Theodosia
Desperté y fue la primera vez que vi a Philip durmiendo en mi cama, estaba abrazada a su torso, incluso dormido se veía tan tierno, el Sol empezaba a asomarse por la ventana mientras él pasaba la mano que estaba en mi cintura, sobre su cara para evitar que el Sol le diera en esta.
- Buenos días...
Murmuré dándole un beso en la mejilla, el apretó los ojos pero empezó a abrirlos poco a poco.
- Buenos días ojos negros hermosos Burr...
No pude evitar reír ante su comentario, me senté en la cama provocando que dejara de abrazarme con su otro brazo a lo que el refunfuñó.
- Podría acostumbrarme a esto.
- Podemos irnos cuando quieras...
Mis ojos se humedecieron, la huída era un tema delicado para mí, pero al percatarse, Philip se sentó y me abrazo.
- Estoy bien... Estoy bien...- Dije susurrando.
- Se que no lo estas... Pero tengo que volver y darle una explicación buena a mi madre.
- ¿Pensará que nosotros...?
- Probablemente tomando en cuenta mi cabello despeinado, que estuve ausente en la noche y que toda mi ropa está arrugada.- No pude evitar sonrojarme, sería extraño que mi suegra pensara eso.- Pero no te preocupes... Yo le explicaré absolutamente todo, omitiré algunas cosas por supuesto...
- ¿Cómo qué?
- Como que si de mí dependiera, si lo hubiéramos...
- ¡Calla ya Philip!- Empuje su torso sonrojándome aún más, a lo que el solo se limitó reír tratando de abrazarme, entre broma a broma logró hacerlo y terminamos abrazados por otro buen rato.- ¿Te gustaría hacer... Eso?
- Bueno, no es como que tenga hacerlo con urgencia pero si tú lo quieres hacer no me molestaría.
- Tal vez cuando estemos por casarnos...-Él asintió y puse mi oído en su pecho.- Creo que ya deberías irte, no me malinterpretes, pero aún no me siento muy bien, y ahora tengo que enfrentarme a las miles de preguntas respecto a mi hermano.
- Claro...-
Me separé de el y él levantó un poco mi barbilla y me dio un beso más largo en los labios, el mordió un poco de mis labios y prosiguió a colocarse algunas de las prendas que se quitó anoche y bajó por el balcón, lo seguí con la mirada, recargada en el borde de la ventana hasta que pude dejar de verlo.
Volví a mi rutina, me bañé y me coloqué un vestido y bajé a desayunar, la casa volvía a sentirse tan sola, nuevamente en la mesa éramos dos, y se sintió tan extraño, quería alejarme lo más posible de mi padre.
- Theodosia, me duele que estés tan distante en tiempos tan difíciles.
No dije nada, mas me limpié con la servilleta.
- Siempre son tiempos difíciles.
Me levanté de mi asiento y decidí ir a la biblioteca, se sentía raro estar sin Eleanor, hablando de libros, me sentía más rara cuando llegaron todos los amigos de Philip y me preguntaron por Eleanor.
¿Donde estaba la rubia?
No les interesaba, fui muy ruda, de hecho más de lo que le gustaría, pero no tarde en disculparme e irme para empezar a caminar sin un rumbo fijo.
Philip
- Philip Hamilton, ¿¡Donde estuviste toda la noche!?¡Me tenías tan preocupada!
Mi madre tenía su bata de noche, muy poco común ella, me hizo pensar que tal vez estuvo en la sala toda la noche, me hizo sentir un poco mal, pero Angélica se nos unió.
- No quiero sobrinos aún Philip...
Me sonrroje y fruncí el ceño.
- ¡Esos no son pensamientos para una dama!
Replique tratando de ocultar mi vergüenza, pero fue mi madre quien me interrumpió para gritarme más fuerte.
- ¡¿Estabas en casa de los Burr?!
Mierda, adiós a la tranquilidad de decirle todo.
- ¡Mamá no pasó lo que tu crees!
- ¿Qué acaso no aprendiste la lección con Mary?
- ¡Mamá no tuve nada con Theodosia!, Solo dormimos...
- ¿De qué hablan?- El pequeño John tallas sus ojos somnoliento.
- ¡De nada!- Dije con mucha fuerza.
- ¡Tendremos sobrinos John!- Dijo de nuevo Angélica.
- ¡Callate Angélica!
- ¡No le hables así a tu hermana!, Y ustedes dos, vayan a otra parte, esta es una plática que debo de tener con su hermano.
Mire a Angélica con una cara burlona, la quería muchísimo, pero eso no provocaba que por su culpa hiciera muchos enojos, Angie me enseñó la lengua de una manera infantil y se llevó a John de la mano.
Suspiré y rasque mi cabeza varias veces algo frustrado.
- Tienes un minuto para explicarme qué hacías en la casa de los Burr.
- El hermano de Theodosia y Eleanor, su amiga, huyeron, ella no podía estar más destrozada así que pasé la noche con ella.
- ¿No hicieron nada?- Negué con la cabeza.- Te creo... Pero debes de tener cuidado, si su padre los hubiera descubierto hubieras sido chico muerto, imagina que hubiera llegado a despertar a Theodosia... ¡Que mala imagen sería tan solo un chico en su cama, ambos despeinados y desalineados!
Me avergonce aun más, mi madre tenía razón, debí de ser más cuidadoso.
- ¿Por qué me suena a que tú ya has hecho algo similar?
- Mi padre llegó a descubrirnos a tu padre y a mí... Solo dormíamos lo prometo, era unos días antes de la boda pero a pesar de eso mi padre hecho a Alexander de nuestra casa.
- Que divertida imagen.
- Imagina a un par de adolescentes viviendo eso, fue algo vergonzoso... Después de eso, tu padre llegó al campamento donde se quedaba, y olvidó la contraseña para entrar, estuvo por horas fuera hasta que Washington fue a su rescate.
No pude evitar reír, hace muchos años que no veía a Washington, lo último que supe de él, es que estaba bastante enfermo desde hace un mes, tal vez luego podría hablar con él.
- ¿Lo extrañas?
- Cada día.
- Deberían hablar, no es justo que peleen por mí... Al fin y al cabo no iré a Inglaterra.
- Luego lo buscaré...
Elizabeth empezó a llorar.
- Pero primero tengo que revisar cómo está Betsey... Aún es raro que una pequeña niña comparta mi nombre, mi físico, mi sangre.
- Será una gran mujer como su madre.
Sonreí mi madre apretó mi mano y se fué hacia donde se escuchaba el lloriqueo.
ESTÁS LEYENDO
Cartas para Theodosia (Phildosia)#1
Romance¿Tienen un final feliz?, Eso depende a lo que tu definas como felicidad. Nacer con ese apellido no fue su culpa finalmente. PRIMER LIBRO DE LA SAGA "Los hijos de Hamilton"