La casa Wayne

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Narra Robin

Regresé a casa después de la escuela, me preguntó como estará ___________.

-Joven Grayson- dijo Alf al verme- pensé que tenía curso de idiomas después de clases.

-Bueno- dije sonriendo inocentemente a lo cual Alf levantó una ceja- necesito saber cómo está- dije más serio- ¿se ha ido?

-La verdad esperaba que lo hiciera, pero no, no ha salido de la habitación.-Respondió.

-Okey, entonces creo que iré a verla.

-Joven Grayson- me detuve al inicio de las escaleras- no olvide quien es ella, no me lo tome a mal pero ambos estamos de acuerdo que hay grandes diferencias entre ustedes.

Me sentí raro cuando dijo eso y traté de no tomarle mucha importancia.

-Tranquilo Alf sé lo que hago.

Comencé a subir preguntándome si realmente lo sabía, pero mis pensamientos se distrajeron en si debía aparecer como Robin o Dick.

¿Qué evitará que me lance algo?

Opté por quedarme en el uniforme de la escuela y toqué la puerta, no recibí respuesta por lo que entre sin mas cerrando la puerta tras de mi. Ella estaba sentada en la cama leyendo un libro.

-Hola-dije tratando de sonar casual. _______ alzó la mirada y al ver que se trataba de mi me miró enojada y me lanzó el libro que leía.

Para mi mala suerte no pude reaccionar a tiempo por lo que el libro dio en su objetivo, además de ser de pasta gruesa por lo que causo más daño del debido.

-Un gracias no estaría mal-comenté sobando la parte del impacto. Ella se encogió de hombros.

-De acuerdo, gracias...por tenerme prisionera en tu maldita mansión- hizo una sonrisa fingida.

-¿Prisionera?- dije como si no pudiera creerlo- la puerta está abierta y es muy grande como para que pases por ella- abrí y cerré la puerta, ella me miró mal. Tal vez tuve que limitarme a decir que la puerta estaba abierta no lo demás.

-Pero porque hay candados en las ventanas y un guardia elegante cuidando la entrada- reí ligeramente ante la forma en la que se refería a Alfred.

-Alfred no es un guardia, es un mayordomo, aunque se sabe defender bien- comenté y ella bufó.

-Como sea, para empezar, porque el chico murciélago me trajo contigo. ¿No era más fácil dejarme morir?- preguntó y me sorprendió lo cínico que era su comentario para lo normal que lo hizo sonar.

-¿Por qué dices eso?-pregunté.

-Por favor. La mitad de mis contactos entre que me respeta y me tiene miedo mientras la otra mitad quiere matarme, no es la primera vez que entra plomo en mi cuerpo y la verdad dudo que sea la última.

Me sorprendió la honestidad de sus palabras.

-Y bien-dijo al ver que no dije nada- ¿piensas manipular mi mente para tener información de villanos?- Preguntó mientras hacía movimientos raros con sus manos. Sonreí.

-Ese no es mi trabajo-respondí.- Yo sólo seré tu anfitrión.

-¿Este es el momento donde me desmayo por qué el hijo de Bruce Wayne me tiene como invitada?- Puso su mano en su frente y de manera dramática se dejó caer en la cama.

Llegué a escuchar como suprimía un quejido de dolor, fue imprudente hacer ese movimiento.

-¿Eres así con todo el mundo?-Pregunté.

-No lo sé.- Respondió y rodé los ojos.- Bueno ha sido una plática conmovedora- se paró mientras mantenía su mano en su herida- pero no quiero abusar, así que me voy por donde llegué.

Se puso sus zapatos, se acercó a mi  y tomó el pomo de la puerta.

-La mansión esta considerablemente lejos del centro, aún estas mal herida, ¿hasta dónde crees que llegarás?- Cuestioné. 

-Probablemente más lejos que tú- se burló.- Desde cuando los niños mimados quieren a gente "problemática" bajo el mismo techo.- Dijo entrecomillando problemática. 

-¿Qué tan problemática puedes ser?-Dije con tono de que no importaba.

Se acercó peligrosamente a mi, no a manera de atacar sino demasiado cerca, lo cual me tomó por sorpresa y me puso algo nervioso. 

-Podría matarte mientras duermes.- Respondió con tono desafiante y una sonrisa.

Muy bien Grayson, más te vale dar una buena respuesta para no quedar como in idiota.

-Creo que me arriesgaré.- Dije en el mismo tono y con una sonrisa de satisfacción. 

Por un momento sentí que la distancia se acortaba, o tal vez sólo fue mi imaginación, pero de pronto se separó bruscamente y me miró de pies a cabeza.

-Tienes agallas para ser un hijo de papi- comentó y miró la habitación.- Okey, puede que me quede un par de días. Sólo hasta que pueda llegar al centro por mi cuenta.

-Ese es el plan- dije abriendo la puerta-  te espero abajo.

-¿Para qué?

-Para comer, debes tener hambre ¿no?

Ella ladeó la cabeza pensando por un momento y asintió ligeramente.
Salí de la habitación cerrando la puerta y me dirigí a la mía para quitarme el uniforme.

La verdad tengo cierta curiosidad por lo que pasará en su estancia, se nota que es algo impulsiva e impredecible.

















Robin O Dick Grayson-Robin & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora