Robin O Dick Grayson-Robin & Tú

Pistas Despistadas

Narra Robin

Tomé el arma y bajé a la Baticueva para analizar las huellas dactilares.  A pesar de buscar información en todas las bases de datos de Gotham City no tenía más información de la que ya sabía. Entonces tuve la idea de ampliar la búsqueda a todo el país y lo que encontré me pareció interesante.

Encontré una coincidencia en una ciudad de Portland. Había un registró de nacimiento a nombre de __________ Renard Cobblepot, en la foto aparecía una niña, supongo que es ___________ de pequeña, pero no era lo único.  El registro tenía un enlace policíaco. 

Me separe de la computadora y medite por un momento.
El que sus documentos contengan un enlace policíaco no debe ser nada bueno. ¿Realmente quiero saber?

Puede que sea la única pista que tenga  para saber su conexión con el Pingüino.

Suspiré y abrí el enlace.

Lo primero que aparecía eran portadas de periódicos en los cuales se informaba sobre la muerte de una mujer. No fue hasta que leí el informe oficial hasta que entendí del todo lo sucedido.

Al parecer su madre había sido asesinada, no había pista de los culpables, fue un caso sin resolver.  Al no saber el paradero de su padre _________ acabó en un orfanato.  Y por lo que encontré no encajó del todo bien, tuvo varios altercados tanto con otros niños como con cuidadoras, estuvo en tres hogares diferentes pero por causar problemas no quedó en ninguno. Pasó seis meses en un reformatorio y a su salida no se supo más de ella.

Debió de haber escapado o tal vez el Pingüino la buscó.  Su madre también llevaba el apellido Cobblepot pero no me ayuda mucho a saber que conexión tiene con el Pingüino,  tal vez lo único seguro que tengo es que son familiares. O ¿puede ser que él sea su padre? No, lo negó en el techo y se veía muy segura de su respuesta.

Me separé de la computadora y di un suspiro de frustración,  esperaba que el saber su pasado me ayudara pero sólo estoy más confundido.

Miré el reloj, las dos de la mañana, vaya no sabía que llevo tanto tiempo aquí abajo.

De pronto escuché el sonido del portal de la Baticueva seguido de un fuerte motor. Al parecer Batman había terminado su ronda de esta noche, cuando bajo del coche se sorprendió al verme.

-¿No deberías estar durmiendo? - preguntó acercandose para ver lo que tenía en pantalla.- Intentas descubrir más de la chica y por lo que veo hackeaste el servidor federal.

Me miró de reojo y yo sonreí nervioso.

-Estoy tratando de encontrara su conexión con el Pingüino y al no tener más información aquí amplíe la búsqueda. - Me expliqué.

-¿No has logrado que Richard Grayson obtenga la información?  O acaso Robin es más efectivo-  cuestionó.

-Ninguno ha tenido suerte.

-No creo que importe mucho, de una forma u otra acabará en Arkham.- Afirmó a lo cual me sorprendí.

-¿A qué te refieres? ¿La vas a encerrar?- pregunté algo confundido por sus palabras.

-Asesinó a un empresario e intentó asesinar a un dueño bancario. Testigos y pruebas sobran para mostrar su culpabilidad y gracias a su fuerte conexión con el Pingüino no la encerrarán en una cárcel normal. - Se explicó. - ¿No me digas que te has encariñado?

Se quitó la máscara y me miro seriamente, su pregunta me tomo por sorpresa a lo que solo atiné a negar repetidamente.

-Es mejor que no te encariñes, no sabiendo quién es.- Se acercó a la computadora y quitó toda la información que había encontrado.- Esperaremos a que sane para que Batman y Robin la lleven a Arkham.

Apagó los monitores y se fue.

Una vez en mi cuarto comencé a analizar nuestra pequeña plática. No estaba del todo de acuerdo en abandonarla en Arkham, conozco ese lugar y a pesar de su forma de ser sé que no pertenece ahí. Pero Bruce tiene su punto,  asesinó e intentó asesinar y eso es sólo de los que sabemos,  puede que lo haya echo antes.

Después de dar mil vueltas en la cama por fin caí dormido.

Al día siguiente desperté por el sonido de mi puerta, alguien tocaba.

-Adelante Alfred- dije medio dormido aún.

-No soy Alfred- se escuchó del otro lado de la puerta la voz de _________.

Salí de la cama y me dirigí a la puerta.

-¿Qué sucede?- pregunté al abrir la puerta. Ella venía envuelta en una manta y llevaba los pies descalzos.

-Tengo hambre pero nadie está en la cocina aún-  respondió con un pequeño bostezo.

Alcé una ceja extrañado,  por ser sábado no tenía que ir a la escuela pero ¿qué tan temprano podía ser?
Busqué con la mirada el reloj de mi cuarto y al ver la hora lo comprendí.

-Bonnie son las cinco de la mañana- comenté cansado, prácticamente sólo he dormido como dos horas.- En la cocina trabajan hasta las siete.

-Genial, entonces creo que moriré de hambre- dijo encogiendose de hombros y comenzó a caminar.

-Espera- dije y se detuvo, giró sobre sus talones y me puso atención.- Veremos que hay en la cocina.

Cerré la puerta de mi cuarto y nos dirigimos a la cocina.

-¿Ya te comente que pareces señorcito con esa pijama?- Se burló.

-Oh vamos,  es muy temprano para eso ¿no crees?- me quejé.