Día 57 (final)

970 180 84
                                    

—Puedo explicarlo.
—Creo que podría entenderlo ya, Alexander. Estuviste fuera un día y medio y adoptaste otro niño —dijo Magnus—. ¿Qué pasa si te vas por una  semana?
(The land I lost)

* * *

[Día 57 final]

POV MAGNUS

Alexander termina dormido sobre mí y yo simplemente permanezco en mi sitio, asegurándome que mis dos pequeños guerreros, aquellos dos valientes shadowhunters que han renacido para volver a Max y a mí, puedan estar tranquilos.

Rafa, a su vez, sigue en brazos de Alexander. El pequeño que en su vida anterior no vimos nacer ni en sus primeros años de vida, no lo vimos dar sus primeros pasos o sus primeras palabras, y aun así supo que era su hogar cuando nos encontró, así como lo supe yo esa noche en que llegó a nuestras vidas y se coló a la habitación donde yo cantaba para Max, colándose también en mi corazón.

Rafa, que con Alexander siempre fue tan reservado, como si tratara de no apegarse porque sabía que las personas no eran duraderas en su vida, como si confiar pudiera lastimarlo, desde el primer momento llegó a acurrucarse a mi lado, acomodándose bajo mi brazo, a mi costado, su pequeño cuerpecito encajando perfectamente ahí.

Así como Max había encajado aquel primer día en los brazos de Alexander.

Así como Alexander parecía hecho para mí.

Un suspiro se me escapa. Dejó un beso en la sien de mi hermoso ojiazul. Él se mueve un poco, gira su rostro hacia mí, sus labios entreabiertos cuando suspira y después sonríe, todavía dormido.

—Te amo, mi corazón.

Pienso en dejarlos solos en la cama, para que duerman mejor y más cómodos, pero Alexander no me lo permite, incluso dormido se aferra a Rafa y lloriquea cuando yo intento alejarme.

* * *


—¿Hola? –el saludo susurrado me hace saltar. Aparentemente me quedé medio dormido yo también.

Es Esperanza, asomándose desde la puerta. Su sonrisa me hace sonreír de vuelta y casi me rio recordando nuestro comienzo, mis celos...

Como si leyera mis pensamientos, ella entra y dice en voz baja, señalando a Alexander y Rafa. —Ellos serían míos, si esa boda hubiera sido real.

Yo gruño en respuesta, aun cuando se que lo dice como una broma.

—Son míos –le digo, deseando poder apretar a Alexander un poco más, pero debo ser cuidadoso por Rafa.

Ella sólo se ríe.

—¿Por qué nunca me has tenido miedo? ¡Soy el Gran Brujo de Brooklyn!

Ella se encoge de hombros, mientras rodea la cama para subir y sentarse al lado de Alexander. —¿Por qué te tendría miedo, Magnus Bane? No sabía que eras un brujo y no es que fueras muy intimodante. Era, en realidad, divertido verte celoso de mí y Alec. Pero, sobre todo, me hacías tener esperanza al verte mirarlo con tanto amor. En ese momento no entendía la enormidad del sentimiento en tu mirada. No podía entender todo lo que había en tus ojos. No era sólo un hombre fijándose en mi amigo, era un alma reconociendo a otra –ella me sonríe tan sincera que me cuesta recordar un momento en que no me cayera bien–, tú y Alec me hacen creer que existe el amor de libros, que hay historias mejores que los cuentos de hadas porque son reales.

—Tú tienes a Max –le digo, de repente agradeciendo que llegara a la vida de mi hijo.

—Lo tengo –no me mira, ella está delineando con cuidado la mejilla de Rafa, pero no hace falta cuando en su voz hay el sentimiento suficiente para saber que hay un gran amor naciendo aquí.

—Cuando llegaste a la vida de Alec, él tenía tanto miedo –su mirada se posa entonces en Alexander, su ceño levemente fruncido y hoy más que celos, agradezco que él la tuviera todo este tiempo–, tenía miedo porque siempre se creyó inmerecedor del amor, creyó que nadie lo amaría porque nunca sería capaz de ver a esa persona, pero tú llegaste y se lo dijiste, "Tal vez tus ojos no me ven, pero tu corazón puede sentirme, tu corazón me siente", tú le enseñaste un mundo de posibilidades y él tenía miedo de dar su corazón, sin saber que fue su corazón lo que lo trajo hasta aquí –su voz se hace más difícil, ronca y yo mismo apenas puedo obligarme a hablar a través del nudo en mi garganta cuando esos ojos azules, brillantes por las lágrimas contenidas, se encuentran con los míos.

—¿Por qué me dices todo esto? Me asustas.

Ella sonríe entonces y niega. Deja una última caricia en el rostro de Rafa y un beso en la frente de Alexander.

—Nada malo. Nada que deba asustarte. Ustedes fueron, literalmente, al infierno por el otro, pueden con lo que venga. Sólo debes ser consciente, no será fácil, no cualquiera entenderá que Alec y tú se comprometan a tan sólo dos meses de conocerse. Y no me refiero a matrimonio, un hijo es también un compromiso compartido. Para el resto del mundo, incluida Izzy, son ustedes adoptando cuando su relación va comenzando. Ella no sabe que tienen un siglo de historia, que Rafa y Max son y serán siempre sus hijos. Sólo digo que no será fácil y Alec va a necesitarte. Ella habló conmigo y vendrá mañana. Sólo está para él, cuando su hermana no entienda y tal vez los juzgue o cuestione, y no será nada contra ti, simplemente no dejes de ser su pilar.

Ella sale de la habitación antes de que yo pueda responder.

Y es que eso no tienen que pedírmelo. Siempre estaré para él. Aunque Alexander sea en realidad, aunque piensen lo contrario, quien me permite apoyarme en él.





CONTINUARÁ...

Creo que pasó mucho desde que actualicé aquí 🙈 lo siento, prometo subir otro capítulo esta semana ❤

Sólo tres días más y acabamos 😭

Esperanza 😻 ya extrañana a mi nena, todavía no entiendo por qué algunos la odian 💔💔

Tu corazón me siente (malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora