idea de las ganas que tengo de verte.
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Bonito Desastre✔️
Teen Fiction¿Qué sucede si en quién confiabas tanto resulta ser tu peor pesadilla? *** Al otro lado del emporio de Falls Church hay un lugar llamado Rousseau, una de las secundarias elitistas del Condado, donde ocurren cosas muy extrañas. Está sumida de muertes...