>> Grite tan fuerte pidiendo ayuda pero nadie me escucho, mi voz pasó a ser un eco perdido y después un silencio, nadie se preocupó hasta que llegó el silencio y cuando todos nos dimos cuenta, ya era demasiado tarde.<<
Theodosia.
Pegué la carta a mi pecho, vaya que ese chico me tenía perdido... Tan solo pensar en su sonrisa escribiendo está carta me tenía tan indefensa.
Cerré los ojos imaginando su graduación, imaginando que si mi padre aceptará, seríamos imparables.
Bajé a la sala donde estaba mi padre recostado.
Y le tendí la carta sin darle mucha importancia, tenía que actuar seria, segura como mi hermano alguna vez me dijo.
Mi padre tomo la carta y se enderezó para leerla, la leyó toda, cuando yo solo quería que leyera la invitación, cuando acabó de leerla levantó mi vista hacia el.
- ¿No se darán por vencidos?
Me acerqué a él y le susurré a el oído, el abrió mucho los ojos como si aquello que le dije fuera increíble y me abrazó con una una gran fuerza.
- ¡Perdón Theodosia!¡Los lastimo!
- No te preocupes...
Mi padre limpió sus lágrimas.
- ¿Crees en serio que el sea el indicado?- Asentí.- Puedes ir a la graduación... A un mes que se gradué pueden casarse.
- ¡¿En serio?!
Empecé a llorar en ese momento, parecía demasiado bueno para ser verdad, al fin, nuestros padres aceptaron aquello, tenía que escribir a Philip ahora mismo, y ya no tendríamos que ocultar nuestras cartas, mi padre me siguió detrás mío.
- ¿Puedo ver cuántas cartas te mandó en este transcurso?
Saque un baúl de un tamaño medio y tan solo con abrirlo las cartas volaron por todas partes, dejando de ver su cantidad inmensa.
Mi padre soltó una risa muy nerviosa.
- Creo que ahora entiendo porque a John se le fue fácil escapar.
- Están bien... Luchan por la libertad.
- En el periódico de hoy leí que ahora luchaban por el derecho de voto de la mujer.
- ¡¿En serio?!
Hoy era un buen día.
Mi padre asintió.
- Orgullo no es la palabra que busco... Es algo mayor... Y esa sensación también me la provocas tú, mi pequeña Theodosia... Aunque mírate, ya eres una jovencita mayor, ya eres toda una dama...
- No llores papá...
- Es que John y tú han crecido tanto que dejarán a este viejo solo.
- No te dejaré solo, y John sigue con nosotros.
- Tu madre estaría tan feliz con estas noticias.
Mi padre empezó a acariciar mi mejilla.
- Si mi madre hubiera estado aquí, Philip y yo ya hubiéramos estado casados hace mucho.
- Lo sé... ¿Pero estas segura que tú...?
- Si papá, ya debió de haber llegado hace una semana.
Mi padre en ese momento era un bipolar, lloraba de felicidad, daba brinquitos y parecía que podía desmayarse de un momento a otro, de los dos, el siempre fue la adolescente.
- ¿Cuándo le dirás?
- Cuando esté todavía más segura, pero por ahora tengo que escribirle la carta de que me llevaras a el altar.
- Te dejo sola para que estés más cómoda.
Y se fue de mi cuarto, sabía que les presumirá a todos los senadores y políticos lo que está pasando justo ahora.
Mi más querido, Philip.
Tengo excelentes noticias, tan buenas que creo que no dormiré en semanas y créeme amor mío que no exagero para nada.
Mi padre me dejará ir a tu graduación, pero eso no es nada más que, me acaba de dar la bendición para que me casé contigo, solo tienes que pedírle mi mano, el justo acaba de mencionar me que el me llevará a el altar y sinceramente creo que podemos encontrar a mi hermano para que asista a la que será nuestra boda.
Acabas de hacer a una mujer cualquiera, no la mujer más feliz de el mundo, si no la más feliz de la historia.
Jamás pensé que esto llegaría, o no de esta forma, pero tengo más noticias que te diré luego, lo creo inapropiado mandarte una carta para explicarte aquello.
Mi corazón late tan rápido que siento que va a desbordarse de mi pecho.
Te amo tanto que no hay palabras ni en todos los vocabularios para expresar lo que siento ahora mismo.
Dijiste que podía quejarme de tus cartas por ser más largas pero creeme que soy más que feliz con estas.
Yo no creo poder decir que es mi cosa favorita de ti, hay tanta imperfección en ti, que me hizo llegar a pensar que no todo necesita ser perfecto para ser hermoso.
Y definitivamente aquella persona que hace latir mi corazón, es aquella persona que más anhelo, más amo, más aprecio, más ancio los momentos a su lado, más lucharía por el, más haría lo imposible por él.
Gracias por ser la persona más obstinada y terca que he conocido Philip, hiciste que aquella que veía a los chicos cómo idiotas se fijara en ti, aunque admites ser un idiota, entre los idiotas tú eres el quien verdaderamente se ganó mi corazón y que verdaderamente espero ver del otro lado de el altar cuando el momento llegue.
-Atte. Aquella chica que no tienes sonriendo como idiota, si no, que se volvió una idiota desde el primer momento en el que te vió.
Theodosia Burr.
PD: Te veo en mi balcón esta noche.
Cerré la carta con una sonrisa en el rostro, era demasiado bueno para ser verdad lo que pasaba, pero era cierto, y no voy a desperdiciar mi oportunidad.
=El mundo no está preparado para una mente tan especial como la tuya, por eso duele tanto mi amor, no llores por mí, ahora te cuido desde otra parte=
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Cartas para Theodosia (Phildosia)#1
Romance¿Tienen un final feliz?, Eso depende a lo que tu definas como felicidad. Nacer con ese apellido no fue su culpa finalmente. PRIMER LIBRO DE LA SAGA "Los hijos de Hamilton"