Tu corazón me siente (malec)

Día 40 (continuación/3)

-Gracias. Siempre estás aquí cuando más te necesito.
-¿Dónde más estaría? Tú estás donde está mi corazón. Entonces ahí es donde me quedo.
(Ella Frank)

Dedicado a Selenator483 ❤

* * *

[Día 40]

POV MAGNUS

¿Tal vez la vida misma nos está regresando a ambos de maneras diferentes?

Así como esta misma frase siempre será nuestra, un te amo dicho con otras palabras, de cualquier forma que lo digamos.

El ceño de Alec se fruncé levemente cuando me quedo sólo ahí, sin decir nada. Su mano y la mía todavía entrelazadas. Separados por el largo de su brazo. -¿Dije algo malo?

-¿Tienes una idea de lo que me provocas con tus palabras? Hay personas -me acerco lentamente a él, rompiendo los pasos que nos separan- que tienen el don de la palabra, pueden darte largos y hermosos discursos, o sentarse y escribirte bellísimas palabras, enamorarte con sus letras. Pero hay otras que son más de demostrar, de expresarse sin palabras, entonces cuando lo hacen, incluso sin darse cuenta, es mucho más valioso porque es espontáneo, porque nace del corazón y simplemente lo dejan ir. Tú, tus palabras, tus te quiero, se clavan directo en el mío, Alexander. Ahora lo que quiero hacer es besarte. Besarte como si...

Nos hubieran separado un siglo y hoy pudiéramos recuperar el tiempo que nos fue arrebatado.

La boca de Alexander se abre claramente sorprendida, después se fruncé en un puchero, y, finalmente, sus mejillas se tiñen de rosa y termina de romper la distancia, apretándose a mí en un abrazo. -Te quiero, te quiero mucho, Magnus.

-¿Pero no quieres besarme? -me rio por lo obvio, Alexander sigue penoso de demostrar su cariño de forma física, y más frente a testigos. Fue así incluso hace una vida y, aunque ha cambiado un poco, nunca perderá su esencia-. Está bien. Es broma, Alexander.

-¿De verdad? -aprieta un poco más el abrazo antes de soltarme y alejarse un poco.

No lo resisto y dejo un beso en su frente. -No, pero puedo besarte en otro momento.

Volvemos a caminar con nuestras manos entrelazadas.

-Supongo que entonces está decidido que caminamos.

POV ALEC

-¿Te molesta caminar? Tal vez estoy cambiando tus costumbres, prefieres... uh... ¿portales? -susurra la palabra-. No quiero que cambies por mí, no tienes que venir por mí...sólo porque somos...novios, o porque...lo dije.

Su pulgar acaricia el dorso de mi mano. -No cambio por ti, Alexander. Los brujos también caminamos, ¿sabes? El primer día que te vi, iba caminando hacia el Destino.

Eso me hace soltar una risita. -Eso suena a película o novela. "Caminando hacia el Destino".

Magnus también se ríe, su mano tira más cerca de mí. -No me quejo de mi destino. Tal vez podríamos escribir nuestra historia.

-Tal vez -mi voz se ha vuelto suave y soñadora, ¿es posible que Magnus sea la historia de mi vida?-. ¿Qué dirías hasta ahora?

-Que te quiero.

-Magnus.

-Te quiero y aunque no he cambiado por ti, no me importaría hacerlo. Uno no debe dejar de ser uno mismo ni siquiera por la persona que ama, pero, inevitablemente, nos amoldamos un poco a esa persona y tampoco es algo malo. Son consecuencias del amor. Y yo te amo. Yo diría que estamos en la primera parte de nuestra historia, ¿o la segunda?, tal vez la primera fue conocer a aquel hermoso ojiazul que escuchó mis historias gratis, y esta es la segunda, donde me deja amarlo, me aceptó y me sigue escuchando, y espero que quiera escucharme mucho tiempo más. ¿Qué dirías tú, Alexander?

-Que él quiere escucharte tanto como tú quieras hablarle.

CONTINUARÁ...