Capítulo 36

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Narra Damian

-¡Espera un momento! No demorare- pidió el rubio dejandome confuso- Tienes que cerrar tus ojos, no puedes mirar nada- y finalmente corrió hacia el fondo del lugar.

-Ok...- cubrí mis ojos con las manos, escuchando leves ruidos.

-Aún no los abras- volvió a mi lado, alejando mis manos de mi rostro, dejando en ellas un... ¿Palo?

Oh, no era un palo, era el tallo de una flor, pero no cualquier flor, era de un clavel ¡Mis favoritas!

Se posiciono detrás mío mientras reía con emoción, colocando ahora sus palmas frente a mis párpados cerrados.

-Camina, gatito- susurro en mi oído, haciendo que me cuerpo se estremeciera completamente.

¡Este chico me va a matar de un paro cardiaco!

Caminamos lentamente sintiendo el olor que desprendían todas las plantas del invernadero hasta detenernos.

-Ya puedes ver- descubrio mis ojos para luego abrazar mi cadera desde atrás mientras yo miraba asombrado todo lo que había preparado para mi.

-Nath...- no tenía palabras.

Frente a nosotros había un pequeño camino de velas aromáticas que nos guiaban hasta una manta con un montón de pétalos de clavel esparcidas sobre ella. Y al lado de esta se encontraban todos los obsequios que me dio Nathan durante estos días.

-¿Te gusta?- pregunto curioso, besando mi sonrojada mejilla.

-Es muy lindo, Nath- aun no podía asimilarlo.

-Que bueno. Quería que todo fuera perfecto, mereces eso y mucho más.

-¿Desde cuándo eres tan... Tan cursi?

-Solo por ti, Damian. Sé cuánto te gustan estas cosas, las golosinas, los peluches enormes y los claveles. Solo tú haces que mi lado romántico se active.

-Me siento halagado- rei, oliendo el dulce aroma de la flor- Creí que los habías tirado- me referí a los regalos, caminando hacia ellos y tomando al gran oso de felpa, el cual seguía oliendo al exquisito perfume del rubio.

-¿Por qué los botaría? Son tuyos- se dirigió hasta la manta, sentándose con las piernas cruzadas, palmeando el lugar al frente de él- Ven, tenemos que hablar- se puso serio.

-¿Me contaras toda la verdad?- imite su acción, colocando al oso a mi lado sin dejar de abrazarlo.

-Si, bebé- inclinó un poco su cuerpo hacia adelante, dejando un corto beso en mis labios.

Narra Nathan

-Bien- suspire profundo, viendo directamente los hermosos y azulados ojos del chico que robo mi corazón- Es cierto que hice una apuesta para acostarme contigo- Damian me miró con tristeza antes de bajar su cabeza, jugando con las orejas del oso- Ese día estaba muy molesto, no podía controlarme y Peter lo noto, se aprovechó de mi estado, me lavo el cerebro con sus palabras hasta que logro que aceptara hacer esa ridícula apuesta.

Flash back

-¡Estupido, Miller! ¡¿Por qué tuvo que existir?!- grite furioso, golpeando algunos casilleros para descargar todo enojo, asustando a algunos chicos que se encontraban en el pasillo- ¡¿Qué putas me ven?! ¡Mueranse todos!

¿¡Por qué justo ahora que todo estaba funcionando!?  ¿Por qué tenía que arrebatarmelo?

-Nathan.

-¡No me hables, idiota!- le ordene a Peter, alejándome de él mientras que no dejaba de respirar exaltadamente.

-Oye, tranquilo, Bro- no le dio importancia a mi actitud, deteniéndose frente a mi- ¿Y esa cara, rubio? ¿El pelirrojo al fin se quedó con la zorra de Damian?

Tutor de un mujeriego (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora