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COLE¿Qué si la conocía? Claro que la conocía, Irish Wood era nada menos que mi hermana menor. Apenas y tenía catorce años. Y, por desgracia, tendrá la misma edad hasta el final de los tiempos.
Todos en el instituto le rendían tributo y alguno de ellos estaban dispuestos a tomar represalias contra mí y, aunque el viejo Bridge se les advertía, eso a nadie le importaba y, para ser verdad, tampoco a él.
Menuda farsa.
Por segunda vez estaba en el ojo de la tormenta. Todo sería peor si supieran quien soy. Muy pocos sabían de mi retorno. Gente a quien lamentablemente le había confiado mi secreto.
Por entonces quise esconderme en algún rincón. Sin embargo, algo ocurrió, vi a Freya y a mí los ojos me brillaban. Me quedé fascinado por su belleza, estaba en ese pequeño traje de animadora y, no es por nada, pero había algo tóxico y helado que despertaba en mí. Por lo demás, traté de mantenerme distante, no quería involucrarla y embarrarla de mi miseria. Tal vez ya la habrían contado sobre mí, sobre el chico problema que le arrebató la vida a su hermana, y quien sabe qué mentiras más le habrán contado.
Me froté la cara mientras me movía de un lado a otro. Traía el pelo desordenado y la camiseta rancia y holgada. Apagué la colilla del cigarrillo con la suela de la zapatilla. Enseguida, cogí una tijera de cocina y me corté el dedo con la hoja punta fina. Pasé al lavamanos y solté la llave. Me lastimaba inconscientemente y me traía algo de placer ver mi propia sangre disolverse en el agua. No sentía nada en absoluto y de vez en cuando lograba controlarme. Mi propio caos.
Después de varios minutos alguien tocó la puerta. Encendí el interruptor y, entonces, caminé para allá con una expresión a secas. La imagen quedó grabada en mi mente. Sherisse se enjugaba las lágrimas y tenía la mirada hacia abajo.
—No podía soportar ver como todos hablaban de ti. Me preguntaron a cada rato si sabía algo. ¡Tuve mucho miedo! —musitó con la voz entrecortada.
—Por suerte nadie se dio cuenta —respondí tranquilamente, aunque por dentro me remordía saber que aún seguía siendo el protagonista de sus pesadillas.
Y, de solo verla, la abracé tan fuerte que sentí mi pecho entumecerse. Debí haber hecho algo. Supongo que no pude distinguir bien entre lo bueno y lo malo.
—Cole ¿y si descubren que eres tú? —me dijo entre sollozos y no la escuché—. Ya no me siento del todo segura.
—Si eso ocurre, entonces tendré que enfrentarme a la realidad.
No había de otra.
—¡Mantente lejos! —me miró con tristeza.
—¡Tranquila! ¡Todo va a estar bien!
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Bonito Desastre✔️
Teen Fiction¿Qué sucede si en quién confiabas tanto resulta ser tu peor pesadilla? *** Al otro lado del emporio de Falls Church hay un lugar llamado Rousseau, una de las secundarias elitistas del Condado, donde ocurren cosas muy extrañas. Está sumida de muertes...