Día 44 (final)

1.1K 221 111
                                    

Tu luz acechó toda esa oscuridad, juntó todos los pedazos de mi corazón y lo  llenó con nada más que amor por ti.
(Amelita Rae)

* * *

[Día 44 final]

POV MAGNUS

<<¿No crees que estás por eso conmigo, por él?>>

Él lo pregunta y yo me quedo ahí, congelado, sin saber qué decir. ¿Ha recordado todo? ¿Sabe ya quién fue? ¿Bastó que le hablara de aquella vez para que conectara sus recuerdos con mis historias?

Siento que no puedo respirar.

Su mano presiona la mía. -¿Magnus, estás bien?

Oh, Alexander. Sólo él podría preocuparse por si yo estoy bien en estos momentos.

-¿Q-qué quieres decir c-con eso? -y odio cómo mi voz falla, pero no puedo hacer nada al respecto.

Su suspiro no presagia nada bueno ni como sus hombros caen ligeramente cuando se acerca un poco a mí, su expresión y su mirada llenas de determinación.

-Tú salvaste al padre de Max y Rafa, lo salvaste de esa herida de demonio, pero él te salvó también, él te salvó de petrificarte, como tú me has dicho, él te salvó del auto odio por lo ocurrido con tu madre y el que creías tu padre, él te salvó de una existencia vacía, él llegó a salvarte de ti mismo. Y, a la vez, tú hiciste lo mismo por él, por lo que me has contado, no lo salvaste sólo en esa ocasión, y no me refiero a la magia, lo salvaste con tu amor, de vivir una vida en la que no habría sido feliz. Se encontraron los dos en el tiempo correcto, ¿me explico? Tuvieron un amor que los salvó a ambos. Es correcto, ¿verdad?

No entiendo a lo que quiere llegar.

-¿S-sí?

Él medio sonríe, llevando su mano libre a mi mejilla. -¿Sí o no?

-Sí, nos salvamos mutuamente, pero no veo cómo eso...

-Déjame terminar -entonces su ceño se fruncé-, ¿no crees que estás conmigo porque estás repitiendo la historia?

Y así, con una simple pregunta derrumba mi mundo.

-¿No crees que estás conmigo porque vuelve a suceder? Has estado con el corazón roto cien años y llegué yo, no sé cómo o por qué, a curarlo. Y tú llegaste a la oscuridad de mi vida y trajiste luz. En cierto modo, me salvaste también, y creo que yo a ti. ¿No crees que estás conmigo porque, de un modo extraño, te recuerdo al amor de tu vida?

Sé que mi silencio es más largo de lo que debería cuando su expresión pasa de curiosidad y duda a una herida.

-Está bien -su mano se desliza como por mi mejilla como una despedida y la otra intenta dejar la mía...

...y entonces reacciono. -No, no está bien...

Pero, ¿cómo demonios explicar esto sin que no me lo eche en cara cuando llegue el momento de la verdad, sin que me culpe por mentirle?

-Yo sé que no puedo compararme con él, Magnus. Que ese amor es incomparable, inigualable, irrepetible. No quise ofender tus memorias.

Y yo gimo porque, maldita sea, esto será más difícil de lo que pensé.

-Es todo eso porque cada amor, así como cada persona, lo es, Alexander. Él fue, es, será en mi corazón siempre, mi gran amor, el que me regresó la vida y me salvó, como bien has dicho. Me salvó. Me hizo comprender, tantos siglos después, el amor puro y real. Pero lo que yo siento por ti no es menos fuerte, real, o importante. Es diferente, porque tú eres diferente, y yo también lo soy, han pasado cien años, no somos los mismos... -intento corregirme cuando veo que esto se está pareciendo mucho a una confesión-. Este amor es diferente, Alexander, nuestras circunstancias lo son, aunque pueda parecer lo contrario. Por favor, nunca creas que estoy contigo por mi pasado, por un recuerdo, por... -y termino rogando desesperadamente-, por favor, Alexander.

Dios. Y aquí estoy yo, siempre malditamente egoísta, rompiéndome frente a él cuando me había quedado a ayudarlo, a cuidarlo.

-Hey -y él, siempre tan Alexander, tan perfecto, se acerca a abrazarme-, no te pongas así, no quise que te sintieras así, Magnus. Perdón por traerte recuerdos y hacerte sentir mal.

-Me hace sentir mal que creas eso.

-Magnus, yo... No dudo de tu amor, no dudo que me ames, de verdad que no. Ni dudo de lo que siento por ti. Pero me da miedo que un día te des cuenta que esto no es lo que creías...

-Eso no va a pasar, Alexander. Yo no quiero que dudes. Perdón por no recordarte cada día lo perfecto, único, y especial que eres para mí. ¿Sabes lo que amo de ti? Como eres capaz de preocuparte siempre por los demás, incluso en momentos así. Como eres tan noble para preocuparte por hacerme sentir mal cuando soy yo quien te lastimo.

Él niega. -Nunca me has lastimado y sé que nunca lo harías, no lo harás. Me has curado, no sólo hoy. Curaste mi corazón con tu presencia, tu risa, tu paciencia, tu amor, tus días, tus historias. Me has dado más de lo que crees, y no sólo por los momentos en que he podido ver, creo que más que eso me permitiste ver que hay una vida más allá de la vista, que también hay felicidad. Tú me haces fuerte y feliz, Magnus. No lo dudes nunca.

-Tú a mí, Alexander. Me das una felicidad que es también única. Por favor, no lo olvides ni lo dudes. Estoy contigo por ti, recuérdalo siempre, por favor. Te amo tanto. Lo único que me rompería sería que seas tú quien un día ya no quiera estar conmigo.

Sus manos me acarician cuando rompe el abrazo. -Eso tampoco va a pasar, Magnus.

-¿Seguro?

-Sí.

-Entonces... Aclarado esto, ¿qué sucedió antes de que yo llegara?

Ahora es él quien gime e intenta escapar, pero no lo dejó. -No pasó nada, Izzy exagera. Tuve un mal sueño y no quería que viera mis ojos así porque iba a hacer justo lo que hizo, querer saber. Bueno, no fue un mal sueño, sólo fue raro...como esos que he tenido últimamente. Imágenes no muy claras, pero sensaciones y voces sí, realmente no importa...

Pero sí lo hace, más de lo que crees.

-¿Qué soñaste?

-No importa.

-Por favor, dime.

Él suspira con resignación. -No veas en esto más de lo que es, ¿ok?, un simple sueño. Soñé hablando contigo sobre...matrimonio.

No puede ser que estemos compartiendo recuerdos... ¿o sí? ¿y qué significa eso?

Antes de que podamos seguir, mi celular vibra. No quiero atender la llamada, pero él insiste. Es Max, él y Esperanza están preocupados por Alexander.

-¿Tienes que irte? -pregunta cuando termino la llamada.

-¿Quieres que me vaya?

Él niega, extendiendo su mano hacia mí. -Quiero que te quedes, no porque se lo prometiste a Izzy o porque creas que estoy mal sino porque quieres, ¿puedes?

Y entonces, para probar en lugar de presionarlo a hablar de su sueño, lo digo. -Claro que sí, Alexander. Por ti siempre es así. Quiero y puedo quedarme contigo, siempre.

Y esos hermosos ojos me dicen que sí, compartimos este recuerdo, este sueño, también.


CONTINUARÁ...

Espero que haya sido un buen día y un buen capítulo, gracias por seguir leyendo después de tanto ❤
¿Qué opinan de la duda de Alec y las respuestas de Magnus? 🙊

Tu corazón me siente (malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora