Robin O Dick Grayson-Robin & Tú

Punto de vista del tercero en discordia 2/2

Narra Aspen

Ante esa pregunta Robin hizo algo que nunca hubiera imaginado, se acercó más a _______ y se quitó el antifaz, dejando ver por completo su rostro.

-¿Y si te dijera que puedes confiar en los dos?- habló con sorprendentemente suavidad.

Fue hasta ese momento que ubiqué esa cara, Dick Grayson, este maldito es el adoptado por el multimillonario Wayne. ¿Cómo es que alguien como él acabó como un enmascarado?

Un momento...la cena de caridad Wayne, ¿acaso ahí empezó todo para ellos? ¿Desde entonces es que _______ se... enamoró de... él?

No...no, no, no, ¡no! Me niego rotundamente a aceptar que ella está enamorada de él.

- Suficiente.- interrumpí firme.- ______ necesita asearse para ser atendida, no sabemos que tan lastimada puede estar por lo que es urgente.

Robin me miró mal pero no me importó.

- Deja que yo me encargue.- dijo extendiendo sus brazos a ______.

-No.- respondí.- Algo me dice que tienes otro asunto que atender.

Y como si lo hubiera invocado algo en su cinturón comenzó a sonar. Lo tomó y leyó:

- Alerta, fuga masiva en Arkham Asylum. Reporte inmediato.- me volvió a mirar molesto. En esta ocasión sus ojos fueron muy expresivos.

-Parece que tienes que irte.- hablé sosteniendo su mirada.- No creo que el gran Batman pueda por su cuenta.

Se resignó, se puso su antifaz y antes de irse se detuvo en la puerta.

-Volveré en cuanto pueda.- dijo mirándonos sobre su hombro.- Trataré de que sea rápido.

Con eso se fue. Por mi parte senté a _____ sobre la cama y le miré. Con sólo verla podía ver que en su cabeza iban y venían ideas, posiblemente sobre todo lo que ha pasado hasta ahora.

-______, primero hay que limpiarte.- hablé con suavidad, ella no dijo nada sólo asintió.

La cargué nuevamente al estilo princesa y me dirigí al baño, la senté un momento en un banquito que siempre tenía ahí y comencé a llenar la bañera.

-Sabes...- hablé y de reojo vi que me escuchaba.- siempre me pregunté cómo había pasado, en qué momento tu y él habían coincidido. Pero hoy, después de verlo sin el maldito antifaz, lo entendí. Nunca se buscaron, simplemente pasó...

Cerré la llave, el agua estaba lista. Me puse frente a ella, sus ojos seguían cada movimiento que hacía.

-¿Me dejas ayudarte?- pregunté a la altura de su rostro, ella asintió nuevamente.

Asentí un poco y ayude a quitarle las pocas prendas que tenía, en ese momento ví marcas que ella nunca había tenido en su piel, golpes y cortaduras frescas que amenazaban con infectarse. La tomé en brazos, al sentir por completo su piel temblé un poco pero me recordé a mi mismo la situación y la coloqué en el agua. Su rostro se relajó una vez adentro, se nota que era algo que necesitaba.
Tomé una pequeña jícara y comencé a mojar su cabeza.

-Aspen- habló.

-Mande.

-¿Recuerdas esa navidad que enfermé feo?

-Sí.

-Yo recuerdo que estabas tan preocupado que te negabas a separarte de mi lado.

- Así es. Tu necedad con la nieve provocó que llegaras casi a los 40 grados en fiebre.

-Incluso me ayudabas a tomar esa horrible medicina y me distraías cuando era momento de las inyecciones.

-Quería que te sintieras mejor.

Tomé el shampoo y comencé a lavar su cabello.

-¿En qué momento te alejaste?- preguntó mientras le enjuagaba la espuma del cabello.
La miré un momento, de sus hombros hacia arriba salía del agua, el resto del cuerpo era cubierto por agua y jabón, yo me encontraba recargado en la orilla de la bañera.

-¿A qué te refieres?- pregunté algo confundido.

-A que...antes eras todo lo que quería, eras esa persona con la que sin importar qué ahí estaría...para mí. Pero, en algún punto te volviste un idiota y de pronto todo lo que te importaba era quedar bien con mi tío.- explicó. Suspiré.

-Sabes bien que cuando llegué no era más que un simple peón y la verdad, no me importaba.- me miró con atención.- Pero cuando tú llegaste quise cambiar eso, quise volverme alguien importante, alguien que mereciera estar a tu lado.- la miré.

Apenas unos escasos centímetros separaban nuestros rostros, el mío serio y el de ella con cierta curiosidad y gotas de agua resbalando.

-________- hablé- te volviste mi motor de querer ser más. Sin embargo... supongo que salirse del camino es muy fácil y eso me volvió el idiota que ves.

Reí un poco al admitir lo último, si tan sólo me hubiera dado cuenta antes, supongo que las cosas serían diferentes.

-Aspen-me llamó y mis ojos regresaron a ella, en ese momento sentí que la distancia entre nosotros se había acortado incluso más.- ¿tu aún me quieres?

- Sí, lo hago.- respondí viendo esos hermosos ojos.- Y la verdad, duele admitirlo porque sé que tú ya no me quieres a mí como alguna vez lo hiciste.

Ella cerró los ojos y rozó un poco sus labios con los míos, no me moví, dejé que ella hiciera lo que quisiera, sin embargo no hubo beso, se separó y colocó su cabeza sobre mi hombro.

-Si aún lo hiciera, las cosas serían menos complicadas, ¿verdad?- habló en voz baja.

-Seguramente.- respondí igual.

Le ayude a limpiar el resto de su cuerpo, vacié la bañera y se enjuagó una última vez con la regadera. Al final el agua se llevó toda la sangre y mugre, pero no sé llevó su dolor y su notable tristeza.