Capítulo 8

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Narra Damian

Maldición, ¿Dónde habré dejado esa calculadora? Estoy seguro que la había dejado en la mochila.

Buscaba desesperadamente en el interior de mi maleta, sin darme cuenta que ya estaba al frente de mi mayor pesadilla.

-Casi que no llegas, gusano- dijo un muy idiota rubio recargado sobre la puerta de su casa.

-¿Me estabas esperando aquí afuera?- cuestione sin poder creérmelo.

-pff... Para nada, solo salí a tomar el sol y tú llegaste- manoteo en el aire aún con los brazos cruzados pareciendo tranquilo. 

¿Por qué no le creo?

-Ay aja y soy soy...

-¡NATHAN!- grito alguien desde el interior de la casa, abriendo la puerta donde seguía el rubio, haciéndolo caer de trasero al piso.

-¡Harry! Estúpido mamut, hijo de...

-Alto, alto, tranquilízate, hermano- rió al ver al menor de los dos en el suelo mientras echaba maldiciones al aire- Lo siento, pero es que tengo que ir urgente a la tienda y necesito que vayas por Billy.

Le ofreció la mano para ayudar a levantarse, siendo ignorado completamente.

-¿Qué? ¿Y yo por qué? ¿Yo qué culpa tengo?

-Lo harás y punto o le diré a papá.

-O le diré a papá- imito a su hermano mayor infantilmente ganándose un calvazo como recompensa.

-No seas así, mira que yo te cubro cuando traes tus putitos a casa.

-Shh... Cállate imbécil- cubrió sus labios asustado tratando de evitar mi mirada a toda costa.

-No me toques la boca con tus sucias manos- ordeno asqueado, sacando un pañuelo de su bolsillo, pasándolo fuertemente por su boca para "limpiarla".

-Entonces no digas estupideces. 

-Pero si el la verdad- se encogió de hombros confundido hasta que volteo a mirarme fijamente- Oh, ya entendí. Era tan solo una broma, mi hermanito aún sigue siendo virgen- me guiño el ojo antes reírse por lo que acababa de decir.

-No tienes porque mentir, todos en la escuela sabemos quien es Nathan- conteste indiferente.

-Está bien. Adiós, mandril- se despidió Harry del otro revolviendo su cabello mientras reía- Adiós, guapo- me guiño el ojo mientras me sonreía de manera coqueta. 

-Nos vemos pronto- le respondí apenado con una pequeña curva asomándose por mis labios.

-¿Qué putas le vez, ah?- o no, y volvió don enojón.

-¿Nada?

-A mi no me engañas, yo vi perfectamente como te sonreía y te sonrojabas como idiota- me apunto con su largo dedo mirándome furioso- Escúchame muy bien porque no lo voy a repetir. No puedes mirar a nadie, no puedes hablar con nadie, no puedes BESAR a nadie, solamente a mi- se señalo así mismo haciéndome enojar.

-¡¿Quién te crees que eres?! ¿mi padre?

-No, soy tu novio.

-¡No eres mi novio!- ese tema ya me tenia hasta la coronilla, ya no soportaba que se creyera algo que nunca lograra ser.

-¿Entonces por qué me besas?- se acerco amenazante hacia mi, pudiendo sentir su respiración mezclarse con la mía.

-Porque... ¡porque se me da la gana!

Tutor de un mujeriego (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora