Tu corazón me siente (malec)

Día 37 (continuación/3)

Por algún motivo, en los últimos tiempos he sido más consciente de esa sensación de ausencia, de vacío, que desde hace mucho sé que me acompaña, pero que nunca había sentido tan patente. Me es posible convivir con ella, lo he hecho siempre, pero…, sin entender muy bien por qué...ya no quiero hacerlo. Deseo que te sientas atraído por mí. Que intentes llenar ese vacío.
(Nut) ❤

* * *

[Día 37]

POV ALEC

<<Tal vez en otra vida...>>

Magnus deja ahí la frase. ¿Tal vez en otra vida no fui un simple mundano? ¿Tal vez en otra vida nos encontramos?

Intento sonreírle. -Entonces, ¿me hablarías un poco más de tu mundo?

-Siempre -y hay tanto sentimiento en esa sola palabra que pareciera que carga mucho más significado-. ¿Qué quieres saber?

-¿Sobre ustedes los inmortales? ¿Cómo funciona exactamente la inmortalidad?
¿Puedes perderla, compartirla, darla? No sé... Dime lo que quieras, lo que tú quieras compartir conmigo, estoy dispuesto a escucharlo.

Siento a Magnus sentarse a mi lado, su cabeza contra mi rodilla. Siento como mi cara arde, y él se ríe, dice justo cuando yo lo siento: -La gente nos ve.

Hago una mueca. -Eso es porque estás sentado en el piso, cuando hay una silla perfectamente cómoda ahí. Esperanza me las presta y últimamente tú la ignoras.

Magnus frota su mejilla contra mí. -Porque está muy lejos de ti.

-Siempre ha estado ahí. Aguantaste casi treinta días en ella. Nunca antes te quejaste.

-Antes no eras mi novio, no podía besarte ni abrazarte libremente.

-Magnus. Estamos...

-No empieces. Creo que hoy no te he dicho lo que me gusta de ti. Seguro te parecerá raro, me gusta lo tímido que eres, que te ruborices ante cualquier halago o muestra de cariño, con un beso, un te quiero, un me vuelves loco, que quiero pasar el resto de mi vida entre tus brazos...

POV MAGNUS

Desde mi posición, veo como su ceño se frunce, se agacha hacia mí, y sus mejillas lo desmienten cuando dice: -Yo no me ruborizo... -me rió y él agrega: -Y no digas cosas así.

-Es la verdad. Todos esos pequeños detalles de ti me hacen enamorarme más de ti cada día...

-¿Por qué? -él luce realmente sorprendido, la duda evidente en su voz, en el fruncimiento de su ceño.

-¿A qué te refieres?

-No quiero que me malinterpretes -Alexander busca mi rostro con su mano, no vacila, viene directamente hacia mí, y yo sonrío sólo por eso-. Amo que estés aquí, habernos encontrado, que hayas sido paciente e insistieras, por ti y por mí. Que no te rindieras. Me hiciste notar lo vacía y triste que era mi vida, no sólo por no ver, sino por el hueco en mi corazón, por la culpa que cargaba... Tú...haces más fácil todo. Pero, de verdad, no puedo entender qué ves en mí. ¿Por qué, después de un siglo de tener el corazón roto, decidiste abrirlo a mí, a un simple...mundano, a un...?

-Si dices "ciego" con ese modo despectivo que tienes, me levanto y me voy -su pulgar acaricia mi pómulo.

-No harías eso -me sonríe confiado.

-Entonces, me levanto y te beso hasta quedarnos sin respiración.

Abre y cierra la boca unas cuantas veces antes de decir: -De eso sí te creo capaz... Pero dime, ¿por qué? No me parece lógico.

-¿Preferirías que sufriera toda la eternidad?

-¡No! Claro que no, pero...no lo entiendo, quiero saber.

-No lo sé, Alexander -o sí, sí lo sé, eres tú, eran tus ojos, era tu rostro-. Algo me trajo hasta ti ese día, te sentí, me sentiste. Tal vez era el momento indicado para nosotros... Además, ¿no querías hablar de la inmortalidad?

-Sí, pero ahora tengo curiosidad.

-Tú sólo quieres que te diga cuánto te quiero -toco su nariz y él sonríe un poco-, cuánto me gustas, qué tan perfecto eres...

-Cállate -el se ríe, aparta su mano de mi rostro y se sacude la mía. Y ahí está su precioso rubor-. No es lo que pregunté.

CONTINUARÁ...

De vuelta aquí 🙌