¿Qué sucede si en quién confiabas tanto resulta ser tu peor pesadilla?
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Al otro lado del emporio de Falls Church hay un lugar llamado Rousseau, una de las secundarias elitistas del Condado, donde ocurren cosas muy extrañas. Está sumida de muertes...
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┌──────── ∘°❉°∘ ────────┐ FREYA
Madre mía... no sabía en lo que me estaba metiendo. Me escocían los ojos. Sabía que no me iba a gustar y sentí que me faltaba aire en los pulmones. Aquel muchacho sabía lo que quería, hacía tres días que lo había vuelto a ver y lo odiaba por haberse cruzado en mi camino.
Ese trato podía costarme la vida. ¿Realmente quería hacerlo? Parecía haberse convertido en mi peor pesadilla, muy aparte de lo que me sucedía. Casi podía verlo rondar en mi imaginación. Aunque no se podía decir lo mismo de cuanto dolía esto.
¿A qué se dedicaba?
Al llegar, me aseguré de coger mis llaves, metiéndola en la cerradura de la puerta hasta que consiguiera abrirla. Pero, al entrar, pegué un grito cuando escuché una voz detrás de mí.
-¡Enara, me diste un gran susto.
-¿De quién te escondes? -cayó sobre el reposabrazos del sofá como si tuviese acceso a mi mente.
-De nadie.
-Uhm, te ves tan extraña. Dime, ¿qué hiciste? Pensé que irías a casa de Kayla.
-No había nadie -busqué un pretexto para quitarme este peso de encima.
-¡Ya deja de fingir! Kayla estaba preocupada por ti, así que llamó al teléfono para decirme que estuvo esperándote, pero no llegaste.
Me descubrió.
-Está bien, voy a contarte -dije finalmente-, pero esto no es nada agradable.
-¿Es tan malo?
-Algo así -me quité la mascada del cuello enseñándole el pequeño sonrojo que había en mi piel-. Esto es lo que me está pasando.
-¿Qué te... sucedió?
Silencio.
-Todo pasó meses atrás.
A decir verdad, no fue por mucho tiempo; sin embargo, no supe qué decir en ese instante. No quería contarle más de lo que ya sabía. Fue uno de los escenarios más escalofriantes que había padecido.
-¿Quién te hizo esto? -preguntó Enara.
-Creí que no era necesario mostrártelo- Cada nervio cubrió mi rostro.
-Guau... me siento afortunada de ser la única que lo sabe. Y bien, ¿cuál es su nombre? -insistió Enara.
-Su nombre es... Cole -Las palabras salieron de mi boca con dificultad. Ese chico había cubierto mi mundo de un color oscuro.
-¿Y cómo es él?
Cole era alguien que venía entre las sombras, y su voz estaba llena de poesías oscuras.
