Tu corazón me siente (malec)

Día 36 (continuación/5)

Quizá sea precisamente eso, que él sí ha sido capaz de ver lo que usted, con ese rostro impenetrable y esos ojos duros, no deja ver a nadie más.
(Nut) ❤

* * *

[Día 26]

POV MAGNUS

Apenas y logro pronunciar su nombre y aferrarme a su mano, la mía temblando un poco, así como mi corazón dentro de mi pecho retumba fuerte.

Estoy nervioso, tengo miedo de su reacción, pero quiero hacerlo, creo que es el mejor uso que puedo darle a mi magia.

Mis labios cosquillean todavía por el beso y las mariposas revolotean enloquecidas en mi estómago cuando él sonríe y presiona mi mano.

-Muéstrame -hay total confianza en su tono y su sonrisa, en sus ojos ahora que ha dejado las gafas a un lado, en ese azul que me regala mi reflejo como tantas otras veces-. ¿Necesitas que haga algo? ¿Me muevo? ¿Me pongo de pie? ¿Qué hago?

-Uumm... ¿Puedes sentarte un poco más al centro de la cama?

Un leve rubor cubre sus mejillas. -Aamm... ¿Sí?

Eso me hace reír. No puedo evitarlo. Sus labios y su ceño se fruncen mientras me rió y lo suelto, empiezo a gatear sobre la cama, cuando estoy cerca del centro, lo llamo. Alexander duda, pero termina por venir.

-Voy a quitarte los zapatos. Necesito que estés cómodo.

-Esto es...raro, Magnus.

-Y lo que falta, querido. Sólo espera.

POV ALEC

Magnus me hace sentarme frente a él. Nuestra rodillas tocándose. Mis manos entre las suyas, algo como energía fluye entre los dos. Siento como chispas de electricidad pasando de él hacia mí.

-Cierra tus ojos -suena nervioso y una extraña sensación recorre mi cuerpo, pero lo hago, dejo mis párpados caer. No siento su mirada, así que él debe haber hecho lo mismo-. ¿Estás listo?

-S-Sí -intento sonar firme, no funciona tan bien cómo esperaba.

-Bien. A tu hermana ya la conoces...

Asiento y, no sé si traída por mí, una imagen de Izzy llega a mi mente. Su enorme sonrisa, su cabello largo y oscuro, igual que sus ojos. Ella es hermosa.

-T-Tú... -es tan raro escuchar a Magnus tartamudear- ¿Tú quisieras...saber cómo es Esperanza?

-Yo...ya la conozco -muevo mis dedos entre los suyos-. La he visto como a ti, ¿recuerdas?

-¿No quieres tener una imagen de ella?

Siento mis labios temblar, una lágrima se desliza por mi mejilla, y el nudo en mi garganta me impide hablar.

-No necesito que veas, Alexander, no quiero que seas "normal", pero si puedo regalarte esto con mi magia, quiero hacerlo. Puedes recordar el mapa de su rostro en tus manos mientras tanto...

Yo asiento lentamente y entonces sucede. Una chica joven, su cabello castaño, unos brillantes y sinceros ojos azules, y una gran sonrisa, sus sonrosados labios curvados, su rostro se gira a un lado y entra a escena un hombre. Una punzada, de algo que no sé explicar, se siente en mi corazón.

-Max -el nombre se me escapa. Sé que es él. El hijo de Magnus.

Sus manos presionan suavemente las mías.

-Sí. Él es...mi hijo -su voz cargada de un inmenso cariño y... ¿nostalgía?

Al lado de Esperanza está un hombre de piel y cabello azul, tiene unos cuernos hermosos, no puedo definirlos de otro modo, y su mirada de un azul diferente al de ella.

-Ese es un recuerdo mío -dice Magnus-. Se ven felices, ¿cierto? Creo que Max por fin encontró a su persona.

-Sí, se ven felices... ¿Me mostrarías a...tu otro hijo?

El silencio que sigue a mis palabras me hace darme cuenta que esa fue una petición extraña, pero antes de que pueda disculparme o retractarme, el pulgar de Magnus acaricia mi mano y una imagen aparece tras mis párpados.

-Esa es una foto -me dice Magnus.

En la imagen está Max, un joven de piel morena y enormes y expresivos ojos marrones, su piel llena de marcas que parecen tatuajes, y entre ellos un hombre con el cabello con mechas de colores, sus ojos enmarcados por sombras brillantes, y sus ojos...

"Ojos de gato" susurro justo cuando Magnus dice "A mi izquierda está Max, ya sabes, a mi derecha Rafa, ya era un cazador experto a sus quince años, ¿ves sus runas? Esas marcas son runas"

El orgullo y cariño en su voz me hacen sonreír. -¿Y Gideon? Me gustaría ver al padre de tus hijos, ¿puedo?

CONTINUARÁ...

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