Día 40

1.2K 227 111
                                    

-Nunca te dejaré ir. Ni siquiera puedo imaginarme cómo sería eso. No quiero volver a vivir sin ti.
Te amo mucho. No puedo creer que alguna vez hubo un momento en que no lo hice.
(Ella Frank)

* * *

[Día 40]

POV ALEC

-¿Qué tal tu cita doble, Alec? -me pregunta Izzy a la mañana siguiente-. No entiendo por qué sales con Esperanza y Max y no conmigo y Simon. Eres tan mal hermano.

-¿En serio estás haciendo pucheros por eso? Ya no eres una niña, Izzy.

-Eres malo conmigo -en su voz un claro puchero-. ¿Cómo te fue entonces? -al instante suena emocionada, la imagino dando saltitos en su lugar.

No puedo evitar una sonrisa mientras con mis manos envuelvo la taza de café y la llevo a mis labios, mientras recuerdo cada cosa sucedida el día de ayer, las palabras de Magnus, los besos, incluso aquella imagen vergonzosa que preferiría olvidar, atreverme por fin a decir las dos palabras que he venido sintiendo en mi corazón.

-¡Alexander Gideon Lightwood Trueblood! -el grito de Izzy casi me hace tirar la taza que bajo al instante, tan aturdido que golpea contra la mesa sin cuidado alguno-. ¿Qué hiciste? ¿Qué pasó? ¿Qué hicieron?

-¿D-de q-qué hablas? -mi voz y mi mano tiemblan, aturdido por su grito y sus acusaciones. De verdad no entiendo a qué viene esto.

-¡Te sonrojaste mientras recordabas no sé qué! ¿Me mentiste con la cita doble y te fugaste todo el día con Magnus, solos los dos?

-¿Qué? -mi grito es vergonzoso-, claro que n-no...

-¡Entonces confiesa!

Empiezo a juguetear con el asa de la taza mientras me preguntó qué debería confesar. ¿Aquel deseo absurdo o el te amo?

Izzy detiene mi mano con la suya. -¿Sabes que puedes confiar en mí? Soy tu hermana, Alec. Cualquier cosa que quieras decirme, estoy aquí para escucharte. Aconsejarte si es que puedo. Habla conmigo. He estado ahí en los peores momentos, y no es que te lo reproche, pero ahora que te veo brillar de nuevo, que tu mirada y tu sonrisa se iluminan otra vez, quiero ser parte de esto también. No me apartes de tu felicidad, Alec.

No puedo evitar una mueca. Esperanza de algún modo se enteró de que Magnus y Max son brujos, por alguna razón el destino quiso que lo supiera, y lo agradezco, de otro modo me sentiría un loco. Pero Izzy no lo sabe, y tal vez nunca lo sepa, es algo que no podre decirle, una parte que siempre queda oculta.

-¿No confías en mí, Alec? -de repente imagino a mi hermanita, la niña que yo cuidaba cuando se caía y raspaba sus rodillas, aquella que decía "No me duele, Alec", la que siempre ha sido valiente, y lo fue para mí cuando yo no podía.

-No es eso -mi otra mano envuelve la suya-, es que es...es vergonzoso, Izzy. No es algo que quiera hablar contigo. O con nadie en realidad.

-¡Dime! Puedes contarme lo que sea. Nunca te juzgaría -hace una pausa y aquí va, un golpe bajo-, y seguro Esperanza sabe y yo no. Yo que soy tu hermana, yo...

-Está bien, está bien... Yo... -siento el impulso de cubrir mi rostro, pero ella no me suelta, incluso aprieta más su agarre, siento su mirada intensa y expectante-. Yo... leconfeseamagnusqueloamo.

Lo suelto de golpe, esperando que no lo haya entendido. Pero por supuesto no tengo suerte. Izzy suelta un chillido intenso apenas yo vuelvo a respirar, y al instante la tengo aferrada a mi cuello.

-¡Lo dijiste! Oh, Alec, hubiera querido estar ahí. ¿Cómo fue? ¿Qué dijo él? ¿Te dijo que te ama también? ¡Oh dios, dime!

Mis mejillas arden. -Él ya lo había dicho. Muchas veces.

-¡Oh por dios! -otro grito-. Y tú recién se lo dices. No te preocupes, cada uno tiene su tiempo. Y al decir te amo, lo haces porque lo sientes, no porque esperas que el otro regrese las palabras, o por presionarlo, es simplemente que el sentimiento llena tanto tu ser que tienes que soltarlo. Cada uno sabemos el momento para decirlo, tú ahora lo sentiste, Magnus lo sintió antes, es sólo cuestión de tiempos. Estoy feliz de que ambos lo sientan, de que te des cuenta y lo aceptes, que no te cierres por miedo.

Mis labios se fruncen. -Sí tengo miedo, Izzy. Y sé que decirlo no basta, tengo que demostrarlo y defender lo que siento, no sólo ante Magnus, ante mi mismo también. Tengo mucho miedo y tal vez eso me impidió aceptarlo antes y me hizo guardarlo...

-Y entonces, ¿por qué ahora?

-Ayer volvimos al Destino, antes de que Magnus me acompañara aquí, a la casa, Max se acercó a mí, me dijo que es feliz de que Magnus y yo estemos juntos, pero que tenía que hacerme una pregunta.

-¿Qué pregunta? ¿Y qué tiene que ver esto con la mía?

-Él me preguntó "¿Cuando te diste cuenta que amas a mi papá?". Creo que el amor no es algo que nace de un segundo a otro, es un sentimiento que incuba en nuestros corazones y va creciendo y tomando fuerza, hay síntomas, algunos más claros que otros, pero es hasta que empieza a invadirte que lo notas y le das un nombre. Magnus, con sus detalles, con sus cuidados, con sus palabras día a día, lo fue sembrando en mí, y de repente me encontré totalmente enfermo de amor. Y claro que tengo miedo, se lo confesé a Max, pero Magnus me hace querer ser valiente y regresarle todo lo que me hace sentir, cuando me di cuenta que quiero ser capaz, que cuando Magnus me decía "Te amo", e incluso cuando lo demuestra sin palabras, yo quería gritarlo de vuelta, cuando quise tomar su mano y caminar sobre el miedo, entonces supe que es amor. Porque no puede ser otra cosa.



CONTINUARÁ...

Con este día vamos a llegar a un tercio de la historia apenas 🙈 de verdad les agradezco seguir aquí, sus votos y comentarios. Sé que hay quien dice o piensa que no me bastó con escribir 200 capítulos, que todavía me atreví a hacer segunda parte, tengo que decirles que no me arrepiento, esta historia está en mi corazón, disfruto mucho escribiendo, y la seguiré aunque me quede con un lector 😂

Tu corazón me siente (malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora