¿Qué sucede si en quién confiabas tanto resulta ser tu peor pesadilla?
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Al otro lado del emporio de Falls Church hay un lugar llamado Rousseau, una de las secundarias elitistas del Condado, donde ocurren cosas muy extrañas. Está sumida de muertes...
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COLE
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Cada vez que venían imágenes a mi mente, era la de esa chica en ese vestido rojo pasión, ese matiz hacía juego con su hermosa piel pálida. No hacía falta verla para poder dibujar su retrato. Era muy probable que me la hubiera imaginado de mil formas y, por ello, estaba dispuesto a contemplarla.
Oh, eso sí.
Podía caminar entre la muerte, arrastrándome por un charco de sangre y estrenando mi mejor atuendo. Al margen de todo, me daría el lujo de tener una nueva agenda y me prepararía gota a gota. Era la decoración más llamativa, por su excelencia. Eso era lo único en lo que podía pensar.
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Las radiaciones de sol me llegaron en toda la cara. Kalan se movió hacia el viejo sillón con una pipa y atestó el ambiente de humo. Había latas destapadas y vacías en el piso de madera.
—¿Cómo te fue con tu nueva amiga? —escrutó, ladeando la cabeza para mirarme.
—Corrección, no es mi amiga —respondí bruscamente.
—Entonces, ¿de dónde la conoces?
—Es alguien que conocí por ahí.
No podía correr el velo y contarle las cosas que me habían pasado estos últimos días. Tampoco quería verme desorientado. Quería hacer las cosas a mi manera. Además, no podía permitirme tener sentimientos hacia nadie, aunque eso pudiera cambiar en cuestión de días.
—¿De por ahí? ¿Desde cuándo aquí no me dices que es lo que te está pasando? —increpó elevando un ceja.
—Deja de hacer tantas preguntas —fruncí el ceño.
—Bien, como tú digas.
Había algo en ella, quizá sea el color de sus ojos náuticos, el tejido delicado de sus labios o, a lo mejor, sea su hermosa piel pálida. Y, sin embargo, no me sentía fuerte, mucho menos sólido. Solo me estaba conteniendo como cualquier persona normal. Y Kalan sin duda tenía otros planes y eso era porque había algo que quería decirme.
—¿Y ahora tú que me ves tanto?
—Pensándolo bien, ¿por qué no mejor aceptas la oferta de Tucker?
—¿Eres consciente de lo que me estás pidiendo? —Lo miré como si no lo conociera lo suficiente. Tal vez, esto había ido demasiado lejos.
—Cole, esto nos beneficiará a los dos —intentó convencerme—. Él puede darnos lo que tanto necesitamos. Lo ha hecho hasta ahora.
