«Freya, ¿por qué?»
Se sentía como si una bala me atravesara el pecho.
La echaba de menos.
La vi en una situación bastante incómoda y, no, no estaba sola. Zev estaba junto a ella. La herida floreció. Toda vez que la miré, ella balbuceó y vi que las cosas estaban como lo dejamos. Y yo estaba ahí de pie como un idiota contemplándola y muriéndome de los celos.
Hubo un momento de silencio.
¿Cómo es posible que aún seguía queriéndola?
Maldije en voz alta y con la mano malherida me froté el corazón. El día pasó demasiado rápido y no pude evitar patear lo que sea que me rodeara. Me senté en el viejo jardín de atrás y me eché un porro en lo que iba mirando los árboles moverse. Suspiré con la cabeza levantada hacia el cielo y me sentí del asco. Llevaba dos días sin bañarme y la ropa ya me apestaba.
Pasé hacia el interior de la pequeña, pero acogedora casa. Me quité el cinturón y las pequeñas prendas de vestir. Preparé el baño, me metí a la tina y reposé durante varios minutos. El agua se fue llenando de mugre. Flexioné los brazos y doblé las piernas sobre el zócalo. El cristal se llenó de goterones y la iluminación era demasiado baja. Metí la cabeza debajo del agua y a continuación vertí una pequeña cantidad de Champú en la palma de mi mano, le saqué espuma usando la punta de los dedos y me aseguré de que no me entraran a los ojos. Después saqué toallas limpias para secarme y cambiarme de ropa.
A estas alturas debería estar haciendo algo bueno, pero normalmente estaba metido en este gran lío que se había vuelto en una de mis fatales obsesiones.
Al menos sabía que alguien de aquí pudo haberlo cogido y ese no era yo. Ya no podía confiar en nadie y, como si eso no bastase, los tenía vigilados a toda hora. No quería pensar lo peor, pero ellos me daban motivos para hacerlo.
Y, sin más, me recosté en el sofá y le subí el volumen a la radio. El locutor habló sobre las últimas noticias del día, todas ellas, en especial las de Rousseau eran mentira, así que cambié de emisora y Nothing else matters de Metallica retumbó en el espacio. Eso estaba mejor que hace un rato, pero al poco tiempo, alguien entró con un chasquido y le bajó tres rayas a la radio. Alcé la mirada y miré ese cabello rojo granate que se movía sobre sus hombros.
—Es la tercera o cuarta vez que no comes nada —A Sherisse le preocupaba mi condición. Ya no sabía qué hacer en estos pocos días de no haber hecho nada que quedarme encerrado en mi pocilga y en la que solo iba a trabajar. No iba a clases y eso ya era un caso perdido.
—No tengo hambre —respondí en seco.
—Deberías comer algo, no quiero que te enfermes —La angustia cubrió su rostro.
—Ya estoy demasiado enfermo —indiqué con sarcasmo y tristeza en los ojos.
—Cole, no sigas con eso.
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Bonito Desastre✔️
Teen Fiction¿Qué sucede si en quién confiabas tanto resulta ser tu peor pesadilla? *** Al otro lado del emporio de Falls Church hay un lugar llamado Rousseau, una de las secundarias elitistas del Condado, donde ocurren cosas muy extrañas. Está sumida de muertes...