*Capítulo 2: La Chica Panda.

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Dedicado a: LIRIUS34 muchísimas gracias por leer esta historia, espero te guste el cap.

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Creo que cualquiera que estuviera en mi situación pensaría mejor las cosas antes de hacer todo lo que he hecho pero no alguien común y corriente podría haber ocasionado tanto daño a tantas personas como yo lo he hecho. Logré que hombres importantes, con varios millones es de dólares en sus cuentas bancarias, con familias perfectas y puestos altos en el poder judicial se fueran al carajo. Arruine sus vidas solo por meterse con mi familia aunque fuera solo la persona que le abrió la celda a mi padre. Así que claro que el hombre que lo logro encerrar por cientos de años en prisión por algo que no hizo le iría peor. Mucho peor pues lo estaba por golpear donde más le puede doler, con sus hijos.

Saque la última maleta que estaba en mi habitación del departamento de Matt. Ya estaba todo "empacado" (solo había aventado toda la ropa a lo idiota) y listo para marcharme de este foso de desechos tóxicos que Matt llamaba casa, solo me faltaba algo más que estaba en la azotea del edificio.

- ¡¿Qué mierda es todo esto?! - grito Matt cuando entro a la habitación. - ¿A caso no has notado que no limpio este lugar hace tiempo?

- Claro que sí, mis ojos y nariz lo notan claramente.

- Todavía te doy un techo donde vivir y te quejas. Me alegro de que te vayas de nuevo. - Me reí porque de verdad que este tipo es un idiota.

- Mejor baja las maletas a tu camioneta.

- Solo lo haré porque quiero que te hayas, no porque sea amable.

- No lo dudo. - Dicho eso salí del departamento.

Al estar en el pasillo que conectaba a todos los departamentos fui directo a las escaleras, la casa de Matt estaba en el último piso así que no tenía caso tomar el elevador, no soy un maldito flojo. Abrí la puerta y lo primero que vi fue la cuidad de New York a lo lejos. La mayoría de las personas que llegan a vivir aquí se empeñan en conseguir un departamento en el centro de la cuidad, porque todo está cerca, no piensan que sí están lejos pueden ver absolutamente todo como yo ahora mismo, puede que suene algo marica pero me encantaba la vista de éste lugar, era lo único que extrañaba cuando me iba.

Después de no sé cuándo tiempo de haberme quedado admirando la vista camine directamente a donde estaba una bodega al fondo de la azotea, no entre a ella pues a donde yo iba era a unas jaulas que estaban justo al lado.

Conforme me acercaba el silencio que había cuando llegue desapareció, pues el perro que estaba encerrado en la jaula comenzó a ladrar.

- ¡HOOK, CALLATE! - Ladro una última vez y callo de golpe.

Honestamente no me gustaba mucho dejar aquí al pobre perro, no por ser un animal tenía que estar de esa forma pero Matt me ha dicho que un perro de pelea se le tiene que tratar de esa manera porque luego se encariñan con nosotros y ocasiona que éste no sea agresivo. Y supongo tiene razón porque todos los perros que hemos tenido han ganado mínimo siete peleas cada uno antes de venderlos al mejor postor.

Tomé su correa que colgaba de la jaula, abrí la puerta y Hook no salió corriendo, se quedó sentado como de costumbre, siempre ha esperando que le ponga su correa.

- Buen perro. - fue todo lo que le dije cuando le puse la correa.

Para ser honesto yo le doy un mejor trato que Matt, él lo habría golpeado por haberse sentado sin una orden previa.

- Vamos. - di un pequeño jalón a la correa y eso bastó para que Hook caminara hacia la salida.

Bajamos por las escaleras, quince pisos abajo casi corriendo y una vez que llegamos al estacionamiento Hook paro de golpe al ver Matt recargado en su camioneta.

Mi Ángel. {Mitades Opuestas #2} COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora