Tu corazón me siente (malec)

Día 40 (continuación/5)

Voy después de lo que quiero, ¿recuerdas? Y te quiero. Sólo tú. No mentía cuando dije que para siempre no sería suficiente.
(Ella Frank)

* * *

[Día 40]

POV ALEC

-¿A dónde vamos? -vuelvo a preguntar, después de unos minutos, mientras intento orientarme y pensar si conozco este lado de la ciudad.

La verdad es que, aunque he aprendido mucho después de conocer a Esperanza, y volví a ser independiente casi al 100%, no volví a salir de mi zona de confort. La casa, el Destino, los pocos lugares donde voy a escuchar a las personas. Ha sido Magnus quien llegó a recordarme que hay un mundo esperando por mí, que todavía hay mucho que puedo vivir, sentir, disfrutar, aunque no pueda verlo.

-¿La verdad? -yo sólo asiento, él pasa su brazo por mis hombros, en un abrazo suave-. La verdad no tengo idea, como te dije, sólo nos estamos alejando de los caminos que recorremos siempre, quiero crearnos nuevos caminos...

POV MAGNUS

Un mundo nuevo para ti y para mí, para nuestro amor, para esta segunda vida, esta nueva oportunidad.

-...vamos a romper la rutina y hacer algo nuevo. Lo que sea, donde sea, no importa, mientras sea contigo.

-Gracias, Magnus.

-¿Por qué? En realidad, puede que nos perdamos. No tengo idea dónde estamos.

Eso lo hace reír. Mi sonido favorito. Aquel que extrañé tanto y que nunca iba a olvidar. -Ya encontraremos la forma de volver. Además estamos tú y yo juntos, es lo que importa. Gracias por encontrarme. Esperanza me cambió la vida, me ayudó a entender que aunque fuera entre las sombras, todavía puedo seguir, que hay una vida y un mundo para mí, y vale la pena. Pero tú...tú, Magnus, me muestras un mundo nuevo, un mundo que de no ser por ti, incluso aunque tuviera mi vista, tal vez no habría conocido. Y no me refiero a la magia de tu mundo, habló de esto que me haces sentir, del amor, de las ganas de levantarme cada día, por ti, porque sé que hay cosas nuevas y buenas que traes a mi vida. Porque estás tú.

Me deja sin palabras. Realmente me deja sin palabras cuando me habla así. Alexander siempre fue cariñoso y demostrativo a su manera. Lo sigue siendo, de formas únicas y en momentos inesperados, lo hace.

-Siempre voy a estar. Mientras me quieras, voy a estar.

Él sólo sonríe y se pega más a mí, se hunde un poco más entre mis brazos.

Después de un rato, encontramos un parque. Debido a la hora, no hay mucha gente. Hay unas fuentes, bancas, un estanque, hay patos... Eso me hace recordar viejos tiempos y reír.

POV ALEC

Sonrío sólo por escucharlo reír. Es tan absurdo lo mucho que Magnus influye en mí. -¿De qué te ríes?

-Hay patos -dice, como si eso lo explicara todo.

-Ah... ¿Y son chistosos? ¿Hay algo especial en estos patos que te divierta?

-En realidad no -suena algo extraño, pensativo tal vez, mientras toma mi mano y me acerca al borde, hunde nuestras manos juntas en el agua-. ¿Sientes las ondas?

-Sí. ¿Los patos divertidos se acercan?

-No son divertidos... Sólo recordé a alguien...

-Ah.

Por supuesto.

-No era una pareja -él deja un beso en mi mejilla-. No seas celoso.

-Yo no soy celoso, Magnus -no soy celoso y no estoy haciendo pucheros.

No.

-Ajá, claro, y a mí no me gusta la purpurina.

-No lo sé, no te he visto.

Él, en vez de molestarse por mi mala broma, se ríe, presiona nuestras manos juntas, moviéndolas en el agua, siento las ondas vibrar.

-Creéme. Me gusta la purpurina. Bastante. Puedes sentirla o puedo mostrarte cuando quieras -uno de sus dedos recorre mi labio-. Deja de hacer pucheros o te voy a besar.

Yo gruño. No dejo de fruncir los labios, pero él no me besa.

-Simplemente me recordó a alguien. Dos personas en realidad, que le temían a los patos.

-¿Por qué alguien le temería a los patos?

Siento cuando se encoge de hombros. -Es un misterio.

-Aunque, hablando de eso...

-¿Qué? ¿No me digas que tú también?

-No -una sonrisa se me escapa al recordar-. Max hablaba de un amigo, fue en aquel entonces, cuando llegó con aquel soldadito de juguete, él dijo que su amigo tenía miedo de los patos...

CONTINUARÁ...