Theodosia
Cuando llegué a el hospital, no tardaron en darme un uniforme y asignarme a una enfermera, está vestía de monja en vez de enfermera, era un hospital religioso.
Primero me dió un tour, el hospital se dividía en secciones y yo trabajaría en la zona de parto, me aterraba ver un bebé naciendo pero también generaba ternura al ver como la vida de una nueva criatura comenzaba.
La mujer que me ayudaría era conocida como Mamá Tiana, ella era la que llevaba más tiempo en servicio y por eso el sobrenombre de Mamá, era de las personas más comprometidas en el hospital pues también ayudaba a la iglesia que estaba en frente de el hospital.
Ella me dió algunos archivos de las pacientes, por ahora no ayudaría en un parto solo observaría y anotaría la información de el bebé recién nacido.
Empecé a llenar varios archivos bastante cansada, sabía que los turnos eran bastante largos, pero yo quería ayudar, además de que solicitaban a más enfermeras, ya casi no habían pues cada vez se esperaba menos de la mujer, está se quedaba en casa y no ejercían en algún empleo.
Todo iba en orden en mi jornada hasta que empecé a escuchar gritos muy fuertes de una mujer, me asusté tanto que incluso pensé en ir a revisar, pero no lo hice.
No quiero estar en el cuarto donde sucede.
Aunque los gritos no pasaron en 15 minutos me mantuve ahí sentada a el escritorio sin poder concentrarme mucho.
Mamá Tiana me llamó a la habitación de dónde provenían los gritos.
Había una mujer con contracturas, no podía tener el bebé por el acomodo de éste.
— ¿Theodosia?
La mujer me llamo mientras yo seguía las indicaciones de la Mamá Tiana, al ver a la mujer quien me había llamado no pude reconocer su cara.
— Theodosia... Sé que es tu primer día pero solo necesito que revises que todo esté en orden con ella hasta que empiece el labor de parto, ya casi inicia el horario de visitas pero aún así debes de quedarte en el cuarto por si algún inconveniente surge.
Mamá Tania tomo el registro médico de la mujer.
— Paciente Elizabeth Schuyler Hamilton.
Ni siquiera pude escuchar lo demás, me perdí en mis pensamientos como comúnmente me pasaba.
Estaba a punto de atender a la madre de Philip, me puse bastante nerviosa, ¿Pero como era que conocía mi cara?, Solo la habías visto muy contadas veces, supongo que por me distraje mucho además de que ella se encontraba en la parte más oscura de la habitación.
Cuando empezó el horario de visitas jamás pensé que este pudiera ser tan largo.
Él va y bien de muchas personas, algunos ni siquiera eran conocidos para la Señora Hamilton, pero aún así los recibía como si se tratara de amigos viejos de la infancia por ejemplo.
Cuando recibió a sus hijos, se le iluminó la mirada, estos venían de 2 en 2 entonces venía un niño y uno de sus hijos mayores, todos estaban muy preocupados por ella.
Llegó el turno de Philip y de William.
Philip se sorprendió bastante al nortarme como su enfermera, pero sabía que él había venido a visitar a su madre, no a mí, lo respete, lo trate como cualquier otro familiar de algún paciente.
El parecía algo triste al notar mi comportamiento pero no dijo nada al respecto, aproveche que estaba Philip y su hermano de apenas un año para hablar con la Señora Hamilton.
— Lo lamento tanto Señora... Apenas y pude reconocerla.
— No te preocupes hija... Creo que nunca había tenido la oportunidad de hablar con la pareja de Philip.
Mire a Philip con una sonrisa, el evitaba mi mirada totalmente avergonzado mientras yo me limitaba a sonrrojarme.
— No sabía que Philip le había hablado de nosotros...
— No fue tan difícil adivinar que son algo, es bastante notorio... Me recuerda a mi marido y a mí cuando éramos jóvenes... O a tu madre y a tu padre.
— No sabía que conoció a mi madre.
— Tuve la oportunidad de hablar un par de veces con ella, ella tenía un pensamiento muy distinto... Se dedicó a luchar cada día de su vida por oportunidades... Quería que su pequeña creciera con las mejores opciones aunque a ella le tocaran las marcas.
No pude evitar sonreír aguantando un poco mis lágrimas, aquella mujer había ganado una parte de mi corazón.
— Gracias.
Dije con la voz entre cortsda, ni siquiera me di cuenta cuando Philip y su madre ya sujetaban ambas de mis manos.
— B-busco a Elizabeth Schuyler...
Dijo una voz desde el marco de la puerta, se veía muy nerviosa, me levanté de mi lugar.
—Lo lamento... Actualmente la Señora Hamilton cuánta con las dos personas como máximo en visita activa.
— P-por favor es muy importante para mí...
Mire a la chica, tenía una capucha negra que cubría gran parte de su cara.
— Veré que puedo hacer... Después de que la visitaran sus hijos seguía su hermana y su esposo así que no se que piense al respecto.
Ella asintió con una sonrisa apenas notoria.
— ¿De parte de quién es esta visita?
Prepare el tablero para empezar a anotar el nombre de aquella mujer.
Mire a donde estaba Philip, su hermano y su madre.
William estaba en los brazos de su madre mientras ambos los veían con una ternura espacial, parecían hablar sobre mi relación con Philip pues repetidas veces ambos alzaban sus miradas al mismo tiempo para verme.
Me limitaba a sonreír mientras prestaba atención a la chica.
La mire de reojo, está se había quedado en shock.
Ella quitó la capucha de su rostro, se me hacía extrañamente familiar pero al igual que el rostro de la señora Hamilton, no pude identificarlo completamente.
A la chica de vestido rojo se le humedecieron los ojos mientras bajaba la mirada.
— Dígale que viene a visitarla María... María Reynolds...
Abrí los ojos como platos... No podía ser posible.
Asentí y regrese a la camilla.
No podría arrojar al aire quién era la visita.
— Philip tienes que irte... Le colocaré un medicamento a tu madre... Tal vez puedas regresar en media hora.
— ¿Todo bien Theodosia?
Asentí con una sonrisa falsa.
El tomo a su hermano en brazos y se fue.
— A está hora no me colocan ningún medicamento...
Mordí mi labio.
— La busca María Reynolds.
Cuando lo dije, Elizabeth guardo la compostura, nunca la había visto con tanta decisión.
— Haz que pase.
Asentí y regresé con la de piel ligeramente morena.
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Hola chicos, solo quería avisarles que ahora volveré a subir regular mente y quería agradecerles por leer.Muchas gracias, hasta luego, los amo
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Cartas para Theodosia (Phildosia)#1
Romance¿Tienen un final feliz?, Eso depende a lo que tu definas como felicidad. Nacer con ese apellido no fue su culpa finalmente. PRIMER LIBRO DE LA SAGA "Los hijos de Hamilton"