No eres el primero y dudo que seas el último.

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Narra __________

Primer día en Londres y vamos camino a un trabajo que tiene Johan. Debo admitir que se siente bien estar en otro lugar que no fuera Gotham, Londres es un lugar realmente interesante, me gusta.

-Después de esto podemos ir a comer, ¿de qué tienes apetito?- preguntó Johan mirando por la ventanilla del auto.

-No estoy segura, mejor escoge tu- respondí.

Él solo asintió y después de unos minutos el auto paró cerca de unos callejones. Bajamos y nos acercamos a una gran puerta metálica en la que Johan tocó tres veces y después de un momento un hombre alto abrió, nos observó y se hizo a un lado para que pasemos.

El olor a carne cruda inundó mi nariz y pasando una puerta blanca algo sucia los cuerpos de cerdos colgando del techo se hicieron presentes. Estabamos en una carnicería.

-¿Cómo ha estado nuestro invitado? - preguntó Johan al hombre que nos abrió la puerta y ahora caminaba con nosotros.

-No ha querido hablar. Opino que necesita tu persuasión. -respondió.

Johan sonrió. Atravesamos una cortina de plásticos y ahi estaba, un hombre de traje desarreglado, cabello alborotado, ojos vendados, amordazado y que colgaba de un gancho igual que un cerdo.

El hombre que venía con nosotros lo bajó y le quitó la venda de los ojos. Johan se acercó sacando su navaja y colocandola debajo de su barbilla le habló.

-Me han dicho que no quieres hablar, ¿acaso el gato te comió la lengua?- el hombre de traje lo miraba desafiante. Se retorció un poco y Johan le quitó la mordaza.

-¡Púdrete calvo!- gritó y le escupió.

Johan se limpió y rió con sarcasmo, en un abrir y cerrar de ojos lo golpeo en el rostro tan fuerte que comenzó a sangrar de la nariz y la boca.

Sentí cierta curiosidad por saber por qué estaba ese hombre ahí, pero mis pensamientos fueron interrumpidos por Johan llamándome.

-Toma querida- dijo entregándome un bate de metal.
Lo tomé y lo maniobré un poco acostumbrándome al peso.

-Te presentó a Bonnie- Johan se dirigió al hombre- y a ella no le agradan los hombres como tu.

Alcé una ceja sin entender a que se refería.

-Pareces muy inocente para este trabajo- dijo el hombre mirándome con una sonrisa burlona. Primer error.

Johan se acercó a mi y me susurró al oído:

-Este maldito sabe la ubicación de una pequeña niña que fue secuestrada. Lo revelante aqui es que cada niña que secuestra abusa de ella, esperemos que esta sea la excepción, ¿no?

Segundo y último error.
Mi postura cambio ante esto, de por si sabía que Johan no era contratado solo por mafiosos o gente de ese estilo, hace todo tipo de trabajo que implique dañar a alguien.

-Tu última oportunidad. - Le dije al hombre frente a mi.

-¿Disculpa?

-¿Piensas hablar?

-Suerte con eso dulzura.

Tome el bate con ambas manos y acerté el primer golpe en la espalda, el hombre se retorció de dolor y soltó varios insultos los cuales en el momento ni escuche, por otra parte volví a golpearlo en las piernas y las costillas. El hombre gritaba y escupia sangre. Fue hasta que escuché el sonido de sus costillas romperse que pidió que parara.

Me alejé de él y sentía como la sangre recorría más rápido mi cuerpo, Johan se acercó y el hombre comenzó a darle una dirección.

-Está ahí, lo juro- dijo cubierto de sangre.

Robin O Dick Grayson-Robin & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora