Capítulo 12

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Narra Nathan

-Bueno, muy divertida la pelí y todo, pero ya nos iremos a jugar- comento la hermana del gusano después de unos segundos de silencio al terminar la película.

-Quiero ver otra- pidió el menor de todos, aún sentado en las piernas de la mosca muerta llamada Cameron.

-No Billy, vendrás con nosotras a jugar con tu esposo- respondió la chica acariciando su rubio cabello.

¿Cómo es que permití que esto pasara?

-Si, Billy, podrás hacer lo que quieras con Cameron- dijo Anna emocionada.

-Está bien- se encogió de hombros restandole importancia.

Lo sé, es muy difícil de convencer. Sarcasmo extremo.

-Hey tú- me llamo Evelyn apuntándome son su dedo- Cuida a mi hermano mientras no estamos- ahora apunto al nombrado, quien se encontraba durmiendo en mi piernas.

Al parecer no le gusta ver películas. ¡Siempre se duerme!

-Y tú cuida al mio- la rete haciendo un duelo de miradas, en el cual gano ella.

Maldición, ya no soy el mismo. Me dejo ganar de cualquiera.

Al ya estar todos en el segundo piso "jugando", me limite a observar detenidamente las finas facciones del alienigena notando un diminuto lunar bajo su ojo, en la esquina para ser específicos, el cual sus largas pestañas lo cubrían perfectamente.

-Eres estúpidamente hermoso, inútil gusano- soy un amor de persona.

-Mmm...- se quejo entre sueños, frotando su cabeza en mi cuello, imitando a un gatito.

-Quiero tocarte el pene- he dicho, soy un amor. Punto.

-Hazlo- respondió.

No es cierto, el que respondió fue mi cerebro, pero de todas maneras le haré caso.

Sigilosamente dirigí mi mano hacia su paquete, cubriéndolo completamente por sobre la ropa.

-¡Ah!- gimió aún dormido, haciéndome alucinar.

-Me siento como un violador. Uno muy guapo debo decir- me alabe a mi mismo mientras acariciaba su débil zona.

-No...-se quejo, removiéndose para apartarme.

-Se que lo anhelas, gusano.

-¡Ah!- creo que piensa que está en un sueño erótico, ya que no despierta.

¡Vamos, bésalo ya!- grito mi subconsciente dejándome perplejo.

Puff, ni que tuviera tantas ganas de besarle. Es un simple chico, nada más.

Lo deseas, puto. 

¿Quién dice? Siempre he detestado a Damian.

Lo quieres.

Bueno, solo un poquito.

Finalmente deje de hablar con mi conciencia y decidí ir directo a la acción, pero al estar tan cerca de sus labios mi corazón se aceleraba idiotamente poniéndome nervioso.

Vamos, estoy actuando cómo si nunca lo hubiera besado. Me siento patético.

¡Hazlo ya, puto!- tendré que hablar seriamente con mi conciencia. 

Con la mano que antes estaba en su miembro, tome su rostro para finalmente juntarlo con el mio, entrelazando así nuestros labios.

Deliciosos. 

Tutor de un mujeriego (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora