Capítulo 4

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Narra Damian

Me encontraba nervioso, inquieto. Desde lejos observaba al rubio idiota, temiendo acercarme para poder entregarle el cuadro que traía en las manos.

-Una foto te dura más- murmuro mi amigo dándome un golpe en el brazo con su codo.

-No lo estaba mirando- mentí volteando de nuevo hacia mi casillero para sacar mis cosas.

-Sabes que no me puedes mentir porque yo lo sé todo.

-¿Qué hacen chicos?- llego nuestra amiga salvándome la vida- ¿Para quién es ese cuadro que llevas allí?- me retracto de mi palabras.

-Para su amor prohibido- respondió el pelinegro logrando sorprender a la chica.

-¿Nathan? o ¿Derek?

-Nathan...

-¡Ya basta!, no me gusta Nathan, él es un idiota, nadie estaría enamorado de un idiota.

-Si, otro idiota, en este caso tú- respondió la menor estallando a carcajadas junto al pelinegro.

¿Cómo es qué son mis amigos?

-Tu chico ya se va- anuncio Tom señalando el casillero del rubio con su cabeza. Nathan cerraba su casillero despacio como si estuviera esperando a alguien- Ve por él tigre.

Me arme de valentía caminando rápidamente hacia el tatuado deteniéndome detrás suyo. Toque suavemente su hombro con uno de mis dedos asustandolo un poco.

-No vuelvas a hacer eso, gusano- me regaño frunciendo su ceño mirándome fijamente después de girarse.

-Lo siento- me disculpe sonrojandome por su penetrante mirada, la cual detallaba cada centímetro de mi rostro.

-¿Qué quieres? no tengo tiempo- no recordaba que este tipo sufre de trastorno bipolar.

-Traje tu cuadro- levante el lienzo viendo como su expresión cambiaba a una de asombro.

-¿Tan rápido lo hiciste? pero si te lo pedí ayer- lo miro atónito intentando ocultar su fascinación por el dibujo

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-¿Tan rápido lo hiciste? pero si te lo pedí ayer- lo miro atónito intentando ocultar su fascinación por el dibujo.

-Mmm... no tenia nada que hacer cuando llegue a casa, además no tarde mucho- y es verdad, ya que tan solo tenia que terminar unos detalles.

-No esta genial, pero gracias por el intento- desgraciado, un poco de amabilidad no hubiera estado mal.

-Me esforcé mucho...

-Pues no parece. De todos modos lo conservare solo porque me das lastima- guardo cuidadosamente el dibujo en su casillero cerrándolo de nuevo.

-No vuelvo a hacer nada por ti- dije furioso no queriendo que nuestra conversación termine.

-Esa ni tú te la crees- sonrió de manera egocéntrica, despeinando mi cabello perfectamente arreglado.

-Chicos, ya es hora de entrar a clases, ¿qué esperan?- nos reprendió un maestro que iba pasando por los pasillos para cerciorarse de que todos estuvieran es sus salones.

Tutor de un mujeriego (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora