¿Tienen un final feliz?, Eso depende a lo que tu definas como felicidad.
Nacer con ese apellido no fue su culpa finalmente.
PRIMER LIBRO DE LA SAGA "Los hijos de Hamilton"
Desde que Theo me había dado esa pluma no dejaba de usarla, no podía dejar de escribir, a veces dormía hasta muy tarde escribiendo, incluso provocaba preocupación en mi madre.
Hace ya dos semanas que había pasado Navidad y no había podido ver a Theo, la última vez que trate de entrar a su casa hace una semana vi que aumentaron la seguridad, no me molesta que Theo esté más segura pero sí que no pueda verla. Esos días sin Theo solo había salido un par de veces de mi cuarto, unas para tocar el piano y otras por mis amigos, pedía que me llevaran la comida a mi cuarto para así podía escribir y leer sin parar.
Sin embargo Richard llevó una nota dirigida hacia mí, estaba escrita con una clase de código.
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No entendía para nada que podría significar, pero iba a tratar de averiguarlo.
Busqué en varios libros de códigos sin mucho éxito.
Theodosia.
- Así que Philip Hamilton.- Mi padre enarcó una ceja.
- ¿Qué quieres decir?
- El Señor Giller vio a Philip salir de mi oficina, unos minutos después saliste tú.
- Así que confías más en el mayordomo que en mí.- Mi padre se quedó callado analizando.
- Le creo más por tu interés por el Panfleto.- Me quede cayada.- Tienes prohibido verlo de nuevo y si lo ves no podrás hablar con él, aumentaremos la seguridad para que tu querido no intente entrar. Conozco a los jóvenes como él, seguro ya ha intentado escabullirse por aquí.
Salí corriendo de la habitación y cerré la puerta muy fuerte, fui corriendo a mi cama y ahí algunas lágrimas salieron de mis ojos, respire muy hondo cuando tocaron la puerta.
Era el mayordomo Giller.
- Vine a pedirle disculpas Señorita.
- Salga de mi cuarto ahora mismo.- Dije viendo a la nada.
- Señorita si es que puedo ayudarle con algo...
- Ya hizo suficiente, largo de mi cuarto.
El mayordomo ignoro mi orden y se paró en frente de mi tocador, tomó el pequeño cuadro que tenía de mi madre.
- Su madre era una mujer muy inteligente, hermosa y entusiasta, su padre siempre se preguntó cómo ella se fijó en él, el Señor Burr siempre pensó que no era suficiente para su esposa, por eso cuida tanto de usted, ¿Sabe qué usted se parece mucho a su madre?- Me quedé callada.- Su padre la protege mucho por eso, cree que pueden herirla... La conozco desde que era un bebé, sé que siente algo por el Señor Hamilton y perdón por destruir aquello, por eso le ofrezco mi ayuda para arreglarlo.
Tomé una libreta que tenía en mi cama, me senté en el borde de la cama y empecé a escribir en un código que si tenía suerte Philip lo entendería. Le tendí la nota a Price.
- Dásela a algún amigo de Philip... Estoy confiando en ti Giller, esperaré una nota de regreso.
- Son solo símbolos...
- Y dos palabras, las suficientes para que entienda la magnitud de la situación.- Price asintió y se fue de mi habitación.
Philip
Estuve buscando por muchísimo tiempo algún libro que me permitiera descifrar el código cansado aventé la hoja a mi escritorio.
Creo que debí ir a esos cursos de simbología, pero conocía a solo una persona quién podría ayudarme.
- ¿A dónde vas hijo?- Bajaba las escaleras y abrí la puerta principal.
- A ver a mi padre.
- ¿Puedes llevarle esto?- Me dio una caja algo pequeña. Asentí y me fui.
No tarde mucho en llegar a la oficina del congreso de mi padre, normalmente ahí dormía después de lo que pasó. El me preguntó respecto como se encontraba toda la familia pero cuando llegó el turno de preguntar sobre mamá un nudo se le hizo en la garganta, unas lágrimas estaban a punto de resbalarse por sus mejillas.
- Philip, prométeme que a la mujer que ames, a la mujer que te acompañe el resto de tu vida no le harás nada similar a lo que yo le hice a tu madre.
- Lo prometo...- Lo dije en un susurro y nos quedamos unos minutos de silencio, entonces le tendí la caja.- Mamá me pidió que te la diera.
El abrió la caja impaciente, como un niño pequeño habría hecho con un regalo, sin embargo su expresión cambio tan drásticamente, a ese pequeño niño le habrían regalado lo peor en el mundo...
Levante un poco mi cabeza para ver qué era... El anillo de compromiso de mamá con una nota que decía.
"Ya no lo necesitaré"
Ahora a mí se me formó un nudo en mi estómago, no pensé que mi mamá fuera capaz de quitarse el anillo que ni siquiera se quitaba para dormir, pero si ese anillo se lo había dado mi padre al parecer era capaz.
- Ella quemó todas las cartas... Creo que debías de saberlo.
Mi padre me miró por unos segundos analizando lo que había dicho.
- Le prometí serle fiel por siempre y ni siquiera eso le pude cumplir... Tu madre tenía muchos sueños Philip... Hubo tantos momentos que ella me apoyó aunque no me lo merecía...
- Al principio no podía creerme nada de lo que el Panfleto decía...
- Hijo también te pido una disculpa, dañe a tu familia, a nuestra familia.- Asentí y saqué la nota que había recibido.
- Necesito ayuda con esto.- Él se inclinó hacia el código y lo vio por unos segundos.
- Es un código bastante fácil, ¿Es de la Señorita Burr verdad?
