Capítulo 6

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Narra Damian

No

No quiero entrar, no puedo, ni lo quiero ver. ¿Y si me hago el enfermo y me voy?, ¿me creerá?

No me importa, está decidido, me iré antes que se de cuenta que estoy paradote enfrente de su puerta.

-¿A dónde, gusano?- maldición, me descubrió. 

Aborten la misión, Gays y gatos primero. Repito, ¡Gays y gatos primero! No pregunte porque.

-Amm... No me siento muy bien, iré a mi casa a descansar- fingí toser sin aún mirarlo a los ojos.

-¿Por eso el cubre bocas?- señalo la tela con nariz y bigotes de gatito que tapaba mis labios.

-S-si- respondí nervioso, golpeándome mentalmente por ello.

-No te creo- dijo serio mientras se cruzaba de brazos, logrando resaltar sus gigantes músculos. Yo tan solo esquive mi mirada para que no viera lo angustiado que estaba.

-Me vale tres pepinos si me crees o no- trate de ser indiferente, sabiendo que por dentro me estaba muriendo por ver sus lindos ojos. 

¡Si, lo admito! sus ojos son hermosos.

-¿Por qué no me miras?- avanzo hacia mi tomándome de la barbilla y levantando esta para que pudiera verlo directamente- Tan solo falta que te coloques una orejas y quedas como un gato de verdad- se burlo con intención de quitarme el cubre bocas, pero fui más rápido que él. Me separe de manera apresurada, acomodando la tela que se había movido un poco.

-Te digo que estoy enfermo- volví a toser falsamente, viendo como elevaba una de sus cejas con ironía.

-¿Acaso todo esto es por el beso?- ¿cómo lo supo?

-Nooo...- alargue la palabra viéndome más idiota de lo que ya era.

-A veces creo que eres un idiota, pero uno muy tierno- sonrió dulcemente acercando su rostro al mio, tan solo dejando uno milímetros de distancia- No creas que con cubrir tu boca no te haré nada, gusano- y junto nuestros labios por unos cuantos segundos, siendo separados por tan solo una delgada tela.

Esta vez si tosí de verdad, pues me atore con mi propia saliva al sentir sus cálidos labios.

-Oh, en verdad estás enfermo- rió cínicamente tomándome de la mano, jalándome hacia el interior de su casa.

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Maldito, ¿para esto me hace venir todos los días? para ver como bebe cerveza mientras se divierte hablando con sus putos y putas.

-Claro, cariño. Mañana en la tarde estaría perfecto, ponte algo lindo ¿si?

¿Mañana? ¿Quiere decir que seré libre mañana?

-¡Ay, si! sabes que eso me encanta- prácticamente gimió mientras tomaba otro trago de su bebida alcohólica.

-¡NATHAN!- lo llame furioso, no por lo que hablaba, sino porque lleva bastante tiempo ignorándome.

Al escucharme gritar se asusto tanto que termino tirando todo el liquido a su camiseta de alguna banda de rock.

-Luego te llamo- le dijo tranquilamente a la persona con quien hablaba, cortando de una vez por todas su llamada- ¡¿Qué te pasa, escarabajo?!, acabas de arruinar mi playera favorita.

-Como si no la pudieras lavar- me encogí de hombros con un leve cosquilleo en el estomago. Mi cerebro dice son celos, pero yo creo que solo es hambre.

-Ahora tendré que quitármela- dijo de repente sacándose la prenda sin importarle que yo estuviera viéndolo apenado y sonrojado. 

-No, espera, ¿qué haces?

Tutor de un mujeriego (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora