Capítulo 8

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Theodosia

Aquel muelle se había vuelto nuestro lugar "especial", por dos semanas a diario ambos acudíamos a aquel muelle, yo me quedaba ahí callada, el silencio no era para nada incómodo.

Cada día veía como sus ojeras aumentaban más y más, a veces tenía los ojos rojos e hinchados o inclusive a veces el lloraba en silencio, no parecía molestarle así que siempre a las 4 pm llegaba al muelle y me sentaba a su lado, dos horas después solo me iba a mi casa caminando, justo antes del atardecer, siempre me preguntaba qué hacía él después de que me fuera.

¿Acaso tan solo notaba mi presencia?

No lo sabía sin embargo fue cuando en mis clases de francés cuando Mary se acercó a mí y me dijo.

- ¡Por la culpa de tu padre Philip ya no viene a clases!

- ¿Disculpa?- Dije extrañada al escuchar aquello.

- Te disculpo.- Ella era de las chicas más arrogantes que conocía.

- No seas superficial, jamás te pediría una disculpa, no caería tan bajo, tú sabes a qué me refería con ese disculpa.- La chica frunció el ceño e hizo una mueca, así siempre había sido, si las cosas no salían como ella quería, solo buscaba la forma de hundirte.

Estaba a punto de marcharme teniendo en mente la recién victoria obtenida hasta que ella me grito.

- ¡Pregúntale a tu padre, fue su maldita culpa!

Philip

Revisé mi reloj de bolsillo.

Las cuatro en punto.

Pasaron tan solo unos pocos segundos para que Theodosia se sentará junto a mí, sin embargo ahora era ella quién lloraba, inmediatamente me preocupé, no sabía si tenía que decir algo, o quedarme callado como ella lo había hecho las últimas dos semanas, ella fue la que empezó a hablar.

- Perdón Philip.

Tomé su mano y la apreté.

- ¿A qué te refieres?

- Mi padre tuvo la culpa.

Theodosia

Llegué a mi casa después de clases.

Cuando fui a cenar no pude evitar pensar en aquello que Mary me había dicho.

- Padre, ¿Acaso leíste el Panfleto Reynolds?- Mi padre se puso algo tenso y limpió su boca con la servilleta. Aclaró su garganta.

- El Panfleto Reynolds... Creo que si lo he leído, tú no deberías leer sobre eso, aún eres muy pequeña.

- Soy pequeña pero no idiota...-Mi padre me interrumpió.

- Theodosia...

- ¿Tuviste que ver algo con ese Panfleto?- Mi padre tragó con dificultad.

- Claro que no hija.

Aaron Burr podría ser el mejor padre, el más comprensivo, alguien quien puede dar el afecto que una madre y un padre dan juntos, alguien quien te apoyaría siempre... Pero no era un buen mentiroso...

- ¿Cómo te atreves a mentir?

- ¡No le llames a tu padre mentiroso Theodosia Burr!- Se levantó de su asiento bruscamente.

- ¡Entonces deja de mentir!- Sentí el fuerte impacto de su mano contra mi mejilla, mi padre nunca me había tocado para agredirme. Puse mis dos manos en mi mejilla y unas lágrimas se posaron en mis ojos.

— ¡Yo fui uno de algunos políticos que obligaron a Hamilton escribir ese documento! ¡Buscamos a James Reynolds en la cárcel y él lo contó todo! ¡Después fuimos con Hamilton y lo obligamos a confesar todos sus actos con María Reynolds! ¡Parecía que había robado dinero de nuestros bolsillos en frete de nuestras narices! ¿¡Qué querías que hiciera!?

Ahogue mi sollozo.

- ¿Eres consiente que destruiste una familia?

- ¿Estás provocando tantos problemas por el hijo de Hamilton? Aquel que te trajo en el carruaje.- Desvíe la mirada al suelo.- ¿Lo estás viendo sin mi permiso? ¿Te estás enamorado de él no es cierto?¿Te estás enamorado del único chico que te pedí que no te enamorarás?

- Yo no lo negaré, no quiero mentir como tú.- Salí por la puerta principal y la cerré de un portazo, empecé a correr hacía el muelle con lágrimas en mis ojos.

Ya casi eran las 4.

Philip

- Tú no tienes la culpa.- Me acerque más a ella y la rodeé con mis brazos. Mi traje se llenaba de sus lágrimas.- Para empezar mi padre no debió de hacer todo aquello.

Theodosia también envolvió mi cuerpo con sus brazos y ahí nos quedamos un buen rato.

- Perdón Philip...

- Shhh está bien, yo soy el que debería de disculparse por lo del muelle.

Theodosia empezó a dar unos toques en mi espalda con un ritmo algo rápido.

- ¿Qué haces?

- Es el ritmo que tiene tu corazón este momento.

- Ah es cierto... Lo había olvidado.

- ¿Qué olvidaste?

- Que mi corazón late rápido porque está latiendo por ti.

Cartas para Theodosia (Phildosia)#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora