Día 32 (continuación/3)

1.4K 252 100
                                    

Había pasado bastante tiempo desde la última vez que Magnus se había enamorado, y estaba comenzando a notar los efectos. Recordaba el brillo del amor como más resplandeciente, y el dolor de la pérdida como más suave de lo que había sido en realidad. Se encontró mirando muchos rostros en busca de un posible amor, y viendo a mucha gente como brillantes receptáculos de posibilidades. Quizá esta vez aparecería ese indefinible algo que hacía que los corazones hambrientos vagaran, ansiaran algo y lo buscaran. Últimamente, siempre un rostro, una mirada o un gesto le hacían volver los ojos, en el pecho de Magnus se despertaba ese viejo estribillo, una canción que vibraba al ritmo de su corazón: <<Quizá esta vez, quizá éste>>.
(Las crónicas de Magnus Bane)

👆 traición, ¿dónde quedó Nut? 😂 volveré a ella ❤ La crónica que les decía es Vampiros, pastelillos y Edmund Herondale 💔

* * *

[Día 32]

POV ALEC

Que es verdad lo que dice. Al menos en cuanto a la teoría del amor, ambos debemos mostrar nuestros temores, lo bueno y lo malo, apoyarnos en el otro y también ser su pilar.

<<Quiero mostrarte todo. Cada fragmento de mi ser, de mi pasado, de lo que soy. Ya te he contado algunas cosas, pero siempre habrá más. Algunas tal vez duelen como hoy.>>

Pero no quiero que sufra por mí, por abrirse a mí, por regresarme mi gesto.

<<Pero quiero hacerlo. Quiero dártelo. Tú me has dado algo muy valioso hoy, quiero hacer lo mismo.>>

-¿Estás seguro?

Sus manos toman las mías y me guía hasta el sofá.

-Sí, son recuerdos que duelen y hacen sonreír. Recuerdos agridulces que, si tú quieres, me gustaría compartir contigo.

-¿Sobre qué?

-El amor. El rechazo. La inmortalidad y la mortalidad. Las estúpidas reglas...

Su voz me empieza a doler desde ahora, pero lo dejo seguir porque es mi momento de estar para él.

-Era el Londres decimonónico, 1857, estábamos en una reunión con El Cónsul, para tratar de los acuerdos entre nephilim y subterráneos. Pero dudo que alguien que bota los platos que hemos tocado realmente quisiera un acuerdo...

Oh, Magnus. ¿Cuánto has sufrido?

No digo nada. Sólo dejo que nuestras manos se aferren unas a otras, y me acerco un poco más.

-En aquella ocasión conocí personas interesantes y que serían de importancia en mi vida. Camille Belcourt...

El nombre me produce un estremecimiento.

-...te he hablado tal vez un poco de ella. No lo suficiente. Ella despertó en mí el deseo de amar, aunque nunca creo haber sido realmente correspondido. Yo la dejé ir, pause nuestra historia en nombre de un joven licántropo que la adoraba con cada mirada, Ralf Scott.

POV MAGNUS

Recordaba aquella conversación:

<<-¡No me pareces la clase de hombre que se aparta y renuncia a lo que quiere en beneficio de otro! -había dicho ella.

-Ah, pero no soy un hombre. ¿O sí? Tengo años por delante, y tú también. Pero los licántropos no son inmortales. Envejecen y mueren. Ese chico, Scott, sólo tiene una oportunidad para amar mientras que yo...yo podría irme y regresar más adelante y encontrarte aún aquí.

Le había recitado aquel poema:

Cien años pasarán alabando
vuestros ojos y vuestra frente contemplando;
doscientos para adorar cada seno,
pero treinta mil para el resto;
al menos una era para cada porción,
y la última era mostrará vuestro corazón...

-¿Y cómo sabes que tengo un corazón?

-He oído decir que el amor es fe.

Y aquel collar que le avisaría si había demonios cerca. El rubí.

-Pensaré en ti cuando esté lejos. Quiero estar seguro que no le temes a nada.>>

POV ALEC

Esa muestra de amor me dolía aunque no había razones. Era su pasado.

-¿Y por qué no buscar un amor inmortal? Con un inmortal, me refiero. Ella u otro nunca te dejarían. No sufrirías.

-El amor inmortal no funciona así, Alexander -estamos ya demasiado cerca, una de sus manos sube a mi mejilla, uno de sus brazos me envuelve-. Ella, por ejemplo, al igual que muchos inmortales, ya no está. Y aunque así fuera, el amor no se elige de ese modo, más bien él nos elige y hace inmortales a quienes quiere a través del sentimiento. Del amor y el recuerdo que perdura. El amor siempre tiene su cuota de dolor, sólo hay que encontrar a quien lo vale y lo compensa.

-Y tú lo hiciste.

Estamos tan cerca que siento cuando asiente. -Dos veces, ahora que te tengo. Dos veces amor real.

Y eso, eso calienta definitivamente mi pecho.

-Pero hubo más en aquella ocasión, ¿sabes? Conocí a Edmund Herondale. Rebelde como cualquier Herondale, le dijeron no te acerques al brujo y lo que él hizo fue buscarme. Salvamos a una mundana de un demonio y ahí ocurrió el flechazo prohibido, el claro ejemplo de que el amor nos elige sin importar edades, razas, creencias. Edmund y Linette se enamoraron y ese amor hizo que el nephilim perdiera sus runas... Una práctica cruel, una tortura...

-Eso es horrible. ¿Por qué?

-Porque no debía "deshonrar" a su familia de ese modo, elegir el amor antes de seguir absurdas tradiciones...

Estoy ya definitivamente entre sus brazos cuando él termina: -Y estoy seguro que valió la pena, para él, para ella, para Ralf, para cada enamorado que elige amar antes que cualquier otra cosa.

¿Para nosotros?


CONTINUARÁ...

soy una cursi horrible :3 😂
hasta el lunes y gracias por leer! ❤

como les dije, si quieren alguna actualización primero, pueden decirme!

Tu corazón me siente (malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora