Extra: pequeño amor

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Narra Cameron

-¿Por qué tarda tanto?- me pregunte a mi mismo, revisando mi reloj de mano mientras apoyaba todo el cuerpo contra mi BMW que mis padres me regalaron en mi cumpleaños número dieciocho.

¡Oh! Ahí está. Tan lindo como siempre.

-¡Billy!- agite mi mano en el aire para llamar su atención, fijandome en su malhumorado rostro.

-¡Bill! No entiendo porque te enojas. Deberías alegrarte por mi.

-Que te jodan, Jason- el rubio se detuvo en frente mio, cruzándose de brazos- ¿Qué haces aquí, Cameron?

-Vine por el cumpleañero más lindo del mundo- golpee su pequeñita nariz con mi índice, siendo apartado por él.

-No hagas eso- gruño.

-Vaya, los dieciséis no te sentaron bien- revolví su cabello juguetonamente, logrando sacarle una diminuta sonrisa.

-Déjame, Cam- me empujo suavemente, intentando parecer molesto.

-Bien ¡Vamos por un helado!- agarré su muñeca con suavidad, abriendo la puerta del copiloto para que Billy se subiera.

-No tengo ganas. Mejor me voy a mi casa... caminando- se soltó de mi agarre, tomando las correas de su mochila.

¡No! Si llega ahora a su casa arruinara toda la sorpresa.

-Entonces vamos por un café helado- lo volvi a tomar de su muñeca, haciéndolo enojar.

-No quiero, Cameron- gruño intentando soltarse sin éxito alguno.

-Vamos, principito.

-¡Te dijo que no!- rayos, tuvo que llegar el entrometido- Deja tranquilo a mi amigo, pedofilo- abrazo con protección al pequeño, enojandolo aún más.

Odiaba que lo trataran como a un niño.

-Piérdete si no quieres que llame a la policía.

-A mi no me amenaces, imbécil- estaba decidido a golpearlo, pero un lindo rostro se interpuso.

-Basta los dos, parecen unos bebés- pataleo infantilmente, sacando humo por las orejas- Jason, tú mejor vete con tu noviecita- lo empujo un poco para apartarlo de su cuerpo- Vámonos ya, Cameron- se subió al auto, cerrando la puerta fuertemente.

-Adiós, perdedor- me burlé de él, fijandome como levantaba su puño para golpearme, pero al ver la mirada de advertencia del rubio, la bajo rápidamente.

Me adentre al auto con una gran sonrisa, mirando al precioso chico que tenía a mi lado.

-¿A dónde quieres ir primero? Podemos ir por el café y beberlo en el parque, también podemos.

-Quiero ir a casa, Cameron- recostó su cabeza en la ventana, poniendo la palma de su mano contra su mejilla.

-Pero...

-Llévame a casa- odio que sea un adolescente amargado, pero nadie me obligó a enamorarme de él.

-Bien, te llevaré a casa- me estiré hacia él, sorprendiendolo al pasar mi brazo por su estómago- Tienes que usar el cinturón de seguridad- sonreí al ver su sonrojo, dejando un pequeño beso en una de ellas antes de sentarme correctamente.

-Ya lo sabia- rodó sus ojos, colocandose sus audífonos.

Siempre lo hacía cuando no quería hablar con alguien.

-¿Escuchas canciones de disney?

-¿Qué te pasa? Ya no soy un niño- frunció su ceño.

-A ver- de un jalón aparte los audífonos de su teléfono, logrando que la música se escuchara en todo el auto- ¿Esa es no es la de Mulan? ¿Cómo se llamaba?- golpee mi barbilla con el dedo, fingiendo que estaba pensando.

Tutor de un mujeriego (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora