Capítulo 24

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Narra Nathan

Bien, justo en este momento estoy feliz... Y enojado también.

Feliz: El gusano al fin dijo que me amaba.

Enojado: Puto Derek, cuando lo vuelva a ver le sacare los ojos con una cuchara oxidada y con ácido sulfúrico para que no se atreva a volver a ver a mi bebé.

-Nathan... Nathan...- murmuraba Damian entre suspiros mientras yo besaba su cuello lentamente.

-Te amo- le contestaba divertido por sus reacciones. 

Agradezco por todos los cielos que mis hermanos se hayan ido al parque, dejándome tiempo a solas con mi novio.

Luego de nuestra confesión en el baño de la escuela, estuvimos encerrados lo que quedaba de clase hablando y jugando un poco para evitar pensar lo que había pasado con el miserable de Miller.

Y ahora nos encontrábamos en mi casa, especialmente en mi cama, haciendo cositas ricas.

-¡Nathan!- se quejo al sentir como succionaba la piel de su cuello, dejandole una hermosa marca.

-Hermoso.

-Eres un bruto- lloriqueo golpeando mi pecho.

-Eres un llorón, eso no duele- me reí de él, intercambiando las posiciones para que el quedara sentado en mi piernas mientras seguía quejándose.

-Claro que duele, idiota- gruño sobando la zona en donde lo mordí- ¿Tienes complejo de vampiro o qué?

-Que pereza contigo. Te quejas de todo- lo mire con fastidio, intentando bajarlo de mi cuerpo.

-¡No! Lo siento, Nath. Es que en verdad me dolió- escondió su rostro en mi cuello, abrazándome fuerte para que no lo apartara.

-Te la creíste- volví a burlarme, recibiendo un pequeño puño en el estomago.

-Maldito imbécil- parece que el si no esta fingiendo- Déjame- ordeno sacudiendo sus brazos de manera infantil para deshacerse de mi agarre, haciendo un puchero.

-Llorón- lo tire en la cama en medio de risas, posicionandome sobre él y tomando sus muñecas para que no escapara, colocandolas a cada lado de su cabeza- ¿Te consideras una persona cosquillosa? 

-N-no- respondio nervioso cerrando sus ojitos- Ni te atrevas, Nathan- advirtió al escuchar mi risa malévola.

-Muy tarde- solté sus brazos, dirigiéndolas hasta sus costillas, comenzando con la tortura.

-¡No! ¡Nathan Federico de las rosas! ¡Detente!- gritaba muerto de la risa, pateando en el aire como desquiciado.

-¿Federico? No recuerdo haberle puesto ese nombre a mi hijo- se escucho una tercera voz desde la puerta, logrando que me apartara del pelinegro como si tuviera un virus infeccioso.

-Papá.

-Hola, hijo- saludo sonriente, entrando a mi habitación tranquilamente con las manos entre los bolsillos de su pantalón. 

Damian solo permanecía en silencio mientras arreglaba su ropa y cabello.

-B-buenas tardesss, s-señor director- saludo mi novio en un susurro agachando la mirada por la vergüenza.

-Williams- lo llamo con voz seria, asustando al nombrado- Dime Hector, muchacho- pidió golpeando amistosamente su brazo- Solo fuera de la escuela.

-S-si, señor.

-No recordaba que el joven Williams fuera tan tímido- se rió golpeando ahora mi brazo- ¿Pensaban hacerlo?

-¿Hacer qué, señor?- pregunto confundido Damian, haciéndome reír.

Tutor de un mujeriego (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora