Día 53 (continuación/3)

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No encontrarás lo que tuviste con él, pero yo creo en el amor. Encontrarás a alguien, alguien especial de una manera diferente.
(A.L.)

* * *

[Día 53]

POV ALEC

Cuando tuve aquel accidente y abrí los ojos por primera vez, sabiendo que había perdido a Max, sabiendo que nunca volvería a ver, tuve miedo.

Hace cincuenta y tres días, cuando algo me hizo voltear hacia donde Magnus venía, cuando mi corazón lo sintió antes de saberlo, tuve miedo.

Cada día a su lado, sintiendo cosas que no parecían correctas, tuve miedo.

La primera vez que fui al loft, el que fuera nuestro hogar en otra vida, y lo reconocí sin darme cuenta, cuando sus labios tocaron los míos por primera vez -en esta vida- tuve miedo.

Al saber la verdad, cuando Magnus me reveló mi pasado, nuestro pasado, tuve miedo de no ser yo a quién él quería sino a quién creía que podía volver a ser...y nunca será.

Siempre él. Siempre Magnus. El causante de mi miedo y el que me hace superarlo. Tal vez no estuvo él en esa primera ocasión, pero ha sido quien me ayuda a aceptarme. "Tal vez tus ojos no me ven..."

Pero mi corazón te siente, Magnus, siente al tuyo, y lo mismo quiero hacer con tu cuerpo, mis manos, tu piel y mi piel.

Eso no quita el miedo. Mi corazón latiendo fuerte, ensordeciéndome. Mis manos temblando mientras se cuelan bajo su ropa, siento sus hombros antes de deslizarlas hacia abajo. Su espalda. Su piel suave y cálida.

Magnus se tensa y luego se relaja, y yo me quedo sin respiración.

Dios.

No puedo evitar acercarme y dejar un beso en su hombro y bajar a su clavícula. Una de mis manos delineando la otra.

Magnus vuelve a estremecerse. Hay un "Alexander" entrecortado y sus manos van a mis hombros, no sé si planea empujarme lejos o más cerca, pero mi vientre se llena de una sensación extraña, nueva. Deseo. Miedo. Nervios.

Es excitante y emocionante en muchos sentidos. Es el primer cuerpo que quiero sentir y que se me permite hacerlo.

Puedo sentir la tensión en Magnus. Dejo mis manos volver a sus hombros y recorrer sus brazos, su piel erizándose a mi paso, mientras voy quitando su camisa.

La escucho y la siento caer cerca de nosotros. Mis manos rodean sus muñecas, antes de soltarlas. Las dejo sobre su abdomen marcado y firme.

Y siento la tensión en él.

-¿N-no quieres e-esto? -porque esa es la única razón que encuentro para que no haga ningún movimiento hacia mí y esté cada vez más tenso.

-Claro que sí, Alexander. Más que nada. Verte, tenerte frente a mí, sentir tus manos recorriéndome. Sentirte tocarme, sentirme...

-Entonces, ¿qué pasa, Magnus? Puedo sentirte. La tensión aquí -presionó mi palma sobre su abdomen y él jadea, llevo la otra al punto entre sus cejas, encontrando la arruga ahí-. Aquí. No puedo verte, Magnus. Pero te conozco y te siento. Sé que algo pasa. Dime, por favor.

Su voz es un susurro, tan bajo que me cuesta escucharlo y estar seguro de haberlo entendido: -No sé si pueda contenerme.


POV MAGNUS

Contengo la respiración, después de decirlo. De confesarlo.

Parece pasar una eternidad antes de que él pregunte: -¿Qué?

Su ceño levemente fruncido, igual que sus labios, sus ojos azules llenos de confusión cuando su rostro se vuelve hacia mí. Y aunque él no puede verme, como lo ha dicho, parece que su mirada penetrara a través de mí.

Mis manos rodean su cintura, pegándolo a mí. Ambos jadeamos. Ambos nos estremecemos. Su mano sigue entre nosotros, sobre mi abdomen, volviéndome loco. Pero nuestros pechos se tocan, el mío desnudo, y estoy seguro que puede sentir mi corazón acelerado.

-No sé si pueda contenerme. Quiero tocarte, quiero sentirte, mis manos prácticamente hormiguean pidiéndome tocarte. Quiero sentirte, Alexander, tanto como tú lo haces conmigo. Y no sé si pueda contenerme.

-No lo hagas entonces -la mano de Alexander deja mi abdomen, rodeándome hasta estar en mi espalda, nunca perdiendo contacto conmigo, su piel y la mía.

Me vuelve loco. Su otra mano acaricia mi mejilla, con suavidad, antes de ir a mi nuca, con firmeza esta vez. Su voz no vacila, no falla, cuando lo dice: -No te contengas.

Y entonces sus labios están sobre los míos. Me besa como nunca antes lo ha hecho y sé que estoy perdido.

Pienso que esto podría ser un sueño. No puede ser real tanta perfección, pero como si leyera mi mente, su mano en mi espalda baja me acerca más a él, y el cuerpo duro y cálido contra el mío, es tan real como la suavidad de sus labios, lo dulce de su aliento, lo tentativo y sensual de su lengua acariciando los míos.

Dios, Alexander, gracias por esto, gracias por volver a mí. Gracias por esta segunda oportunidad. Por un nuevo amor. Por sentirme y dejarme sentirte.

Me hundo en el beso, en las sensaciones, y casi no me doy cuenta cuando su mano acaricia sobre el borde de mi pantalón.



CONTINUARÁ...

Hey 🙌
Siempre digo que el próximo será el final de este día y me pierdo en los detalles y no sucede 🙈, ¿no se están aburriendo horrible con mi narración de esto?

Tu corazón me siente (malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora