Tutor de un mujeriego (Gay/Yaoi)

Capítulo 22

Narra Nathan

-Habla de una vez, Miller- ordene dando un golpe en el suelo con mi pie, apunto de partirle la boca si no comenzaba a hablar.

Pero el tan solo permanecía callado, detallando mi habitación con una sonrisa socarrona.

-Fui yo- fue lo único que dijo, soltando una leve risa- Yo lo hice.

-¿Hacer qué?

-Yo hice que discutieras con Damian, fui yo el que ha planeado todo.

-Serás maldito- iba a golpearlo, pero su mano sujeto fuerte mi muñeca, tirándola hasta abajo con brusquedad.

-¡Te lo mereces!- aclaro enfadado, señalándome- No me arrepiento de nada.

-¿Por qué?- pregunte igual de enojado que él.

-Ni te imaginas cuanta alegría me da verte sufrir por un idiota como Damian.

-¡Es mejor que cierres de una vez tu puta boca!

-¡No! ¡Te haré pagar por todo lo que me hiciste!

-Yo no te he hecho nada.

-¿Lo olvidaste?- pregunto incrédulo, bufando- Debí suponerlo, tu enano cerebro no sirve para nada- me empujo, haciéndome tambalear- Yo mismo te haré recordar todo, idiota.

Flash Back

Narra Autora

Cuatro años atrás...

-¿Crees que le guste?- pregunto un tímido pelirrojo a su amigo, abrazando una pequeña y arrugada hoja contra su pecho.

-Claro que si- contesto el otro- Tú solo arriésgate- lo convenció, palmeando su cabeza para darle ánimos.

-Mmm... No estoy seguro- torció sus labios, inseguro de lo que estaba a punto de hacer.

-Si no te arriesgas, te arrepentirás toda tu vida- lo asusto su amigo sin intención alguna.

-Tengo miedo- confeso muriéndose del pánico, no queriendo que su primer amor lo rechazara- Sabes lo cruel que es Nathan.

A sus tan cortos trece años, el tímido Derek ya creía saber lo que era estar enamorado. No podía dejar de pensar en los bellos ojos del rubio o en su cabello dorado, el cual le hacía tener un aspecto rebelde y demasiado sexy.

Era peligroso y lo sabía perfectamente. Sabía lo despiadado y malvado que podía llegar a ser el ojimiel, pero eso no detenía a su corazón de latir por él cada vez que lo veía, de sonrojarse cada vez que hablaba de él o de derretirse al escuchar su gruesa voz.

-Lo sé, pero vamos, eres muy lindo. Puedes gustarle- sonrió el chico contagiando al sonrojado Derek.

-Si tú lo dices.

-Lo digo en serio.

-Bien. Deséame suerte- pidió en un puchero.

-Suerte, amigo- levanto sus pulgares, sonriendo animado por la valentía de Derek.

-Aquí voy- se armo de valentía, doblando su carta de confesión con sus temblorosas manos- Espero que le guste lo que le escribí.

-Y le encantara. Te inspiraste mucho.

Después de abrazar a su amigo y escuchar unas palabras de ánimo, partió hacia donde estaba su enamorado junto con su grupo de amigos.

-Vamos, Derek. No es tan difícil- se alentó, deteniéndose al fin detrás del rubio- Emm... Nath...- lo llamo, tocando su hombro suavemente mientras mordía su labio inferior.