CONTINUACIÓN DE TUS OJOS NO ME VEN/Terminada» Durante treinta días Magnus le contó a Alec, su Alexander, aquel que la muerte le arrebató hace un siglo y que renació por él, como un mundano invidente, parte de su historia.
Sólo había una condición:...
Se pregunto si algún día dejaría de pensar en él a todas horas, hablar con él en sueños, revivir en su imaginación todos los momentos que habían pasado juntos, anhelar su voz, sus manos, su amor. (Philip Pullman)
* * *
[Día 36]
POV MAGNUS
Aunque ahora, aquí, contigo entre mis brazos, creo que no hace falta la inmortalidad para los amores inmortales, que amores como el nuestro logran vencer a la muerte.
Y para volver a tenerte aquí, para sentirte entre mis brazos de nuevo, reconocer el suave hundimiento de nuestra cama bajo tu cuerpo, el calor que emana de ti hacia mí, valió la pena cada lágrima del siglo anterior. Lo vales todo, Alexander.
-¿Te arrepientes? -él me pregunta, suavemente-. ¿Te arrepientes de lo que eres, de tu magia, de ser un brujo? Si pudieras cambiarlo, ¿lo harías?
No tengo que pensarlo siquiera: -No. Yo...no me avergüenzo ni me arrepiento de ser lo que soy, de mi magia. No cambiaría nada, aunque pudiera. Mi magia me hizo conocer al padre de mis hijos, salvar su vida varias veces, me hizo estar en la Academia de cazadores donde encontramos a Max, me permitió estar con ellos, y después con Rafa. Ser brujo, ser inmortal, me ha hecho sufrir pérdidas irreparables, pero también ver los buenos cambios a través del tiempo. Y, sobre todo, ser inmortal me ha dado esta segunda oportunidad de amar, le ha permitido a mi corazón sanar al encontrarte. No cambiaría lo que soy, porque cada paso me ha traído a este momento y este lugar.
POV ALEC
Sus palabras son...perfectas. ¿Mágicas? Mágicas de un modo especial.
Mis manos buscan su rostro, y mis labios los suyos. Quiero regresar sus palabras con besos, que sienta que yo también agradezco lo que es y tenerlo aquí conmigo.
Este beso no es como el primero, vuelve loca cada célula de mi cuerpo también, y me hace sentir el universo explotando dentro de mí, pero es suave, es un beso lento, uno de esos que podrían ser infinitos y detener el tiempo, de esos que saben a cielo. Una caricia al alma con cada roce de labios, y el sonido de cada beso va directo a mi corazón, haciendo eco en cada latido, siento que las dos palabras empiezan a formarse, a crecer dentro de mí...
...tal vez pronto pueda decirlas.
Nos separamos porque no importa lo lento de los besos, siempre tienen que terminar.
-¿Por qué ha sido eso? -él suena sorprendido, pero feliz.
Mi pulgar acaricia su sonrisa. -Lo sentí. Quería decirte que yo también agradezco que estés aquí. Agradezco tu magia, tu inmortalidad, tu corazón. Agradezco al mundo por ti.
-Alexander -suspira mi nombre y lo siento tomar una de mis manos-. ¿Puedo mostrarte ahora?
CONTINUARÁ...
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