Me quedé mirando el cielo, tenía muy poco destello y había un toque monocromo. No pasaba nada mientras estaba tendido sobre la tumbona de mi azotea. Y, por si fuera poco, escuchaba Lonely Day de System Of A Down a todo volumen. Me pareció que me la estaban dedicando a una sola voz y, no porque el protagonista fuera yo, sino porque todo era verdad tal cual decía en la canción. Buscamos el lado bueno de lo malo, y combatimos nuestra peor enfermedad. Nos hacemos los buenos, también los malos; nos volvemos débiles, pero también fuertes de corazón porque, no se me ocurrió otra cosa que escuchar a Tucker hablarme en mi cabeza.
Hubo una frase en la que todo este tiempo estuve repitiéndome, cuyo escritor Miguel de Cervantes sostuvo: «No hay pecado tan grande, ni vicio tan apoderado que con el arrepentimiento no se borre o quite del todo.» Y no tienen idea la vida que me tocó vivir. Nada de esto sería suficiente. A ese chico de antes se le llevó la corriente.
Tras mostrarme indefenso y desatendido, Kalan me dirigió la palabra después de un largo y durísimo día. A lo mejor, ninguno estaba acostumbrado estar lejos el uno del otro. No habíamos tenido una discusión tan fuerte, no hasta entonces.
—Amigo, ¿tienes un minuto?
—Ya que estás aquí, sí —Ladeé la mirada hacia la suya y pasé a sentarme, al tiempo que chasqueaba los dedos. Al menos esperaba que las cosas pudieran mejorar.
—Yo... lo lamento mucho —El arrepentimiento cubrió su semblante.
—Y yo por arrastrarte hasta aquí.
—Entonces, ¿me perdonas?
—No hay nada que perdonar, pero eso sí, piensa en lo que te dije.
—Lo pensaré, pero no te prometo nada —Suspiró como si tuviera un nudo en el estómago. En el fondo sabía qué complicaciones tenía.
—Lo combatiremos los dos —le eché porras como si fuera algún examen técnico o de investigación.
—Y bien, ¿ahora qué harás?
—No lo sé.
—Piensa en algo nuevo antes de que sea demasiado tarde.
—Eso hago.
Lo miré y lo abracé a modo de reconciliación; aunque me dio la impresión de que nada estaba bien. Había vuelto a cometer un error. No me pude resistir, solo actué por impulso. Por un segundo, creí que al ponerme hablar iba a cambiar la situación en la que estaba metido. No obstante, algo brotó de mí como un alma en pena, así que llevé la mano temblorosa al bolsillo de atrás. Toda vez, obtuve el dinero sucio de Tucker y lo apreté con hostilidad.
—¡Estamos jodidos, Kalan! —pronuncié las palabras lentamente como si algo dentro de mí fuera expulsado—. En vez de arreglar las cosas, las empeoro.
—¿Qu-ué hiciste? —Los ojos se le abrieron tan grandes—. ¿De dónde sacaste eso?
—No me atreví, le eché otra mentira —musité alcanzando mi propia voz—, y esto fue lo que obtuve a cambio.
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Bonito Desastre✔️
Teen Fiction¿Qué sucede si en quién confiabas tanto resulta ser tu peor pesadilla? *** Al otro lado del emporio de Falls Church hay un lugar llamado Rousseau, una de las secundarias elitistas del Condado, donde ocurren cosas muy extrañas. Está sumida de muertes...