Narra Damian
-Dios, me estoy quedando dormido- se quejo el ojimiel, que tenia a mi lado, sin prestarle ni un poco de atención a la maestra de historia.
-Oye, no me importa que tan aburrido estés, déjame concentrar- pedí por enésima vez tratando de copiar todo lo que la mayor decía.
-Haz algo para que no me aburra- ordeno arrebatándome el lapicero que estaba utilizando para así lograr que dejara de escribir.
-Nathan...- lo llame entre dientes intentando controlar mi enojo.
-Ese soy yo- respondió "inocente" mientras metía una de sus manos por debajo de la mesa, acariciando suavemente mi muslo y plantando pequeños besos sobre mis mejillas.
Madre mía, pero si estamos en clase ¿Acaso no le da vergüenza?
-¿Qué haces?- pregunte desconcertado, retirando mi rostro para evitar más sus suaves besos que hacían derretir mi corazón.
-Entretenerme con mi novio- sonrió coqueto, subiendo más su mano hasta casi tocar mi zona intima.
Eso si que no...
-Maldito, pervertido. Déjame tranquilo- aparte su mano de mi cuerpo bruscamente, arrepintiéndome en el momento al ver su rostro serio.
-Mira, gusano. No me importa que tan importante sea la clase para ti, pero si te digo que me aburro debes hacer hasta lo imposible hasta que este satisfecho- me gruño, posando su mano en mi nuca y comenzando a apretar fuertemente ese sitio, sacándome quejidos de dolor.
¿Cómo es posible que Nathan pueda tratarme de esta manera cuantas veces se le de la gana en cualquier lugar y nadie haga nada?
Lamento tanto que Tom no haya podido venir a clases, porque él hubiera sido el unico que me salvaría de este ogro.
-Lo entiendo... Por favor... Me haces daño- lloriquee viéndolo directamente a los ojos, fijándome como su mirada se suavizaba y trasmitía arrepentimiento.
-Ven aquí, gatito- me jalo del brazo hasta hacer que mi rostro chocara con su duro pecho- Lo lamento- murmuro muy bajo, acariciando levemente mis cabellos como signo de consolación.
-¿Nath?- que chico más bipolar me toca soportar.
-Shh...- beso mi melena tiernamente logrando que olvidara mi enojo y frustración- Maestra, le agradecería que siguiera con su clase y dejara de ver a mi novio ¿No ve que se encuentra mal?
-Oh. Lo siento mucho, joven Smith- se disculpo la mujer volviendo la vista al tablero- Como les iba diciendo...
Dios, que vergüenza, ahora si todos voltean a vernos. Malditos chismosos.
-Oiga maestra, iremos a la enfermería, no nos espere- informo el más alto de los dos antes de levantarse de su puesto, arrastrándome consigo fuera del salón.
-Pero si no estoy enfermo.
-¿Y quién dijo que en verdad iríamos allí?
-¿Entonces que haremos?
-Conozco un lugar muy tranquilo que te encantara- sonrió dulcemente entrelazando nuestros dedos.
-No me decepciones.
-Jamas lo haría, amor- y otra vez esa palabra que me ponía nervioso cada vez que la escuchaba salir de sus labios.
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Pues si tiene razón, es un tranquilo lugar.
Ya saben, es el mismo cliche de siempre. El invernadero de la escuela.
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Tutor de un mujeriego (Gay/Yaoi)
Teen FictionNo se como sucedió, no entiendo desde que momento comencé a sentir esto. Tan solo paso... ¿Él? Es el chico más mujeriego e idiota de la escuela. Tiene a todos a su disposición y no le importa lastimar a los demás. ¿Yo? Soy el nerd, sabelotodo de l...