—No me dejes —Solté para mí mismo.
Sentía una sensación de querer llorar. Me faltaba oxígeno y, antes de seguir caminando hacia donde mis piernas me lo permitieran, grité por todo lo alto. Recorrí hacia ella creyendo que la encontraría sola. Incluso, estaba dispuesto a acercarme a modo de reconciliación porque... ¡Demonios! La echaba de menos y, si era posible, iba a disculparme. Pero, todo esto fue obra del destino porque, entonces, la vería con mi hermano en su oscura camioneta. ¡Rayos! Me entraron ganas de darle su merecido a ese idiota.
No soportaba la idea de que pasara más tiempo con él. Ella era mi amiga, mi amante y la niña que cautivaría mi corazón. Todo lo que le dije no era cierto. La quería demasiado y no quería que nadie la amara tanto como yo. Había muchas cosas que quisiera decir de ella como la forma en la que caminaba, la manera en la que me miraba o el hecho de que me evitara cuando me la acercaba, porque sabía lo nerviosa que estaba enfrente de mí. Y si hubiera algo que contar es que... volvería a tomarla de la nuca y besarla hasta el amanecer. Esas pequeñas curvas y ese cabello castaño recogido. Su peculiar voz y esos ojos azules que estaban a la mira.
Nada sería igual sin ella.
Seguí mi propio camino y me mostré impaciente al respecto.
Me acerqué al acantilado con la mirada hacia abajo y resbalé un poco dejando a mi paso algunas piedras y arena húmeda. Hacía varios días que no lo intentaba. Una gran parte de mí estaba malherida. Y a medida que iban pasando los minutos, no lo conseguí. Me fui a casa y llegué por la mañana. La cuestión es que, mi ausencia se sentiría menos de lo que antes se apreciaba. Eso lo noté cuando apenas puse un pie dentro. Kalan giró a verme, se levantó del sofá y me ayudó a sostenerme.
—Cole, ¿te encuentras bien?
Como estarlo.
—Se terminó, ya no existe ningún trato —Me dejé caer sobre el sillón. El frío colapsó contra mi piel, dejé de respirar durante un segundo y mis labios palidecieron.
—¡¿Qué?! —me miró con los ojos entornados—. Si Jace se entera de esto, no te lo perdonará y esto también me incluye a mí de alguna manera.
—No exageres, buscaré otra alternativa.
El tenor de mi voz se debilitó.
—Que no exagero. Solo has algo para que lo reconsidere.
—¿No ves que solo la hemos estado utilizando para que nos ayude? —bufé.
—¿Y ahora qué idea se te ocurre?
—Buscaré a otra chica y la suplantaré. Total, nadie se dará cuenta.
La locura entorpeció mi visión.
—Cole, nos estás metiendo en un problema.
Lo hice todo el maldito tiempo.
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Bonito Desastre✔️
Teen Fiction¿Qué sucede si en quién confiabas tanto resulta ser tu peor pesadilla? *** Al otro lado del emporio de Falls Church hay un lugar llamado Rousseau, una de las secundarias elitistas del Condado, donde ocurren cosas muy extrañas. Está sumida de muertes...