Capítulo 5

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Narra Damian

Sentía como alguien me daba pequeños y tiernos besos en la mejilla logrando despertarme.

-¡Novio!- grito un diminuto chico a mi lado regalándome un gran abrazo.

-Hola, Billy- lo salude acariciando su cabello para después sentarme correctamente en el sillón.

-Al fin despiertas, gusano. Creí que tenias complejo de bella durmiente- bromeo el rubio idiota saliendo de la cocina con un pedazo de sándwich en la mano.

-Ja ja ja, que gracioso- reí sarcástico mientras me estiraba. Todo mi cuerpo se encontraba adolorido.

-No le digas gusano- regaño el menor a su hermano mostrando su cara más enojada. 

Ternurita.

-Oye, yo lo puedo llamar como quiera, en cambio tu solo le debes decir Damian, no novio.

-Pero es mi novio- le mostró su lengua infantilmente, agarrando mi brazo de manera protectora.

-Pequeño mocoso, ven aquí- camino amenazante hacia Billy haciéndolo chillar de miedo.

-¡No, hermanito!- correteo por toda la sala de estar siendo perseguido por el mayor, quien reía al verlo tan asustado.

-Te atrape, niñato- lo agarro de la cadera levantándolo sin gran esfuerzo, logrando que el niño riera en el aire- No tienes escapatoria- lo giro hacia el sonriendole cínicamente al pequeño.

-Perdón, perdón, perdón- se disculpo entre risas, sintiéndose aliviado cuando su hermano lo dejo en el suelo.

-Ve a tu cuarto- le mando como si fuera su padre, viendo atento como el niño le hacia caso encerrándose en su habitación.

-Cuando tengamos hijos seré yo el que los educare- comento de repente logrando que lo mirara atento y un poco sonrojado, solo un poco.

-¿Qué dices?

-Ya es hora de que te vayas, es tarde- respondió sin verme a los ojos ocultando una pequeña sonrisa.

-Estoy seguro que eso no fue lo que dijiste.

-¿Entonces para qué preguntas si ya lo escuchaste?- pregunto irónico regalándome un ligero calvazo. 

-Auch...- me queje sobando detrás de mi cabeza mientras lo miraba con odio.

-Ay no seas niña, no te pegue tan fuerte.

-Me las pagaras, idiota.

-Espero impaciente por verlo- me lanzo una mirada malvada para después caminar hacia su puerta, haciéndome señas para que me  fuera.

-Ya entendí, no tienes que ser tan obvio- conteste molesto al no querer irme, por alguna razón insignificante.

-Te extrañare, duerme bien y sueña conmigo- dijo con una tierna voz que hizo que lo mirara fijamente, pero al ver su burlona sonrisa caí en cuenta que se trataba solo de una broma.

¿Por qué siempre caigo en sus bromas?

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Agh, otro maldito día, en el cual tendré que soportar a los estúpidos de mis compañeros que tan solo sirven para que el maestro los pase a la pizarra y no me escoja solo a mi.

Lo siento, pero hoy es de esos días que me levanto con un humor de perros. Como si me llegara la regla como cada mes. ¡No lo soporto!

-¡Buenos días, pulguita!- saludo mi madre abriendo la puerta de mi cuarto mientras corría mis cortinas, dejando que la horrorosa luz quemara mi piel.

Tutor de un mujeriego (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora