Capítulo 9

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Theodosia.

¿Qué si me estaba enamorando de Philip Hamilton?

Era bastante lindo a decir verdad, aunque aún tuviera el miedo de que me hiciera daño ese temor disminuía día por día.

Era de noche y estaba sentada en el sillón de mi habitación, estaba leyendo un libro de astrofísica cuando tocaron mi puerta.

- Adelante... ¡¿Philip que haces aquí?!

- Shhhh.- Cerró la puerta detrás de él.- Solo quería verte.

- ¿Quién te dejó entrar?

- Digamos que tomé algo de práctica al dejar la carta... Y la seguridad de tu casa no es muy buena, de hecho me preocupa.- Solté una risita y deje mi libro a un lado.

Moví el armario y abrí la puerta detrás de este, ambos empezamos a subir por el pasadizo hacia el techo.

Mi padre había colocado aquel lugar por precaución, por si algún día buscaban dañarnos y no tuviéramos a donde ir, nadie sospecharía que a través del armario llegas al techo.

Las estrellas brillaban mucho y pronto él tomó la canasta llena de comida, de la cual no me había percatado que tenía, nos sentamos y empezamos a comer mientras hablábamos.

Nos habíamos vuelto cercanos pues en el muelle había diálogo entre nosotros él cuál se fue desarrollando tras mi disculpa.

Cada vez él se comportaba más cariñoso, los siguientes días no lo vería pues Navidad sería en tan solo un par de días y después vendría Año nuevo.

Philip

- ¿Qué haces aquí Mary?

- Venía a verte.

- Sabes que no quiero verte.

- ¿Qué te pasa Phil?, últimamente ya no quieres verme ni hablarme, no quieres hacer nada conmigo...- Ella se puso atrás de mí y puso su mano en mi hombro. Quité su mano.

- Yo ya no quiero nada...- Me besó.

- Aún te tengo comiendo de mi mano.

- ¡Ya basta Mary!, ambos sabemos que no soy el padre del niño que portas en tu vientre, no es mi culpa que Stuart no quiera cuidar del hijo.

- ¡Tú también puedes ser el padre!

- Pero no lo soy.- Me levante y me fui.

Esa chica ya me tenía harta, lo nuestro era algo de solo una noche, desde entonces no paraba de buscarme... Entonces conocí a Theo y unas semanas después ella llegó y me dijo que estaba embarazada, no iba a creerle.

Además ya tenía demasiados problemas como el de mis padres, últimamente habían hablado pero terminaban discutiendo siempre, aunque de fingir que él otro no existe a discutir ya era un avance.

Angélica estaba muy afectada y nuestro padre de vez en cuando le daba un pajarillo.

Por otro lado no sé cómo pasaríamos la Navidad, era la primera festividad que pasaría con mi familia fragmentada y también la primera Navidad que pasaría con Theo.

Había estado buscando el regalo perfecto para darle pero aún no estaba seguro de que fuera el correcto.

Theodosia

Había decorado la casa con ayuda de mi padre y de algunas ayudantes, lástima que se encontrará tan vacía, hace dos años mi madre ya no estaba y mi padre se notaba claramente nostálgico, extraño esas Navidades cuando éramos tres.

Mi padre haría una cena de para varios políticos, pero no sabía si el apellido Hamilton estaba en la lista, lo cual dudaba mucho, mínimo estaría junto a otras chicas de mi edad.

Revisé por última vez que todo estuviera en orden, pronto llegarían los primeros invitados a la cena y yo sería la encargada de recibirlos mientras que mi padre saludaba a algunos políticos y brindaba con ellos.

Pero después de esperar un buen momento la familia Hamilton entró por la puerta, en general no era la familia Hamilton, solo estaba Philip y Alexander pero creo que era de esperarse después de lo sucedido, no podía estar segura cuál de los dos Hamilton tenía los ojos más rojos por el llanto, pero sabían disimularlo, fingían que estaban bien cuando todos en aquella cena sabíamos que era lo contrario.

Cuando mi mirada se topó con la de Philip vi una gran sonrisa, el Señor Hamilton se dio cuenta de nuestras miradas, su cara demostraba sorpresa, había notado que nos miramos un segundo demás, podría sacar sus conclusiones pero sé que Philip sabría cómo negarlas.

Me acerqué a ambos.

- Buenas noches Señores Hamilton, no esperaba contar con su presencia, pero me alegra verlos nuevamente.

- Buenas noches Señorita Burr.- Dijeron ambos al mismo tiempo.

- He escuchado algunos rumores sobre usted.- El Señor Hamilton me mostró una sonrisa que podría decir que era falsa pero muy bien actuada.- Usted está comprometida.

Philip tragó saliva y trató de ocultar su cara de preocupación.

- Por ahora no tengo el gusto Señor.

- Bueno escuche que en unos meses llegaría desde Inglaterra Joseph Alson.

- Lamento arruinar sus esperanzas Señor Hamilton pero no estoy interesada en alguien Inglés.

- No lo es, pero entonces, ¿En quién tiene un interés?

- Lo lamento Señor pero sé que en Manhattan los rumores se corren rápido y no quiero dar pie o principio a estos.

- Comprendo, los dejaré solos, casi no tienen tiempo para hablar con gente de su edad.- El Señor Alexander se fue. Estaba segura que en el fondo él nos había atrapado, sabía que había algo, pero probablemente fingiría que no vio nada.

- No tenemos que llamar mucho la atención, te veo en la oficina de tu padre en una hora.- Asentí y ambos nos separamos.

Bailé con algunos chicos y Señores, con la esperanza de bailar con Philip alguna pieza, pero no creo que sea posible, no en esta fiesta.

Philip

Después de una hora me fui con la excusa de ir al baño, cuando llegué a la oficina Theo ya estaba ahí, la cortina estaba abierta y podía ver su cara por la luz tenue de la Luna.

- Feliz Navidad Theo.- Ambos nos abrazamos y nos quedamos ahí un buen rato.- Tengo un regalo para ti.- Saqué de mi bolsillo una cajita y se la tendí.

Ella la abrió, era una nota musical en una cadena, ambos de oro, sonrío muy amplio, estábamos muy cerca del otro, nos estábamos viendo a los ojos.

Nos acercamos tanto y empecé a sentir su respiración en mis labios, sentía un gran nerviosismo, no sabía cómo reaccionaría.

Cuando nuestros labios rozaron sentí como si un calor me envolviera por completo. Ni siquiera supe cuánto tiempo nos quedamos así, era como si este se hubiera congelado, mi mano derecha rodeó su cintura y la izquierda acariciaba su mejilla, por otro lado las manos de Theodosia estaban en mi espalda, su cara estaba caliente y tenía un color rojizo claro. Se veía hermosa. Nos sonreíamos de oreja a oreja entre el roce de nuestros labios, ella se puso de puntillas para darme un beso y yo me agaché un poco, el beso fue tierno y lleno de esperanza.

Lamentablemente tuvimos que regresar al baile, ya habíamos tardado bastante pero no podía dejar de tocar mis labios con mi mano, pensando en el beso que fue planteado en estos.

Cuando llegué a casa en mi cama había una caja, la abrí, era una libreta y una pluma azul con tinta negra en la primera hoja tenía escrito un poema, al final estaba firmado.

"No eres el único que puede trepar muros...

Feliz Navidad Philip"

Al final lo firmaba Theodosia.

Cartas para Theodosia (Phildosia)#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora